jueves, 9 de agosto de 2018

La demagogia y empleo.




A raíz de la encuesta sobre discriminación en México vale la pena hablar de la discriminación laboral por edad y la demagogia que existe en el discurso político.

Armando Enríquez Vázquez

Pasan las décadas y una de las más grandes falacias que manejan los políticos mexicanos de todos los colores y espectro ideológico del país es hacernos creer que son los jóvenes quienes sufren una mayor discriminación laboral, cuando en realidad quienes se ven relegados tanto por el gobierno en todos sus ámbitos, como por las empresas privadas son los adultos que superan cierta edad y que hoy en día son un número importante de habitantes del país.
De acuerdo con los datos del INEGI concernientes a la población con empleo en México en 2018 el sector de mexicanos desocupados por sector de edad mayores a 50 años es del 12%. En un rango extraño que ubica a mexicanos entre 30 y 49 años esa desocupación es de sólo 34% y entre los habitantes de 20 y 29 años es de 41%. Y vale la pena mencionar porque ese sector de entre 30 y 49 años es tramposo, las empresas muchas veces dejan de contratar a la gente cuando esta pasa de los 35 años de edad, por lo que el INEGI debería hacer como en el caso de los sectores de 20 y 50 años, rangos de nueve años entonces veríamos que los mexicanos en una edad muy productiva no están trabajando porque los políticos y los demagogos insisten que sólo hay que crear empleos para los jóvenes, para los recién egresados de las universidades, cuando la oferta laboral debe ser incluyente y contemplar a personas mayores de 35, 40, 45, 50 años y más, que además de su trabajo siempre aportaran una mayor experiencia que los recién egresados. La falacia radica también en la población de 20 a 29 cuando se debe contemplar cuanto de estos jóvenes dependen aún de la economía familiar.
La política laboral debería y podría contemplar programas laborales que integren la experiencia de los hombres y mujeres mayores de 40 años con los conocimientos en nuevas tecnologías de los jóvenes egresados de las universidades logrando simbiosis que resulten positivas para las empresas.
El problema del empleo sólo se agravará con el paso de los años, cuando además se incrementen las edades de jubilación como necesidad lógica de una mayor expectativa de vida de los mexicanos y la necesidad de crear los mecanismos necesarios para mantener sano un ya de por sí ineficiente sistema de pensiones. Sí los mexicanos mayores de 40 años no encuentren fuentes de trabajo dignas y de acuerdo con sus calificaciones, como espera el gobierno que sea autosuficientes al llegar a las edades de jubiliación. El hecho de que veamos médicos y ex empleados banqueros o ex miembros de la burocracia manejando taxis es clara refutación a esa falacia acerca de los jóvenes y su empleo.
Promover el empleo a jóvenes es también una forma de impulsar una política de sueldos bajos y mayores ganancias para las empresas tanto del sector público como del sector privado. Además, es una forma de crear clientelas a futuro: “Gracias a tal partido y sus políticas demagógicas obtuve mi primer empleo voy a votar por él.” Este es el partido que me consigue trabajo de manera fácil voto por ellos.”
El tema de empleo no es fácil, ni tiene soluciones tan simplistas como han pretendido los políticos  incluido Andrés Manuel López Obrador. La creación de fuentes de trabajo no puede suceder desde las prácticas corruptas que han tenido PAN, PRI y PRD, incluyendo el gobierno de López Obrador en la Ciudad de México y sus negocios con constructoras, que sube los números de empleo porque hay más albañiles. Un plan desarrollo y una planta laboral de calidad pasa por una cultura de emprendimiento, no por una de dádivas. Por la capacitación, la educación del trabajador, no en la explotación de muchas empresas y del gobierno que se aprovechan de la necesidad de las personas. Los cerillos o empacadores en los supermercados, y los trabajadores de muchas de las empresas de limpieza que dan servicios a entidades del gobierno como el Metro de la Ciudad de México en su mayoría personas de la tercera edad son explotados de manera leonina sin que la inútil Secretaría del Trabajo y Previsión Social, haga nada, muchas veces porque estas empresas están ligadas a personajes de la política o a grupos de poder.
Lo cierto es que la nula política laboral que se ha promovido desde todos los partidos políticos es otra de las causas de la gran desigualdad social y económica de nuestro país.
La política para los adultos mayores debería permitirles aprovechar oportunidades que les permitan continuar su desarrollo sí así lo decidieran, o de gozar pensiones dignas que correspondan al tiempo que laboraron. No puede seguir siendo una política de limosnas institucionales, curiosamente inventada por el hombre que nunca ha podido demostrar que fuera de sus momentos en el gobierno ha podido ser un trabajador productivo.
Mucho hemos criticado la compra de votos y de conciencias, pero esta inicia mucho antes del día de la elección, con los programas sociales empeñados en mantener el número de pobres en nuestro país y ese tema preferimos omitirlo. Es cierto Peña Nieto ha sido un presidente que ha logrado hacer crecer el empleo, desgraciadamente no ha sido el empleo de mejor calidad y muchos mexicanos calificados y capaces de todas las edades siguen esperando una oportunidad laboral.
Cuando los políticos en todos sus niveles abandonen la demagogia y entiendan que asunto del empleo es algo que nos afecta e importa a todos los mexicanos y es en la medida que se preocupen por todos que el país avanzará en para terminar con la desigualdad y la frustración que tienen muchos mexicanos. 

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