domingo, 6 de julio de 2014

Mariano Michelena el Insurgente que trajo el café a México.





El café llegó a las tierras mexicanas procedente de las Antillas en el siglo XVIII. Un siglo después un conspirador contra la corona española trajo nuevos y mejores granos a tierras michoacanas.
Armando Enríquez Vázquez.
Tras la proeza de Gabriel-Mathieu d'Erchigny de Clieu al robarse la mata de café del invernadero real de Francia y su éxito al plantar el arbusto y cultivar café en La Martinica, la planta y el grano comenzaron a propagarse por América. Los holandeses llevaron la planta a Surinam, Otros esparcieron su cultivo por las Islas del Caribe, como Jamaica o Cuba. A México el café llegó procedente de las Antillas alrededor de 1790 y se cultivó principalmente en las tierras veracruzanas. Para ser precisos en Córdoba.
En Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Puebla se cultiva más del 88% del café en nuestro país. El resto del café mexicano proviene de Guerrero, San Luis Potosí,  Nayarit, Hidalgo, Jalisco, Querétaro, Colima y Tabasco.
Al finalizar la Guerra de Independencia, un antiguo conspirador trajo a nuestro país granos de Arabia, dando origen a una sepa que en su momento fue única en América pues no procedía de las plantas que de Clieu trajo al nuevo continente.


El hombre que transportó los granos fue el general Mariano Michelena. Michelena había participado en la conjura fraguada en Valladolid, hoy Morelia, ciudad de la que era originario, en 1809 y que antecedió a la Hidalgo, Allende, Aldama y demás Insurgentes. Desafortunadamente para Michelena, la conspiración fue descubierta y el fue hecho prisionero, alegando que el objetivo de la conspiración era restituir el poder a Fernando VII, quien fue depuesto en España por Napoleón, consiguió la libertad, pero fue enviado a servir en un regimiento en Xalapa, Veracruz al estallar la Guerra de Independencia, Michelena fue considerado como alguien peligrosos por lo que se le detuvo de nueva cuenta y se le envió preso a San Juan de Ulúa. Cuando en 1812 inició la conjura en contra del gobierno virreinal en Veracruz, Michelena fue enviado a España donde se le  incorporó al ejército real que combatió y expulsó a los franceses. Al conocer del triunfo de la Independencia regresó al país donde fue nombrado general y diputado.
En 1824, viajó a Inglaterra, nombrado como ministro plenipotenciario del país ante el gobierno inglés, Michelena se encargó de interesar a los británicos en invertir en nuestro país. Después de las gestiones, decidió viajar a la península arábiga, y ahí, en el puerto de Moca  en lo que es hoy Yemen, consiguió unos granos de café con los que viajó de regreso a su casa en Morelia. Moca fue durante los siglos XV y XVIII el mayor mercado de café del mundo.
Las plantas de café crecieron sin mayor problema en la casa del militar y político, y cuando alcanzaron cierto tamaño Michelena pidió que fueran trasplantadas a su hacienda llamada La Parota, en el Valle de Urecho, que se encuentra en el centro del estado y donde los cafetos al parecer se dieron muy bien, pero poca gente les dio importancia ya qu3e desconocía el café y su valor y se utilizaron en un principio como una planta ornamental. De acuerdo con relatos posteriores agricultores del estado, así como de Colima y Jalisco obtuvieron sus cafetos en esta zona de Michoacán.
Incluso llegó a existir el mito que el mejor café del mundo se producía Uruapan y durante la segunda mitad del siglo XIX la industria cafetalera michoacana fue de las principales en nuestro país. En 1876 el café de Uruapan ganó un premio internacional en la ciudad de Filadelfia en los Estados Unidos, por su calidad, aroma y sabor,  y se decía que competía sin ningún problema con el legendario Moca. El periodista y escritor cubano José Martí alabó al café de Uruapan.
Se dice que por la década de los años setenta de ese siglo, las plantas originales sobrevivían en La Parota y habían creado un bosque de cafetos al que muchos agricultores de la región acudían para buscar las semillas para iniciar su huerta cafetalera. Durante las décadas finales del Siglo XIX el café michoacano vivió su auge, a lo largo del siglo pasado la producción cafetalera de la región fue disminuyendo de manera gradual y constante.
En la actualidad el cultivo de café en Michoacán es casi nulo.


Imagenes: wisegeek.org
              es.wikipedia.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario