miércoles, 30 de abril de 2014

Tu voz, mi voz, la voz de otros.





La llamada democracia se construye a partir de voces, de diálogo de protesta, de enojo,  de crítica y hasta de insultos saber escuchar y responder es la obligación de la autoridad.

Armando Enríquez Vázquez

La democracia supone ser el gobierno del pueblo. En ella, idealmente se encuentran las voces mayoritarias y disidentes, los críticos del poder y aquellos que lo defienden a capa y espada. En teoría la democracia es un ejercicio plural que a pesar de representar a las mayorías consiente en escuchar a las minorías. Curioso aplicar la palabra al sistema político mexicano, cuando durante décadas fue claro que en México lo que dominó fue la dictadura de un partido y así como en la Unión Soviética el Partido Comunista gobernó a los soviéticos gran parte del Siglo XX, con diferentes rostros, lo mismo sucedió en México con el PRI y sus presidentes sexenales.
Cuando se es presidente, a uno se le olvida hasta como se abren las puertas. Confesó José López Portillo a Jorge Castañeda en su libro sobre los ex presidentes y con ese mismo cinismo que lo caracterizó toda su vida declaró que cuando un presidente de México preguntaba la hora, sus lacayos respondían: La que usted quiera Señor Presidente.
Cuando Vicente Fox estaba a punto de abandonar la presidencia le dijo a los periodistas proféticamente: Me van a extrañar. La verdad sea dicha, durante el foxismo la libertad de prensa gozó lo que durante años antes y después no había hecho.
Desde el sexenio de Felipe Calderón y durante el presente una de las formas más sencillas de acabar con las voces disidentes de la prensa es la muerte. 31 periodistas muertos desde 2010 y hasta febrero de este año. Bastan estas cifras para darse cuenta que los reporteros en México corren más peligro que en Siria. Veracruz es el estado tierra donde más periodistas han sido asesinados en el país y donde menos se ha hecho por esclarecer estos crímenes.
Pero más allá de los periodistas críticos, durante los últimos sexenios la sociedad civil, con una voz cada vez más audible gracias a las redes sociales se ha convertido en un factor importante en el ejercicio de eso que llamamos y entendemos como democracia. Gracias a las redes sociales se pudo destituir a un hombre corrupto y nepotista como Humberto Benitez Treviño, la difusión del reportaje y la indignación de la gente por el caso de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre obligó al PRI a tomar acciones, minimas, cosa que no había hecho en el 2003 cuando Reforma  ventiló por primera vez el caso.
Todos los días los detractores y los defensores de los diferentes círculos del poder hacen publica sus posturas de grupo o individuales acerca de la actuación de nuestras autoridades y han surgido sitios y voces críticas que de otra manera hubiera sido imposible.
Desde el triunfo de Enrique Peña Nieto en las elecciones del 2012, han corrido versiones acerca de su manera de censurar a ciertas voces críticas de los medios de comunicación, claro con el beneplácito y servilismo de los dueños y directivos de las empresa de comunicación que pretenden con estos actos obtener las canonjías y favores del poder como se hacía en los mejores tiempos del PRI.
El intento por amagar a Internet, en realidad todo lo que los mexicanos consumimos en los medios, por medio de una ley secundaria de telecomunicaciones,  ese control de contenidos en los medios a través de la Secretaría de Gobenación, es la más retrograda de las medidas en un mundo globalizado, y nos pondrá a la altura de Turquía, y sólo nos habla de la intolerancia, así como de la falta de un espíritu democrático por parte del gobierno federal.
Debemos pedir que si va existir un control de contenidos este se apliqué en el caso de los contenidos denigrantes con los que durante décadas Televisa a infamado la imagen de nuestro país a nivel internacional. Pero, gracias a las aristas de esta ley, lo importante no es que dejemos de ver a Platanito, si no que no sepamos que en Michoacán las autodefensas están más cercanas a la insurrección. El velo sobre la inestabilidad en Tamaulipas y Coahuila sería total, y jamás oiríamos acerca de la  corrupción en Chihuahua o Veracruz. O de cómo están viendo en el extranjero muchos de los fracasos del gobierno federal en materia de seguridad que están por acabar con El Momento Mexicano. Eso es lo que quieren bloquear, a favor de que los lectores de noticias y comunicados continúen con su labor de propaganda en las vendidas pantallas de televisión.
En una democracia las voces de todos  tienen derecho a ser expresadas y escuchadas. Hoy que existen las redes sociales, los políticos que una vez electos se olvidan de la ciudadanía, están obligados a voltear a ellas para medir el pulso de sus electores y sobre todo demostrar su inteligencia al escuchar a todos sus representados, hayan o no votados por ellos.
Enrique Peña Nieto, fue electo por una débil mayoría electoral en 2012, pero en teoría gobierna para todos los mexicanos y eso creíamos cuando publicó el año pasado sus reformas constitucionales, sin embargo sus leyes secundarias van a favor de ciertos empresarios de los que mucho se ha especulado que lo ayudaron a acceder al poder como es el caso de Televisa.
Más allá de los problemas de que implica la ley en materia de Internet, hay que exigirle al gobierno federal nos aclare ¿por qué tiene ese interés de que México se vuelva una nación típica de Latinoámerica de los años 70, donde el lenguaje y las palabras nacionalismo, seguridad nacional, y diferentes valores se vuelven el pretexto para implantar un gobierno con tintes fascistas? ¿Por qué decidió a la vuelta de un año traicionar sus propias reformas constitucionales y de esta forma violarla por enésima vez? Una constitución que a diario es ignorada por aquellos que deberían de defenderla desde sus curules y escaños.
En lo que utópicamente nos enseñaron debe ser una democracia, todas las voces hasta los insultos y canalladas tienen voz, Estemos de acuerdo o no la democracia en teoría nos invita a vivir con tolerancia y de manera incluyente. Son las características y beneficios de la democracia, pero también está en el estadista, no en el político, la capacidad de discernir y sabiduría para gobernar de manera incluyente.

publicado en blureport.com.mx el 23 de abril de 2014
imagen:apcmag.com

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