jueves, 15 de noviembre de 2018

A la memoria de Fernando del Paso.




Fernando de Paso es sin duda uno de los principales escritores de nuestra literatura, tras su muerte poco a poco lo iremos revalorando y poniendo en el lugar que le corresponde.
Armando Enríquez Vázquez
Lo primero que leí de Fernando del Paso a principios de los años ochenta fue El Palinuro de México y me fascinó, el dominio del español del escritor mexicano que no estaba en México y que era temiblemente mexicano cimbró mi alma, poco después conseguí José Trigo que me impactó de mayor manera.
Entre los grandes inicios de los libros de la literatura sin duda se encuentra el arranque de José Trigo;
“Era.
Era un hombre.
Era un hombre de cabello encarrujado y entrecano. Tenía cuantos años. Treinta y cinco, cincuenta. Cincuenta y cuatro trenes salen todos los días de la vieja estación de Buenavista y yo los cuento como cuento sus años.”
Junto con el Quijote de Cervantes, Dos Crímenes de Ibargüengoitia, Sí una noche de invierno un viajero de Italo Calvino, Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez y El Trópico de Cáncer de Henry Miller, este es para mí gusto, uno de los mejores inicios de una novela, algo que nos hace sin dudarlo continuar la lectura.



Después están esos textos maravillosos, viñetas que forman la novela de la intervención francesa Noticias del Imperio; el soldado que lleva las cajas con los linotipos, la partida de lotería en los salones imperiales de Napoleón III, Los monólogos de Carlota, loca y a muchos años de distancia de su aventura mexicana, que van uniendo los otros textos y la historia.
A lo largo de mi vida siempre que iniciado un texto nuevo o desconocido para mi de Fernando del Paso tengo la dicha de saborearlo y regocijarme con él, sorprenderme lo cual como lector agradezco.
Recuerdo que cuando leí sus sonetos ninguno llamó mi atención como el Soneto del huevo pasado por agua. Que a continuación reproduzco:

                                                                                                               Para Ulalume González de León
Érase que se era un huevo puro,
un huevo niño, cándido, inocente,
al que le dio, ya siendo adolescente,
por ser un huevo de carácter duro.

Y para hacerse firme, audaz y maduro
se dio un baño de tina en agua hirviente
mas quebróse al entrar y de repente
nuestro huevo encontróse en grave apuro.

"Derrame yemular, traigan más plasma",
dijo el galeno: "inyéctenlo de nuevo",
mas oh dolor, no le salvó la vida:

Le dio fiebre amarilla, flemas, asma
le dio de todo y al fin el pobre huevo
murió de enfermedad desconoSIDA


Así Fernando del Paso fue capaz de recrear con lujo de detalles y como una joya de escritura sobre el siglo XIX en México, pero también sobre las cortes europeas de la época, mientras escribía también sobre grandes acontecimientos del México contemporáneo, un divertimento que contenía a un huevo de gallina y al SIDA en él. Literatura infantil, ensayos. Lo barroco, la riqueza del idioma y la fuerza de las imágenes de Noticias del Imperio o de José Trigo, están presentes también en sus breves sonetos.
Del Paso era un excelente escritor, que lloraba, reía, bostezaba escribía y soñaba en castellano como lo remarcó en su discurso de aceptación del Premio Cervantes, que le fue otorgado hace tan sólo tres años. Fernando del Paso es un escritor que logra hacernos, y seguramente hará a futuras generaciones, leer, soñar, reír y divertirse en ese mismo castellano.
Dibujante excelso que en su juventud pasó por esa tierra de penitencia y egos inflados que se llama publicidad.



La muerte de Fernando del Paso, como la de los otros hombres creativos que influyeron en quien soy, me duele como perder a un pariente al que no volveré a ver y no porque alguna vez haya tenido al escritor frente a mí, sino porque nada de lo que lea salido de su pluma será nuevo, no habrá nuevas obras del autor que esperar con entusiasmo. A veces el placer de releer tiene ese mórbido placer nostálgico del que ve una fotografía sabiendo que quienes están en ella jamás volverán a estar juntos. Así me pesa la muerte de Fernando del Paso.
Dice Borges en uno de sus poemas que hay una línea de Verlaine que no volverá a leer, yo espero volver a leer muchas veces más las líneas de Fernando del Paso que más me gustan y darle una vuelta nueva a sus libros.
Si de alguna manera azarosa llegaste a este texto, sin saber bien a bien quien era Fernando del Paso, yo te invito a que busques un libro de él y lo leas, que honres la memoria del escritor y del hombre que no todos querían, ni conocen su obra en su propia patria. Y si llegaste por leer algo sobre el genial autor, vuélvelo a leer ese el mejor homenaje a su memoria y su obra.


Los dos dibujos de arriba fueron hechos por Fernando del Paso.

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