viernes, 23 de junio de 2017

Entre fake news y prensa corrupta.




Nada más cómodo para mandatarios populistas que acusar a la prensa de mentir. Nada más cómodo para la prensa que extender la mano para publicar lo que quiere el poder.

Armando Enríquez Vázquez

Cuando hablamos de las nuevas tendencias de los políticos para desprestigiar a la prensa crítica y opositora al poder, nada como la moda impuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump al descalificar cualquier nota que no le guste y llamarla fake news, o noticias falsas.
No importa la contundencia de los hechos, cuando no cuadra con realidad psicótica de un mandatario incapaz de diferenciar entre su ego, su protagonismo y la realidad, todo se vuelve una información falaz. La falta de veracidad en los medios, se convierte para el político del copete anaranjado en una teoría de conspiración del mundo contra él. Hablar de fake news se convierte a la larga en burla y critica para el político y no para los medios que publican la nota.
Nada más cómodo para populistas como Donald Trump, Nicolás Maduro o Andrés Manuel López Obrador que acusar a la prensa de mentir, como lo han hecho los tres a pesar de que las imágenes contradicen todo aquello que estos tres políticos dicen. Y nada más sencillo para estos personajes que negar la realidad en base a culpar a otros de sus desatinos. Nada más ad hoc para tiranos y autócratas que acusar a sus críticos de falsear la verdad.
Fake news, es el mejor eufemismo pseudo democrático, para justificar la censura, es un arma para gobernantes poco tolerantes de las voces que se les oponen, para callar las críticas y disensiones de personajes que los cuestionan.
Desgraciadamente, también existe el otro lado de la moneda, cuando las fake news, son en realidad una mentira emanada de un gobernante y reproducida por uno o más medios. Sí, como arma de propaganda del gobierno y que entonces engaña o pretende engatusar al ciudadano, algo que en México se ve desde hace muchas décadas y que nosotros definimos como prensa vendida o corrupta.
La prensa en México, en la mayoría de los casos; periódicos, radio y sobre todo televisión hace mucho que son voceros y paleros de los gobiernos federal y locales al grado que a mediados de la década de los años noventa del siglo pasado, el estado prefirió deshacerse del periódico de su propiedad, El Nacional, pues a veces resultaba más crítico e independiente que canal 2 o periódicos como Novedades, Excélsior o el Heraldo de aquellas épocas.
El término chayotazo acuñado por el periodismo mexicano para designar a las dádivas que desde el poder llegan a diferentes periodistas, hoy se puede aplicar a medios enteros. Sabemos que hay medios como La Jornada que tienen una agenda de carácter izquierdista, y otros como Reforma que van a la derecha, pero en esa zona de ideología gris queda determinada por el ego de los dueños de medios, su servilismo al poder y su ambición por el dinero se encuentran llena de medios que son populares pero que nada, absolutamente nada, tienen que informar, ni aportar a la discusión nacional.
Tal vez porque cada día hay menos lectores críticos, o porque la gente no cree en muchos medios y la forma en que sesgan la información en su propio beneficio; noticieros, diarios y revistas de opinión tienen cada día menos audiencias y lectores. Hoy más que nunca es necesario revisar tres o más medios informativos diferentes para poder tener una idea aproximada del panorama nacional, lo cual resulta paradójico si hablamos de una época donde la información se encuentra en teoría en todos lados.
Y es precisamente esa enorme oferta informativa la que puede llevar a la creación de fake news. En teoría es ahí donde deben entrar los medios tradicionales y profesionales a dar certeza sobre estas informaciones de dudoso origen que se generan sobretodo en las redes sociales. Pero en México es al revés. Son las redes sociales las que desmienten a funcionarios y medios de comunicación y las que en muchas ocasiones alimentan los portales informativos como El Universal.com.mx, donde el dueño está más preocupado por aparecer él en la información y llenar su portal con basura de notas del corazón o información sobre las diferentes formas de vaginas que existen, que en ser un medio informativo serio y cercano a su historia y tradición.
México es el verdadero reino de las fake news, generadas desde los escritorios de los departamentos de comunicación social de dependencias, secretarias, gobiernos de los estados y presidencia y tal cual publicadas en los medios sin que exista el mínimo cuestionamiento por parte de redactores o jefes de información. Las fake news, en México nos hablan reformas estructurales exitosas y extraordinarias, de un partido en el poder que es honesto en el que son pocos los gobernadores que roban y los que roban son capturados, aunque no devuelvan ni un quinto de lo que se robaron y sus familias desde la impunidad continúen disfrutando de ese dinero mal habido con el consentimiento y tal vez el contubernio de la autoridad y las instancias legales de México.
En ese reino mentiroso de información, vemos como desde los titulares de periódicos, teasers de informativos radiofónicos y de televisión se habla del nuevo “Triunfo de la democracia” y no del fraude electoral planeado y ejecutado desde la presidencia y las dependencias federales que maneja el PRI.

publicado en Blureport el 9 de junio de 2017
imagen: deathtostock.com

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