domingo, 13 de octubre de 2013

La mujer, su cuerpo y el control natal. Margaret Sanger activista.





Una de las discusiones contemporáneas más importantes se inició en Nueva York de principios del Siglo XX. La activista detrás de la idea también hablo por primera vez del control natal.
Armando Enríquez Vázquez.
Hablar del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo parece, aun hoy, en pleno siglo XXI una idea revolucionaria y atrevida para muchos, sin embargo la discusión se inicio hace más de cien años en Nueva York.
Ideas como la anticoncepción y la libertad de una mujer para decidir cuándo embarazarse eran algo más que subversivas y peligrosas hasta hace unas décadas, aun así existieron mujeres dispuestas a proclamar tales ideas y defenderlas. Tal vez la mayor activista en este sentido fue Margaret Sanger.
Margaret Higgins nació el 14 de Septiembre de 1879 en el pueblo de Corning en el estado de Nueva York. La sexta hija de once hermanos, aunque su madre tuvo dieciocho embarazos en 22 años. Sus padres ambos de ascendencia irlandesa se dividían entre el catolicismo de la madre y el ateísmo del padre. Anne Purcell la madre de Margaret murió a los 50 años de edad. Gracias al apoyo de sus hermanas mayores Margaret cursó la carrera de enfermera. En 1902, se casó con un brillante arquitecto de nombre William Sanger. Junto con su marido abrazó la ideología de izquierda y el radicalismo de la época, llevando una vida bohemia en la ciudad de Nueva York se convirtió en miembro activo del Partido Socialista y formó parte del comité de la mujer del mismo. Su activismo social la llevó a conocer a distinguidos miembros de la izquierda de los Estados Unidos como Emma Goldman, Mabel Dodge mecenas de Nueva York, el periodista John Reed y el escritor Upton Sinclair, entre muchos otros.
Margaret trabajó en los barrios bajos de la ciudad como enfermera, conoció a las mujeres obreras y prostitutas que sufrían de enfermedades veneras y múltiples embarazos en gran parte debidos a la ignorancia. En 1912 publicó una columna acerca de la educación sexual de las mujeres en la revista socialista New York Call. La cual tituló: Lo que debe saber una joven y que con los años se convirtió en un libro, al ir agregando información. Fue víctima en más de una ocasión de detenciones por parte de las autoridades sobre todo cuando publicó una columna acerca de las enfermedades veneras. Margaret creía en hacer conciencia de la importancia del papel de  la educación sexual y el derecho a decidir acerca del embarazo para las mujeres, no sólo de las zonas marginadas, si no para todas las mujeres y le indignaba que a base de argucias y mentiras las mujeres de las clases sociales más pudientes pudieran hacerse de anticonceptivos a diferencia de las mujeres pobres a las que Sanger atendía.
A lo largo de la Historia, cada intento que hemos hecho las mujeres por librarnos de los grilletes de la esclavitud ha sido cuestionado con el argumento de que un acto de esta magnitud solo puede tener como consecuencia la debacle de nuestra moral. El voto iba a “terminar con los hogares”. La educación superior no era compatible con la maternidad, una educación compartida solamente podía terminar convirtiéndonos a las mujeres en seres inmorales. Incluso hoy, en algunos de los países más retrógrados, el leer y escribir es severamente prohibido por los poderes de la Iglesia porque “una mujer podría leer cosas que se supone no debería”.
Así inicia Sanger un artículo publicado en 1918 y cuyo título es Moralidad y control natal. Ya en 1914 había comenzado a publicar un pequeño panfleto mensual llamado The Woman Rebel.  Sanger fue una de las primeras mujeres en hablar acerca de métodos anticonceptivos, acuñó la palabra control natal y fundó la primera clínica familiar y de control natal en los Estados Unidos en Octubre de 1916. Nueve días después de la apertura de la clínica Sanger fue detenida por violar la ley del estado de Nueva York que prohibía la distribución de cualquier método anticonceptivo, entre las mujeres. En Enero de 1917 Margaret Sanger fue juzgada. Al momento de dictar sentencia el juez le ofreció a Sanger la posibilidad de reducir o anular la sentencia si la activista prometía no volver a romper la ley.
- Me es imposible respetar la ley actual.- se limitó a responder Sanger.
Fue sentenciada a 30 días de labores comunales.
Es en esa década cuando se separó de Wllliam y comenzó el proceso de su divorcio que concluyó en 1921.En 1917 publicó por primera vez la revista Birth Control Review, Su activismo acerca de las causas en las que creía la llevó a viajar primeo a China y después a Japón donde ofreció sus consejos y trabajo con las activistas locales sobre todo en Japón donde trabajó de la mano con Kato Shidzue, luchadora social y una de las primeras mujeres en ser electa al parlamento japonés en 1946.
Sanger regresó a los Estados Unidos y continuó su lucha por el control de la natalidad y la educación sexual de las mujeres. Estuvo a la cabeza de varias organizaciones nacionales e internacionales y de clínicas dedicadas a la educación sexual y el control natal en los Estados Unidos.
Su intervención en la historia de la planificación familiar todavía le tendría un aventura más. En 1951, mientras Margaret buscaba nuevas formas anticonceptivas conoció al doctor Gregory Pincus que trabajaba en la investigación y desarrollo de una píldora anticonceptiva, Margaret intervino en las investigaciones de Pincus, al convencer a la millonarai Katherine McCormick de financiar los trabajos de Pincus, que terminaron en 1960 con el lanzamiento comercial de la primera píldora anticonceptiva: Enovid.
A pesar de su lucha por los derechos sexuales de la mujer, sus derechos a decidir y a concebir, Sanger no habló a lo largo de su vida de abortos, sino de educación y anticonceptivos, de que las mujeres tuvieran la información y los elementos para elegir. Sanger estaba interesada en el bienestar de las mujeres y sabía que en esas épocas los abortos ponían en riesgo la vida de las mujeres.
Su vida ha sido denigrada por muchos, gracias a  comentarios de tipo racista y clasista que Margaret vertió en muchos de sus artículos, de hecho en 1926 Margaret ofreció una conferencia a las mujeres del Ku Klux Klan. Sanger admitió que en un principio está conferencia le dio cierto temor y fue muy cuidadosa en las palabras que utilizó conociendo el radicalismo cristiano del grupo, sin embargo la conferencia fue un éxito y Sanger fue invitada en varias ocasiones a participar en conferencia dentro del grupo racista. Sin embargo se sabe que nunca permitió comentarios racistas entre los trabajadores de las clínicas y ayudo a fundar alguna clínica en Harlem dedicada a mujeres negras.
Sanger murió en 1966 a los 86 años.

Publicado en Thepinkpoint.com.mx el 11 de Octubre de 2013
Imagen Biography.com

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