miércoles, 30 de mayo de 2012

Nuevas células para corazones averiados.



La semana pasada médicos en Israel anunciaron haber desarrollado una técnica que convierte células de la piel de un paciente enfermo del corazón en nuevas células  de tejido cardíaco sanas y palpitantes.

Armando Enríquez Vázquez

Ver lo que sucede en el terreno de la ciencia siempre es emocionante, saber que hay plantas y tal vez animales que se pueden traer al presente desde las congeladas tundras del tiempo donde quedaron algunas semillas ytejidos.
Deslumbrarse aunque sea por unos meses creyendo que se han descubierto partículas capaces de viajar a velocidades mayores que las de la luz.
Pero lo cierto es que nada es comparable a los escalofríos que producen los avances de la ciencia médica y las puertas de posibilidades que con cada investigación exitosa se abren. Investigadores del centro médico y de tecnología de Haifa, en Israel, anunciaron que habían logrado reprogramar células de la piel provenientes de dos pacientes con severas afecciones cardíacas, uno de 51 años de edad y el otro  de 61, para transformarlas en células de tejido cardiaco con su propio latido, más tarde estas células fueron implantadas en los corazones de rata logrando sincronizar los latidos sin ser rechazadas.
A pesar de que se dice que este tipo de técnica tardará todavía unos diez o quince años en alcanzar las clínicas y hospitales, lo interesante es el logro, volver a tener el corazón sano y nuevo de un recién nacido a pesar de la edad física que se tenga.
El doctor Lior Gepstein, médico cardiólogo y cabeza del equipo científico en lograr la técnica declaró: “Hemos demostrado que es posible a partir de células epiteliales de un paciente mayor de edad con severos problemas cardíacos,  programar células cardíacas palpitantes del mismo paciente que son sanas y nuevas, similares a las del corazón de un recién nacido.
Esta técnica había sido demostrada con anterioridad en 2007 en Estados Unidos y Japón cuando dos equipos de científicos identificaron los genes de lo que llamaron la  “pluripotencia”, es decir genes que podían programar de células adultas en nuevas células en etapas anteriores de crecimiento, en pocas palabras algo así como la fuente de la eterna juventud. La técnica, explicada de manera reduccionista, consiste en tomar las células de la piel y convertirlas primero en células madre, para después a su vez reprogramarlas a través de los genes pluripotenciales en células cardíacas.
El estudio fue publicado en el European Heart Journal , así como en portal electrónico del mismo. Entre los grandes logros del procedimiento los investigadores israelís subrayan; la habilidad de producir las células madre y lograr volverlas en células cardíacas libres de un gene cancerígeno llamado c-Myc transgene, necesario en el inicio del procedimiento y que es conocido por transformar las células madre en células cancerígenas. Otro de los grandes logros fue el poder hacer que estas células pluripotenciales, se integraran eléctrica y mecánicamente al tejido de cardíaco de las ratas. Y por último la “superviviencia”, es decir que no existiera rechazo alguno por parte del tejido existente, de las células cardiacas tras el trasplante.
“Lo interesante fue como las células se integraron rápidamente con el tejido cardiaco de las ratas y entraron en sincronía. Sí al implantar las células estas hubieran latido a un ritmo totalmente diferente, no existiría ninguna mejora en las funciones del corazón, incluso se podría inducir una arritmia que podría llegar a ser fatal.” Declaró Gepstein en una entrevista al diario británico The Guardian.
Existen aun algunas preocupaciones entre los investigadores, como es el cuidado necesario tanto de la reprogramación de las células, como del historial médico y clínico de cada paciente humano para evitar que en lugar de ayudar al corazón, estas nuevas células ayuden a la evolución de tumores. También existe la preocupación referente a las cicatrices que deja en el corazón un infarto ya que este tejido debe ser removido para que las nuevas células puedan ayudar en verdad al músculo cardíaco a funcionar de manera óptima.
Otro reto será el producir las cantidades adecuadas de células de manera rápida, ya que un infarto acaba con aproximadamente la cuarta parte de las células del corazón que se calcula son cuatro mil millones. A los científicos israelís les llevó dos semanas reprogramar las células de la piel en células cardíacas, por lo que hoy en día los pacientes no podrían ser tratados con esta tecnología de manera inmediata. Sí, como siempre los puentes están ahí para cruzarlos, para dar mejor calidad de vida a los seres humanos, para alargar nuestro tiempo en el planeta, para poder seguir gozando de las emociones que nos hacen estar vivos.


Publicado en blureport.com.mx el 30 de mayo de 2012
imagen cortesía de TattoosPictures.org

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