sábado, 22 de febrero de 2014

El fin de la academia.





Muchas cosas están cambiando y habrán de modificar por completo las forma en la que la sociedad se desarrolla gracias a Internet. La educación y la academia son sólo un par de ellas.

Armando Enríquez Vázquez

Mientras en nuestro país quieren hacernos creer que debemos celebrar las reformas estructurales que llegaron con más de 20 años de retraso. La discusión en otras partes del mundo se centra en hacía donde vamos como sociedad y el reacomodo de estructuras que suponíamos verdaderas en este nuevo marco de evolución.
Por ejemplo así como la industria disquera ha sufrido fuertes golpes gracias a Itunes, lo que deja claro es que hoy ya no se necesitan 15, 18 o 20 canciones para producir un trabajo musical. Hoy es suficiente que sea una pero capaz de convertirse en un fenómeno viral. Ya nadie depende de la programación en las estaciones de radio para promocionar y vender una canción o un álbum completo de música.
La prensa impresa es obsoleta. Para que queremos esperar a que se imprima un diario, si podemos estar perfectamente informados al momento a través de Internet, además de poder consultar una misma noticia no sólo desde diferentes puntos de vista, sino incluso desde diferentes perspectivas geográficas y geopolíticas.
Las editoriales enfrentan nuevos retos cuando plataformas como Amazon o Apple son capaces de ofertar novedades y títulos al lector, y permitiendo a los escritores enfrentarse a consejos editoriales para ser aprobado y publicado, eso sin hablar de la distribución, que es mucho más efectiva y directa cuando se habla de descargar los contenidos directamente a dispositivos como tabletas, que la muchas veces infructuosa búsqueda del ejemplar físico.
Ni que decir de los contenidos de entretenimiento como series y películas que comienzan a tener su espacio propio en lugares como Netflix o Clarovideo, sin la necesidad de la rigidez de horarios y caprichos de un programador.
Pero hay otra actividad humana que comienza a verse impactada de una manera importante por la actividad que se puede generar de manera virtual: La educación. Hoy frente a los altos índices de deserción y una falta de maestros capaces y comprometidos con la educación la respuesta no está solamente en evaluar a docentes, en crear profesionales competentes o en promulgar una reforma que no pone en la discusión las nuevas tecnologías. Ante la falta de espacios en las universidades ante la demanda y ante lo rígido y elitista que resulta la academia, la respuesta parece estar de nueva cuenta en Internet.
Un salón de clase puede tener a lo más entre 60 y 70 alumnos, pero gracias a los MOOC, siglas de Masive Opoen Online Courses,  o cursos abiertos en Internet, hoy se están impartiendo conocimientos por parte de las universidades más prestigiosas del mundo a cientos de miles de personas alrededor del mundo, gente con ganas de aprender y discutir con otras personas con los mismos intereses pero diferentes edades y culturas en el mundo. Lo importante es que en muchos de los casos los estudios empiezan a ser reconocidos por parte de las instituciones que los imparten, así como por otras similares.
Pero lo más importante es la generación de conocimiento y la publicación de resultados de investigaciones, que cientos de cientificos realizan a diario gracias a Internet, ya qué como los libros antes tenían que ser evaluados por comités que muchas veces daban prioridad a sus conocidos y favoritos. Un ejemplo está en los grupos de científicos, como los autonombrados biohackers que no sólo comparten sus investigaciones con otros científicos, si no crean comunidades activas dispuestas a generar ciencia fuera de los laboratorios convencionales de universidades y empresas, para llevarlos al cuarto trasero de su casa, con hasta el momento buenos resultados.
Vale la pena reflexionar sobre la existencia de los autodidactas y aquellos que no necesitaron de una educación formal para convertirse en hombres que han marcado cambios en la humanidad y las posibilidades que este tipo de personas tiene con la oferta de Internet.
Tal parece que la academia, como la conocemos, esta por cambiar. Qué la educación misma se encuentra en un momento en que habrá de evolucionar de una manera tan radical que esa educación formal que hoy reconocemos como esencial para el desarrollo profesional está por pasar a ser arcaica. Tan sólo el pasado 29 de enero Carlos Slim firmó una alianza con Coursera, una de las principales empresas de distribución de contenidos de MOOCs, para que a final de este año poder tener 50 nuevos cursos en español y crecer esa oferta en los próximos años. 2% de las personas inscritas en los cursos que ofrece Coursera son mexicanos, por lo que el empresario ve el potencial en los MOOC que no ven el gobierno federal y mucho menos sus diputados.
La educación a distancia ya existía de una manera formal, a través de diferentes estudios de grado y posgrado que ofrecen las universidades a lo largo del mundo, pero su estructura es rígida en tanto a los requisitos y las cualificaciones requeridas en el estudiante, así como la figura del maestro. Todo eso se modifica con el surgimiento de los MOOC, donde por lo general el grado de conocimiento sobre la materia no importa, y el curso en sí se puede ver como algo con diferentes niveles o capas de enseñanza y conocimiento que en gran parte dependen del interés del alumno, más que un requisito académico, otra de las características muy importante de un MOOC es la participación de las comunidades de estudiantes a través de foros que se abren en el mismo sitio del curso o en redes sociales donde se promueve el dialogo y el intercambio de ideas.
Este fenómeno educativo nos puede dar la clave para atacar los principales problemas que enfrentamos con la reforma educativa. Si los que dicen llamarse maestros no quiere dar clases y prefieren permanecer en plantón en la ciudad, es una buena solución el llevar computadoras a las casas y que unos poco maestros comprometidos con su profesión enseñen a cientos de miles de niños.
Ya desde hace muchos años en el mundo entero se viene sosteniendo la discusión sobre la desaparición del salón escolar, pero en México tenemos una experiencia histórica con la educación a distancia que ni Vicente Fox, Ni Felipe Calderón supieron aprovechar para estos tiempos de evolución: La telesecundaria. Los orígenes de la Telesecundaria datan de hace más de 50 años.
Cada día los analfabetos digitales son menos. Niños y jóvenes los principales usuarios y actores en Internet serán los que pondrán en el baúl de los recuerdos a la mayoría de esas estructuras que hoy nos parecen irremplazables, por lo que aunque haya los siempre ciegos a la realidad en unos años, ni escuelas, ni universidades, ni televisión y mucho menos líneas telefónicas en las casas.

publicado en blureport.com.mx el 17 de febrero de 2014
imagen: en.wikipedia.org

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