jueves, 12 de julio de 2018

El futuro de la CDMX




La llegada de una nueva administración federal que prevé la descentralización burocrática de la capital del país plantea retos también para la futura Jefa de Gobierno.

Armando Enríquez Vázquez

En los próximos años el gobierno de Andrés Manuel López Obrador planea entre muchas otras cosas la descentralización de las diferentes secretarias de estado e instituciones. La salida de gran parte de las dependencias de gobierno de la capital del país no es una mala idea, pero se puede convertir en un verdadero infierno para las ciudades a las que van a llegar las familias de la burocracia, como también representa un problema mayor para la CDMX y para el gobierno que va a encabezar la minion de López Obrador; Claudia Scheinbaum.
A mí queda claro qué si el presidente electo tiene esa determinación de cambiar la sede de una buena parte del gobierno federal, la señora Scheinbaum sólo dibujará con la boca esa muy perturbadora mueca que quiere ser una sonrisa y obedecerá sin cuestionar, sin tratar de buscar soluciones para la ciudad de la voz de su líder máximo.
A pesar de ello, los problemas que surgirán en la capital no abandonarán a la futura jefa de gobierno a lo largo de su sexenio si no comienza a pensar en soluciones, escuchar propuestas, pero sobre todo estar en comunicación con sus gobernados y hablar de manera clara con el próximo presidente de la República.
Lo primero será saber ¿cuál es el número de familias que abandonaran la CDMX en los próximos años? y ¿cuál será la logística para llevar a cabo esto?
Es importante tener un mapa de las zonas y alcaldías que verán disminuida su población, ya sea fija o ambulante. Es claro que ciertas zonas se verán afectadas por la cantidad de oficinas publicas que existen en ellas. En la alcaldía de Cuauhtémoc donde se encuentran las oficinas del IMSS, El ISSTE, SEDATU, sin duda se verán afectados cientos de negocios de comida. Paseo de la Reforma se convertirá una avenida más amigable, pero a la vez más peligrosa al vaciarse de oficinas de gobierno. Los vecinos de Las Flores y Barranca del Muerto agradecerán la desaparición de las cantidades de burócratas que con sus autos y guaruras entorpecen tráfico de la lateral del Periférico y los puestos de fritangas donde se esconden algunos criminales. Pero se cuestionarán que pasara con los centros comerciales recién inaugurados de la zona.
La salida de decenas de miles de familias implica que habrá escuelas que verán sus aulas con menos alumnos, restaurantes menos visitados, el número de salas cines serán excesivos para el nuevo número de habitantes de la Ciudad de México. Lo mismo sucederá con el número de departamentos y oficinas en la capital, por lo que la jefa de gobierno electa debe poner una veda en la construcción de vivienda y oficinas en la Ciudad por lo menos durante su sexenio, en lo que se aclara el panorama de la descentralización.
Pero también la descentralización tan necesaria para el desarrollo económico del país tendrá un impacto negativo en la ciudad y en la recaudación de contribuciones locales. Menos casas habitadas, menos oficinas utilizadas, un mayor número de prediales que no habrán de pagarse. Menor recaudación por concepto de impuestos en giros mercantiles. Menos habitantes, menos impuestos, lo que tal vez influya en un recorte de la burocracia local que hará mayores los problemas de la Ciudad.
La realidad de los planes del gobierno federal para descentralizar el poder burocrático del país, obliga a las autoridades de la ciudad de México a evaluar y replantear cual será la función de la capital. Los ciudadanos debemos de ser parte de estas decisiones y dejar de pensar que toda la responsabilidad recae en una autoridad servil ante el presidente electo como lo es Claudia Scheinbaum. Los habitantes de la capital del país tenemos la obligación de opinar e impedir que se pauperice nuestra ciudad.
Por lo pronto la Ciudad necesita mayor numero de áreas verdes, terrenos como el de la SCT puede convertirse en un extraordinario parque en la zona central de la capital. O en un campus para una Preparatoria de la UNAM o vocacional del IPN o ambas. Lo mismo sucede con predios a lo largo y ancho de la ciudad. Por otro lado, la virtual jefa de gobierno tendría que retomar la propuesta de su adversaria electoral de convertir los terrenos del actual aeropuerto de la capital en tres nuevos campus de la UNAM, el Politécnico, y la UAM que permita el crecimiento de una población estudiantil. La reforestación de la Ciudad es importante y son temas que pueden hacer a la ciudad atractiva para aminorar los efectos de la posible crisis económica local. El hacer crecer la oferta de en las principales universidades públicas del país en mucho mejor que crear nuevas instituciones que a lo largo del tiempo prueben su ineficacia como la Universidad de la Ciudad de México.
La jefa de gobierno electa deberá de demostrar en el futuro su compromiso con los habitantes de la ciudad y no sólo con su jefe y hacer que la Ciudad continúe siendo referente a pesar de tener un menor número de habitantes. No son doce festivales temáticos lo que hará crecer a la Ciudad de México sino un verdadero plan de contención y desarrollo ante la migración que se avecina.

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