miércoles, 29 de agosto de 2018

Rosa Torre González la primera autoridad electa en México.




Dentro de la historia que los lobos sonorenses y los que los siguieron borraron de mexicanas ejemplares antes y durante los días de la Revolución está la de esta gran yucateca.

Armando Enríquez Vázquez

En México de principios del siglo XX, la lucha ideológica se libró muchas veces al sur de la República, del noroeste llegaron los bárbaros que la terminaron a punta de traiciones, de balazos y una ambición desmedida, pero quienes también por su machismo acabaron hacer a un lado y minimizar a las mujeres que en muchos ámbitos brillaron antes, durante y después de la lucha armada y todo lo que el género había logrado durante el Porfiriato, fue anulado por los “generalazos” de Sonora.
Entre estas brillantes mujeres se encuentra una Yucateca de la que casi nadie ha oído hablar; Rosa Torre González.
El barrio de Santa Ana en Mérida es uno de los cuatro barrios históricos que formaron la ciudad en sus inicios, durante mucho tiempo vivieron en él jornaleros y artesanos, Hoy se distingue por un famoso mercado y la iglesia en honor de Santa Ana. En ese histórico barrio nació Rosa Torre González el 30 de agosto de 1890. Estudió en el famoso Instituto Literario para Niñas que dirigió la famosa maestra yucateca Rita Cetina Gutiérrez, de la que otro día escribiré, y que fue fundamental en la educación de las mujeres en Yucatán a lo largo del siglo XIX. Más tarde estudió en la Escuela Normal de Profesores.
Cuando Madero viajó a Mérida durante su campaña presidencial en 1909 Rosa Torre González fue de acuerdo con algunas fuentes, una de las dos mujeres que recibió al coahuilense en la capital de Yucatán. También se dice que fue espía a favor de las fuerzas de Constitucionalistas durante la dictadura de Victoriano Huerta, así como enfermera en las batallas de Rosa Blanca, Pocboc y Halachó en la península yucateca que comandó el general constitucionalista Salvador Alvarado, quién fuera gobernador del estado de 1915 a 1917. Es en el curso de esas batallas cuando Rosa Torre conoce a Elvia Carrillo Puerto, hermana de Felipe y conocida como La Monja Roja. Alvarado fue uno de los pocos revolucionarios convencido que la liberación de la mujer de sus roles convencionales era de vital importancia para llevar a cabo una verdadera revolución.
Rosa Torre fue docente de la normal estatal y desde su lugar en el aula promovió la participación de la mujer en la vida política y social, en enero de 1916 formó parte de las organizadoras del Primer Congreso Feminista en Yucatán y en nuestro país, celebrado en Mérida, a él acudieron más de 600 mujeres del estado del sureste. A finales de ese mismo año se llevó a cabo el Segundo Congreso Feminista en Yucatán y en esa ocasión solamente acudieron 250 mujeres, en ambos congresos las mujeres hicieron hincapié en sus derechos, en la necesidad de obtener derechos constitucionales similares a los de los hombres, entre ellos el poder ejercer su voto y del fracaso de la revolución por lograr condiciones de igualdad. En estos congresos la representante del gobierno de Venustiano Carranza y principal promotora de ambos congresos fue Hermila Galindo, cuya ponencia sobre la sexualidad de la mujer causó escandalo entre las participantes conservadoras del Congreso quienes pidieron que la ponencia de Galindo no fuera leída en público. En el segundo, Torre González fue la representante de Galindo.
En 1919, Rosa Torre González participó en la fundación de la Liga de Mujeres “Rita Cetina Gutiérrez”, nombrada así en honor de la educadora y cuyos ideales socialistas empatizaban con los del líder yucateco Felipe Carrillo Puerto.
Como el gobernador Felipe Carrillo Puerto y su hermana, Rosa era militante del Partido Socialista del Sureste, que la postuló como regidora del municipio de la capital yucateca.
En noviembre de 1922 Rosa fue electa como regidora de Mérida, esto la convirtió en la primera mujer en el país en ser electa para un puesto público, lo más relevante de la elección de Rosa es que en esos momentos en México la mujer no tenía derecho a ejercer su voto, por lo que su elección nos habla de la mentalidad de los votantes yucatecos de esa época quienes además al año siguiente habrían de elegir a Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche y Raquel Dzib como las primeras tres diputadas en el país cargo que les fue revocado con el asesinato de Felipe Carrillo Puerto, gobernador de Yucatán y hermano de Elvia. Siendo las funciones de los regidores puestos de rotación en cuanto a responsabilidades, tal vez para evitar la corrupción que se lleva a cabo hoy en día con los diferentes encargados por años de puestos de elección, Rosa Torre ocupó la Regiduría de Prensa y Beneficencia, la de Espectáculos, Salubridad e Higiene, la Comisión de Nomenclatura de Calles y Padrón Municipal. Rosa Torre ejerció su cargo hasta la caída de Carrillo Puerto.
Durante su gestión como regidora Rosa Torre publicó El Boletín Municipal, dedicado a hacer del conocimiento público las actas de sesiones y los avisos públicos. Actuó como censora de películas y conforme a un texto que escribió titulado: Mi actuación en el H. Ayuntamiento de Mérida en el año de 1923, también se encargó desde la parte de la beneficencia a dotar de servicios de emergencia médica a los pueblos del municipio de Mérida. Con el derrocamiento de Carrillo Puerto y su posterior asesinato, Rosa Torre como todos los funcionarios leales a Carrillo Puerto dejo el puesto y fue víctima de los hombres de Juan Ricárdez Broca, el de la huertista que se autonombró gobernador de Yucatán, quienes como ella misma describió catearon su casa.
El resto de la vida de Rosa Torre González transcurre desde ese silencio al que fueron obligadas desde el olvido la gran mayoría de las importantes mujeres de la Revolución Mexicana, se sabe que regresó a su labor como profesora y en 1947 participó en el Primer Congreso Interamericano de la Mujer celebrado en Guatemala. Fue miembro del Ateneo Mexicano de Mujeres que presidía Julia Nava de Ruisánchez.
Fue una de las pocas feministas reconocida como veterana de la Revolución Mexicana.
Rosa Torre González murió el 13 de febrero de 1973 en la Ciudad de México.


publicado en mamaejecutiva.net el 20 de agosto de 2018
imagen, wikipedia.org

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