martes, 19 de junio de 2018

Despina Davidovitch Storch la turca espía de la I Guerra Mundial.




La historia de una espía otomana que en fiestas de Washington cautivaba a militares y funcionarios para comunicar sus secretos a la embajada alemana sugestionó a los americanos.

Armando Enríquez Vázquez

El 31 de marzo de 1918, el New York Times, anunciaba la muerte de una mujer conocida como Madame Storch en la prisión de la Isla de Ellis donde se mantenía tanto a los migrantes que querían entrar a Estados Unidos, como aquellos a los que se iba a deportar. Madame Storch pertenecía a estos últimos. Se le había detenido unos días antes bajo cargos de espionaje a favor de Alemania y no podía ser juzgada en Estados Unidos por ese crimen debido a que no existía ninguna legislación para proceder en contra de una mujer espía en el vecino país en ese momento.
La historia de Despina Davidovitch Storch que era su nombre completo, fascinó a los norteamericanos que sintieron por un momento que el enemigo en forma de mujer estaba en casa, y los diarios tanto neoyorquinos como de Washington vendieron la historia de la mujer durante semanas y meses por venir. El Washington Times publicó un reportaje de once partes los domingos para contar la historia de la joven.
Se cree que Despina Davidovitch nació en Estambul en 1895, hija de un búlgaro y una alemana, Despina Storch aprendió diferentes idiomas y a la edad de 17 años se casó por primera vez, según algunas fuentes con un militar francés de apellido Storch, pero esto no está del todo claro, otras fuentes casan a Despina en 1915 con un oficial inglés de apellido Hasketh, ambos apellidos fueron usados por Despina como alias. De ser cierto el matrimonio con el militar inglés, este duro muy poco porque existen registros de que durante ese año Despina viajó a todo lujo por las principales ciudades europeas, a finales de 1915 fue detenida a petición del gobierno francés, en Madrid, pero misteriosamente fue rápidamente liberada y junto con el hombre con el que fue detenida, un supuesto Barón de Beville, partió a toda velocidad a Barcelona desde donde se embarcaron rumbo a La Habana. Después de una estancia breve en Cuba Despina Storch llegó a Estados Unidos y se estableció primero en Washington donde se convirtió en una socialité de fama, dilapidando dinero y codeándose con lo mejor de la sociedad en banquetes y fiestas, sobre todo con militares y diplomáticos, aunque su primer contacto en la capital de Estados Unidos fue visitar directamente al embajador de Alemania. Poco después se trasladó a Nueva York y se instaló en el Waldorf Astoria, por alrededor de un año.
En 1917 y tras la entrada de Estados Unidos a la I Guerra Mundial, Despina se cambió de hotel al Biltmore, otro lujoso hotel inaugurado en 1913. Donde se registró bajo el seudónimo de Madame Nexie, acompañada por el inseparable Barón de Beville y dos personajes más. Una mujer cuarentona que se hacía llamar Elizabeth Charlotte Nix y un supuesto Conde francés. La cantidad de dinero que Storch gastaba fue lo primero que llamó la atención de las autoridades de Estados Unidos en especial del Departamento de Justicia. Las pesquisas de los agentes norteamericanos resultaron infructuosas y a pesar de tener muy bien ubicada a Elizabeth Charlotte como una de las piezas clave en el espionaje alemán en Estados Unidos y saber que el dinero que Storch gastaba, provenía de la embajada alemana, Storch era lo suficientemente cauta e inteligente para dejar claro su juego. Los encargados de la investigación desesperados por el fracaso de su operación de vigilancia sobre la joven se vieron en la necesidad de infiltrar a una persona dentro de la vida cotidiana de Storch, para lo que recurrieron a un millonario neoyorquino que aceptó ayudar al departamento de justicia. W.H. Vanderpoel resultó un hombre igual de seductor que la mujer a la que iba a espiar. Vanderpoel se hizo presentar ante el Baron Beville y esta a su vez lo presentó con Storch. La cazadora resultó cazada. La simpatía, gallardía y sobretodo el dinero de Vanderpoel pronto envolvieron a Storch que sin darse cuenta confesó ante él algunas minucias que hicieron que los agentes del Departamento de Justicia pusieran en marcha las órdenes de arresto para Storch, para Beville y sus dos amigos.
Ella por su parte debe haberse dado cuenta de que algo no cuadraba con su nuevo amigo y de pronto se dispuso a partir con rumbo a La Habana para tomar unas merecidas “vacaciones”. Vanderpoel puso a los agentes de Estados Unidos en alerta sobre esta situación y Storch junto con el Barón fueron arrestados en Key West en Florida justo antes de embarcarse rumbo a Cuba. Los agentes norteamericanos también detuvieron a Elizabeth Charlotte Nix y al Conde de Clairmont, los otros dos espías.
De regreso en Nueva York Storch fue comunicada de su arresto, trasladada a la Isla Ellis puerto de entrada y salida de Estados Unidos y a pesar de que las leyes de Estados Unidos no contemplaban la existencia de mujeres espías, Despina fue interrogada en vano. Nada salió de su boca, no así del cateo a su habitación donde se descubrieron documentos encriptados, el código para enviar mensajes y muchas otras cosas que la incriminaban. La falta de leyes en Estados Unidos para su conducta obligó a los americanos a buscar deportar a Despina Storch a Francia. La noticia de su deportación a Francia ensombreció en carácter de la joven espía.
Pocos días antes de que se llevara a cabo la deportación Despina Davidovitch murió en su celda. La versión oficial dice que la mató una neumonía contraída en la prisión, otra versión dice que la joven murió envenenada, incluso se ha manejado la teoría de que se suicidó con una capsula de cianuro.
En un ataúd blanco Despina Davidovitch Storch, la espía que puso de cabeza a la inteligencia norteamericana, que se paseó recopilando secretos por las principales capitales del mundo, fue enterrada el 1º de abril de 1918 en el cementerio de Mount Olivet en Queens Nueva York. Tenía solo 23 años. Ningún sacerdote ortodoxo griego quiso oficiar una misa y junto al féretro con un ramo de flores se encontraba el Barón de Beville, a quien se le permitió asistir a la ceremonia antes de ser deportado.



publicado en mamaejecutiva.net el 11 de junio de 2018
imagen; wikipedia.org

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