martes, 23 de octubre de 2018

Magistra Hersend, Dobrodeia de Kiev, Rebecca de Guarna médicas de la Edad Media.




Aun durante Edad Media existieron mujeres que estudiaron, practicaron y escribieron acerca de la medicina, poco se sabe de ellas y estas son algunos ejemplos.

Armando Enríquez Vázquez

Salerno es una ciudad excepcional ubicada en el sur de Italia, cercana a Nápoles y en su universidad durante la Edad Media la facultad de medicina fue la cuna de varias mujeres que destacaron en la medicina a pesar de la visión que se tenía en esa época de las mujeres profesionistas. Algunas incluso formaron parte del cuerpo docente de la institución, escribieron libros y tratados médicos, de ellas la más famosa fue Trótula de Salerno de quien alguna vez ya escribí en esta columna, entre la otras médicas que se paseaban en los pasillos de aquel magnifico colegio cuatro son las más recordadas y de las se tienen algunos datos.
Abella fue otra renombrada médica de Salerno se especializó en embriología y publicó al menos dos tratados de los que no sobrevive ni un fragmento. Uno llamado De Atrabile y el otro De natura seminis humanis.
Rebecca Guarna, también conocida como Rebecca de Guarna, vivió a mediados del siglo XIV. Rebecca era miembro de una familia de renombre en Salerno y se le atribuye haber escrito un famoso tratado sobre la orina en el que enseñaba como interpretar el color de la orina para diagnosticar diferentes enfermedades. Otro sobre la fiebre y un tercero acerca de el embrión humano. Era conocedora de la herbolaria y daba clases en la universidad.
Mercuriade, otra estudiante y egresada de la Universidad de Salerno, fue una médica activa de la que se sabe fue cirujana. Mercuriade practicó la medicina en el siglo XIV, escribió tratados acerca de los venenos, del cuidado de las heridas y sobre la peste.
Otra de estas médicas de Salerno fue Constanza Calenda, de quien existen registros del siglo XV, hija de Salvatore Calenda decano de la facultad de medicina de Salerno y más tarde de la de Nápoles. La Universidad de Nápoles intentaba competir con la de la ciudad cercana e incluso estaba como la de Salerno abierta a las mujeres. Constanza parece haber sido estudiante de ambas facultades y haber obtenido excelentes notas. Así como haber impartido catedra en Nápoles y Bolonia.
Pero no sólo en el sur de la península italiana existieron mujeres dedicadas a la medicina durante la Edad media esta el caso, por ejemplo, de Magistra Hersend a la que se conoce también por el nombre de Magistra Hersend physyca, haciendo referencia a su profesión. De esta mujer se sabe que estuvo activa entre 1249 y 1259 y que acompañó al rey Luis IX de Francia durante la Séptima Cruzada. Se cree que puede haber ayudado a la reina Margarita de Provenza durante el parto de su hijo Juan Tristán. Es una de las dos mujeres que se sabe fueron médicas reales de la corona francesa, la otra fue Guillemette du Luys quien sirvió a Luis XI. Esta mujer esta reconocida como cirujana y se tienen registros de su actividad en 1749,
En la capital de lo que es hoy Ucrania, nació a principios del siglo XII Dobrodeia de Kiev. Hija de Mstislav I de Kiev y Cristina Ingesdotter de Suecia. Con una educación superior a la que podía obtener una mujer de su época Dobrodeia se casó en 1122 con el sobrino del emperador de Constantinopla Juan II Comneno ya en la corte Dobrodeia impulsada por otras damas científicas y educadas de la corte como la princesa Ana Comneno, se dedicó a estudiar temas médicos y pronto se convirtió en una experta en tratamientos herbales. Escribió un libro acerca de ungüentos titulado Alimma, este es el primer texto médico medieval atribuido a una mujer y fragmentos de este texto sobreviven en la Biblioteca Medici de Florencia. Dobrodeia fue responsable de traducir textos de Galeno, al que estudió con detenimiento, al ruso. Murió el 1131.
No todas las médicas corrieron con la suerte de ser reconocidas y respetadas. Jaqueline Felice de Almania, una médica al parecer florentina fue juzgada en Paris en 1322 por practicar la medicina sin haber estudiado. Sus acusadores eran médicos, hombres molestos por la exitosa actividad de Jaqueline quien fue encontrada culpable y amenazada con cárcel y excomunión en caso de reincidir. Se cree que una de las principales razones por las que Jaqueline Felice fue llevada a juicio fue que ella solo cobraba al paciente si este se curaba gracias a sus tratamientos y al parecer había curado a muchos más pacientes que sus acusadores. Para muchos estudiosos del tema este juicio fue clave en la prohibición que durante los siguientes siglos se extendió a que las mujeres pudieran ser médicas.
Finalmente, y regresando a Italia cabe mencionar a Dorotea Bucca, quien además de ser médica fue académica en la Universidad de Bolonia en los siglos XIV y XV, donde mantuvo por 40 años su puesto de docente y que era el mismo que había ocupado su padre antes que ella.


publicado en mamaejecutiva.net el 15 de octubre de 2018
imagen wikipedia.org

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