martes, 4 de febrero de 2025

Jessie Hickman, intrépida Bushranger.

 


Asaltantes en los caminos ha habido siempre y en todas partes del mundo, esta es la historia de Jessie Hickman un icono entre las mujeres asaltantes de Australia.

Armando Enríquez Vázquez.

Ya en otras ocasiones he escrito sobre las mujeres que rivalizaron o acompañaron en el viejo oeste con los pistoleros y forajidos de leyenda y que los estadounidenses han idealizado como héroes sajones en un mundo de heroicos pueblos nativos, así como un ejército que pinta en esas historias un papel de villano en lugar de ser representante legal del gobierno de Estados Unidos.

También he escrito acerca de más de una mexicana de armas tomar, que figuran en las páginas de la historia, la leyenda y el mito nacional.

O de algunas piratas que surcaron diferentes océanos y mares del planeta, pero esta es la primera vez que mi mirada es llevada a través del Pacífico hasta Australia y para ser más preciso a la Nueva Gales del Sur, estado que alberga a la ciudad de Sídney y es el escenario de la historia de una de las más importante Bushranger de Australia.

Un Bushranger es el equivalente al asaltante de caminos o el forajido típico del oeste norteamericano, puede ser también un cuatrero y por lo que he encontrado en diferentes sitios existe una percepción popular idealizada de los Bushrangers como si hubieran sido una especie de Robin Hood, pero esto está lejano de la realidad.

El término nació al inició del siglo XIX y en un inicio se refería a los prisioneros que al ser transportados escapaban y se perdían entre los muchos matorrales o bosques de Australia, con el paso de los años se convirtió en la manera de referirse a los ladrones y forajidos que vivían en lo que se denomina Outback en Australia, la zona boscosa o praderas del continente. Los más famosos Bushrangers son por lo general hombres; Ned Kelly, Frederick Ward El Capitán Thunderbolt, Ben Hall, Dan Morgan El Perro Rabioso, Martin Cash, Charles Russell, conocido como Black Douglas y así muchos otros. Más difícil fue para los historiadores australianos reconocer la existencia de mujeres asaltantes, abigeas, forajidas de los caminos en Australia.

Al menos se conocen tres casos bien documentados de mujeres Bushrangers y tal vez el más famoso es el de Jessie Hickman conocida popularmente como Lady Bushranger. La historia de esta forajida es una trágica que merece en su momento un biopic o una cinta de true-crime tan populares hoy. Aunque ya existe un documental sobre su vida realizado en 2008 y varios capítulos de diferentes podcasts dedicados a Jessie Hickman. Tal vez la vida de Hickman llama la atención sobre las otras dos Bushrangers conocidas por ser caucásica a diferencia de Black Mary y Mary Ann Bugg que tenían sangre de los pueblos originales de Australia y eran además parejas de hombres dedicados a las actividades ilegales que identifican a los Bushrangers. Jassie Hicks, por su parte era la líder de su banda y vivió muchos años en una cueva en las montañas azules de Australia.

Muchos datos de la vida de Elizabeth Jessie Hickman cuyo apellido de soltera fue Hunt, son parte de los mitos y dichos construidos alrededor de la mujer que decidió vivir fuera de la ley y rechazando algunos de los marcos sociales de la época.

Se sabe que nació en septiembre de 1890 y que debido a las condiciones de extrema pobreza de sus padres a los ocho años fue vendida a un circo o en específico al dueño de un circo, que al parecer se convirtió padrastro de la niña. En esos años Jessie aprendió a montar con destreza el caballo y el manejo de armas de fuego que eran esenciales para diferentes trucos circenses.

Jessie se convirtió en la estrella del circo gracias a su destreza para montar caballos broncos, se dice que fue campeona en la especialidad y que esto le permitió en más de una ocasión saltar con su caballo de un acantilado a un río logrando escapar así de los policías que la perseguían.

El dueño del circo murió y el negocio cerró. La vida de Jessie cambió de manera radical, en lugar de sentar cabeza o dedicarse a formar un hogar, la joven se dedicó a apostar en carreras de caballos y peleas de perros, pero como todo apostador se endeudó, lo que la llevó a cometer todo tipo de robos, incluidos caballos, pollos y dinero.

Durante la segunda década del siglo XX, Jessie conoció la cárcel en dos ocasiones, también conoció al hombre del que toma su apellido; Benjamín Hickman un miembro de la armada australiana con quién tiene un hijo, al no tener intención de vivir la vida de una ama de casa, Jessie da su hijo a una amiga para que lo crie y ella continua con su vida. Al estallar la I Guerra Mundial, Benjamín se reportó a la armada australiana y Jessie comenzó a trabajar con un ganadero de Sídney dedicado a la compra y venta, se dice que de ahí fue donde ella aprendió el negocio. Fitzgerald era un hombre violento y en una confrontación con Jessie, ella lo mató, todo esto puede ser parte de la leyenda porque nunca se encontró el cadáver de Fitzgerald y ella nunca fue acusada de este supuesto crimen.

Con el fin de la I Guerra Mundial, Benjamín regresó y se volvió a unir a Jessie quien una vez más víctima de la violencia de un hombre, cuando Benjamín la golpeó con una silla y esta se rompió, Jessie respondió y lo mató con la pata de la misma. Estas dos historias se confunden y al parecer solo hubo un asesinato y Benjamín Hickman sobrevivió a su mujer, que decidió en 1920 abandonar el hogar y establecerse en lo que es hoy es el Parque Nacional de Wollemi y en las cercanías del pueblo cementero de Kandos, que se enorgullece de haber producido el polvo necesario para construir la ciudad de Sídney.

Desde el corazón de estas tierras, donde aún crecen una conífera considerada un fósil viviente el Wollemia nobilis o Pino de Wollemi, Hickman formó una banda de jóvenes hombres a los que llamó sus bucks para robar ganado. La historia dice que escapó de la policía en más de una ocasión, las dos más impactantes son cuando logró escaparse de un baño en un tren en movimiento y la otra en la que consiguió que sus cómplices robaran el ganado que la policía tenía como evidencia en un corral y de esta manera al no existir evidencia de su delito Jassie logró librar juicio y sentencia.

En 1928 fue arrestada y enjuiciada por el robo de ganado, pero por alguna razón tampoco fue condenada y se dice que se estableció en su propiedad en un lugar llamado Emu Creek, lo que es un eufemismo porque se sabe que siguió viviendo en su cueva y aunque no se sabe cuánto dinero tuvo, ella siguió viviendo en su caverna, tampoco hay manera de saber sí abandonó sus prácticas ilegales.

En 1936 sus cómplices la llevaron al hospital de la villa de Muswellbrook debido a fuertes dolores de cabeza. Se le diagnóstico con un tumor cerebral y la famosa Bushranger murió al poco tiempo. Se le enterró en una fosa sin losa en el cementerio Sandgate en Newcastle. Tenía 46 años.

Mucho tiempo después se descubrió la cueva donde habitó y algunas de sus muy pocas pertenencias; una alacena, su tetera y su pistola. Su nieta, hija de aquel niño que dio a su amiga, se ha convertido en una de las historiadoras de Jessie Hickman que a lo largo de su vida utilizó al menos cinco nombres diferentes.

Para algunos historiadores la pandilla de Jessie Hickman es la última en la historia de los forajidos australianos conocidos como Bushrangers.


imagen: https://www.instagram.com/pen.harrison/p/Cgvvahqr5Fj/

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