martes, 21 de febrero de 2017

Papantzin la princesa Mexica que conoció a Cristo antes de tiempo.




Hermana de Moctezuma fue utilizada por la fe católica después de la conquista como símbolo del sincretismo religioso en la Nueva España.

Armando Enríquez Vázquez

Entre los presagios que le anunciaron a Moctezuma la llegada de los españoles, se encuentra extraordinaria historia de la muerte y resurrección de su hermana casada con el señor de Tlatelolco. Es curioso que en La Visión de los Vencidos, la recopilación que hizo Miguel León Portilla de los relatos indígenas de la conquista y algunos textos como el de Muñoz Camargo sobre la Historia de Tlaxcala, no se da noticia de la historia y de esta señora y sin embargo ya en tiempos de la colonia tanto Juan de Torquemada en la Monarquia Indiana escrita en 1615, como Francisco Javier Clavijero en su Historia Antigua de México publicada en 1780 narran ya la historia de Papan o Papantzin, lo que hace que la historia sea tal vez sólo una historia del sincretismo religioso que tanto funciono al catolicismo a lo ancho y largo del mundo.
Papantzin, cuyo significado es Señora Mariposa, el sufijo tzin en náhuatl es de carácter reverencial e indica señora. El ciclo de vida del insecto encaja de manera perfecta en los simbolismos católicos, de la transformación y los cambios. Papantzin vivía en Tlatelolco, su marido el señor de Tlatelolco murió en la guerra y ella vivió en el palacio encerrada durante algunos años hasta que en 1509 Papantzin murió.
A su funeral acudió el mismo Moctezuma. Un día después del entierro, una niña que cruzaba el jardín del palacio, por encima de la bóveda funeraria donde había sido enterrada Papatzin, se topó con la princesa. Papantzin llamó a la niña, quien, sin ser consciente de la muerte de la princesa y su posterior entierro, se acercó a la señora, que, de manera afable, le ordenó llevar hasta a ella a la esposa del mayordomo. La pequeña niña corrió hasta la mujer del mayordomo y le comunicó que la buscaba la señora de los tlatelolcas, obviamente la mujer le dijo que esto no podía ser posible pues Papantzin había muerto. La insistencia de la niña obligó a la mujer a buscar a dos mujeres más e ir hasta el jardín para mostrarle a la niña su error, pero para su sorpresa y su horror ahí en el jardín se encontraba Papantzin.
La princesa ordenó a las mujeres traer al mayordomo y al llegar este Papantzin le pidió fuera a comunicarle la noticia a Moctezuma, pero el mayordomo se negó a la petición pensando en que el emperador se negaría a recibirlo, o en el peor de los casos lo castigara con severidad por no creer la noticia que le llevaba a él. Papantzin entonces le pidió comunicar la noticia al Señor de Texcoco, Netzahualpilli, este gobernante llegó a Tlatelolco y como los demás se sorprendió ante la aparición de Papantzin, ella se limitó a pedirle el favor al que se había negado el mayordomo, e informar a su hermano que fuera a visitarla pues tenía que comunicarle algunas cosas. Netzahualpilli accedió a la petición de la princesa y señora de Tlatelolco y comunicó al emperador acerca de su hermana, quien por no ofender a Nezahualpilli pero con plena incredulidad decidió acudir al palacio de Tlatelolco. Allí para su sorpresa, como la de todos los anteriores se topó con su hermana viva.
Papantzin entonces le dijo que tenía un mensaje para él y que quería contarle lo que le había sucedido al morir. Le contó como de pronto se vio en un páramo con diversos senderos y un caudaloso río cuyas aguas hacían un fortísimo ruido en su correr. Papantzin buscó como cruzar el aquel río y cuando se disponía a hacerlo se le apareció un ser que vestía una larga túnica blanca, con un rostro resplandeciente como el sol, con alas y para terminar con el cliché y que quedara claro para los oyentes y lectores, con una extraña señal en la frente, misma que Papantzin realizó frente a su hermano y demás oyentes juntando los dedos y haciendo una cruz.
Este ángel, le comunicó a Papantzin que aún no había llegado su momento de cruzar aquel río. Y que sin embargo tenía que llevarle un par de mensajes a su hermano el emperador Moctezuma. El ángel paseó a Papantzin por el valle, tomándola de la mano y le habló de Dios, mientras la princesa tlatelolca observaba cráneos, gente gimiendo y demonios a los que Torquemada para dar un toque indígena decide describir como seres negros con cuernos y patas de venado o de ciervos, que eran conocidos por los habitantes nativos de América, a diferencia de las cabras que no serían introducidos en la Nueva España hasta la llegada de los españoles.
Después el ángel le mostró la llegada de los navíos españoles y ella le describió a Moctezuma a estos hombres barbados y con otro color de piel que habrían de llegar a tierras mexicas y de las batallas que habrían de librarse en esta tierra. Le indicó como los hombres con “yelmos” y “estandartes” abrían de conquistar México y cómo Dios la invitaba a una vez terminada la contienda de la conquista convertirse en la primera indígena conversa en el nuevo territorio.
Moctezuma atribulado, regresó a Tenochtitlan, los sabios y hombres que lo acompañaban desacreditaron a Papantzin y la tildaron de loca. Moctezuma de acuerdo con la historia de jamás volvió a ver a su hermana, quién una vez terminada la Conquista, obedeció las recomendaciones del ángel y fue la primera en convertirse a la fe de los españoles cambiando su nombre por el de María Papan.
De acuerdo con Torquemada la historia surge de antiguas pinturas indígenas, además de ser del dominio público y María Papan, conocida por muchos en la capital de la Nueva España, vivió muchos años en forma piadosa y virtuosa acorde a las normas de una vida de católica. Por su parte Clavijero afirma que el nombre que adoptó la princesa mexica fue el de María Papantzin.
Laureana Wright retomó la historia casi de forma textual en su libro de Mujeres Notables Mexicanas y sólo añadió la teoría de que lo que sufrió la hermana de Moctezuma fue un caso de catalepsia, tomando la voz del historiador del siglo XIX Manuel Orozco y Berra.
Sea como fuere y con menos datos históricos que ficticios esta es la historia de Papantzin, esposa del señor de Tlatelolco y hermana de Moctezuma, primera conversa de la Nueva España.

publicado en mamaejecutiva el 13 de febrero de 2013
imagen: historiadelcatolicismo.info

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