lunes, 28 de enero de 2019

De cruzadas literarias y libros en celofán: Desincentivar lectores.




El gobierno de la 4T tiene la noble y buena intención de que los mexicanos lean, ¿quién nos asegura que tengan la estrategia correcta?, otros gobiernos han fracasado en el intento.

Armando Enríquez Vázquez

Nada mas alentador que las palabras de Paco Ignacio Taibo II al iniciar el programa de fomento a la lectura del gobierno de López Obrador, hacer que México no este en el 107 lugar de 108 en lectura entre los países miembros de la UNESCO y romper con la concepción elitista del libro.
Recuerdo a finales del siglo pasado o a principios de este el zócalo lleno de mexicanos haciendo filas para conseguir los libros gratuitos que el gobierno perredista del entonces Distrito Federal imprimía y distribuía entre la población. Yo recuerdo haber tenido en mis manos “Sin Novedad en el Frente” de Erich María Remarque. La idea y su realización fue obra de Paco Ignacio Taibo II. Después esto se convirtió en una idea elitista que en su momento patrocinó el PRD y hoy Morena y que se llama Brigada Cultural para Leer en libertad y que pone a disposición de lectores textos en PDF de novelas que ya no tienen derecho de autor o de obras escritas y donadas a la empresa de Taibo II y digo elitista con sarcasmo pues sólo apela a los que tienen acceso a Internet y por extensión el grupo fifí de la sociedad a los ojos de un presidente demagogo y falaz pues hoy la mayoría de los mexicanos tienen acceso a Internet.
Como encargado del despacho de la dirección del Fondo de Cultura Económica y próximo director de la editorial más importante de América Latina y subvalorada por el presidente López Obrador quién le restó importancia y la metió en la burocracia de la Secretaria de Cultura, Paco Ignacio Taibo II anunció el programa federal de fomento a la lectura que incluye distribución gratuita de libros, impresión de textos a bajo costo para el lector. Acercar al lector a los libros y romper el mito del elitismo del libro. Todo suena muy bien, la verdad es que más allá de las buenas intenciones, debemos recordar que en otras ocasiones el decidir que es hora de poner a leer a los mexicanos ha resultado un fracaso. No dudo del entusiasmo de Taibo II, lo que sé de cierto es que; “cuando sueñes utopías recuerda que lo que para unos es paraíso para otros no”, utilizando idea de una frase de Bioy Casares el brillante escritor argentino. José Vasconcelos en los años veinte del siglo pasado y como secretario de educación tuvo una idea muy similar a la que presumen hoy el presidente y el escritor. El resultado un estruendoso fracaso; los mexicanos continuaron evitando la lectura. Desgraciadamente nadie puede imponer a nadie que debe de leer.
Hace ya más de diez años en una entrevista que produje y que tenía como objetivo crear un programa cultural para un proyecto de televisión privada que resultó un engendro de la televisión privada llamado Cadena 3, y que fue el primer experimento de Grupo Imagen en Televisión. Paco Ignacio Taibo aseguraba tener la necesidad de hacer un programa para promocionar libros porque en este país se nos inocula en contra de la lectura desde las aulas de clase. Y tiene razón, pero uno de los motivos poderosos que los jóvenes tienen para abstenerse de leer es el que los maestros los fuerzan a leer textos que a cierta edad resultan áridos y vetustos. La otra es la propia ignorancia y analfabetismo funcional de los propios profesores. Taibo II en ese sentido, como Vasconcelos hace casi cien años, ha decidido cuales son los textos que deben  interesar a los mexicanos y lo peor en un acto discriminatorio y autoritario, aunque puedo entender el trasfondo de ofrecer textos que teóricamente apelen a regionalismos, ha decidido que a los sinaloenses le interesan los textos de Rafael Buelna nativo y escritor ilustre de Mocorito donde inicio el programa federal y que vivió entre 1891 y 1924. A los habitantes de Tixtla Guerrero les regalará un texto de José Mancisidor sobre Vicente Guerrero (1894 -1956) y a los oaxaqueños de Nochixtlán uno de Samuel Kaplan, norteamericano de 83 años de edad. No creo que esos sean los textos que atraigan a los jóvenes mexicanos y tal vez Taibo II debería pensar en los textos que lo hicieron amar la literatura en su infancia y juventud, esos personajes que retrató después en sus primeros libros y que nos encantaban a muchos niños en los setenta y creo que no han perdido vigencia; Salgari, Verne y si de autores nacionales se trata a los sinaloenses de hoy seguramente los atraerían los libros de Elmer Mendoza, y a los mexicanos en general los textos de BEF, Francisco Hinojosa, Fabrizio Mejía Madrid, ¿Por qué no pedirles a estos escritores sumarse a la promoción regalando textos? Estoy seguro que no dudarían en hacerlo, ayudando a promover la lectura con textos que causen más empatía en los mexicanos que textos antiguos a los que pueden acceder los lectores conforme se despierte su curiosidad gracias a los primeros libros.
A Taibo II, como a muchos en esta 4T el triunfo político les llega muy tarde para encontrarlos intransigentes, arrogantes, condescendientes por lo que de no ser más flexible a Taibo II y todas sus buenas intenciones le anticipo el mismo rotundo fracaso que tuvo el proyecto vasconcelista, por basarse en esos mismos aires de superioridad, una nazi y el otro stalinista-castrista, que lo hace erigirse en los pilares de lo que es bueno para los mexicanos. Uno de los grandes méritos de las brigadas de lectura de Taibo II es la variedad de textos que el internauta puede descargar de manera gratuita, nada le es impuesto al lector porque si se trata de Internet Taibo II entiende la libertad, pero desde una oficina burocrática parece que no. Taibo II también debería de estar pensando en una estrategia popular de hacer llegar lo libros de manera electrónica a los universitarios y jóvenes que se interesan por diferentes temas y no pueden acceder a los costos de ensayos y textos científicos y sociales que les son indispensables en sus actividades educativas y no sólo en la literatura.
“De la vista nace el amor” dice un viejo dicho. Y en la lectura más. Otro punto que debe tomar el programa de promoción de lectura del gobierno federal debe incluir la invitación a los libreros a ayudar a poner el libro en las manos del futuro lector. En muchas partes del mundo al entrar a una librería una de las primeras cosas que llama la atención es la existencia de lugares para que los consumidores se sienten a ver los libros a leer un poco o todo el libro y compran libros porque los hojean, les son familiares, les son accesibles en todos los sentidos.
Desde hace años me pregunto ¿Por qué el librero mexicano envuelve el libro en celofán? Así jamás se comprarán libros, se le pone otra barrera al lector para acceder al libro en el lugar más importante el punto de venta. Para aquel que quiere darse una idea del tipo de narrativa que puede comprar en un país donde leer es caro y que no se conforma con los elogios de las contratapas el celofán del libro es una imposición. No nos hagamos las librerías tienen seguros para la mercancía, cámaras en los pasillos y la seguridad necesaria que quien quiere burla y se roba un libro. Habría que dejar al lector decidir si la traducción vale la pena, porque luego esas ciertas traducciones españolas son insufribles, ininteligibles y chauvinistas. Son las librerías quienes más necesitan acercar a los lectores a sus establecimientos, las editoriales mismas deberían impedir esa envoltura transparente del libro que lo vuelve un objeto de deseo inasequible hasta la compra, para después, muchas veces desilusionarse por lo adquirido. Son las librerías a las que amenaza una empresa como Amazon, no lo posibles clientes.
A México en más de una ocasión se le ha intentado hacer leer por decreto y siempre ha fracasado, las buenas intenciones de Taibo II, no son suficientes se necesita una estrategia que realmente se adecue a México del siglo XXI, a las tecnologías disponibles y al diversidad en gustos, todos válidos, de los mexicanos.

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