martes, 14 de febrero de 2017

María Remedios del Valle, la afroargentina Madre de la Nación albiceleste.




En la historia de la independencia de Argentina destacan las acciones de esta mujer descendiente de esclavos africanos.
Armando Enríquez Vázquez.

Nombrada por el creador de la bandera argentina y uno de los fundadores de la actual República de Argentina, el General Manuel Belgrano como Madre de la Patria, María Remedios del Valle, fue encontrada muchos años después del triunfo de la guerra de independencia pidiendo limosna a las puertas del atrio de una de las iglesias más importantes de Buenos Aires, por otro general participante en la guerra de la independencia de la nación del sur; el General Juan José Viamonte, quien al reconocerla y verla tan olvidada, no sólo por sus compañeros de batallas, si no por el pueblo argentino llevó su caso ante la llamada Junta de Representantes de Buenos Aires para finalmente solo obtener tres cosas que jamás de se llevaron a cabo por ese grupo de legisladores: El grado de Capitana del ejército argentino con su correspondiente salario, La escritura de  una biografía con sus hazañas y finalmente erigirle una estatua.
La heroína y madre de la patria argentina quedó en el olvido por casi dos siglos. Tal vez por ser mujer, como muchas otras mujeres de Latinoamérica que los historiadores hombres han despreciado, y otro poco por ser negra en un país que se jacta siempre de su origen europeo.
De María Remedios se desconoce la fecha de su nacimiento, pero se sabe que fue en la ciudad de Buenos Aires en la segunda mitad de la década de 1760, muchos ponen la fecha en 1766. Se calcula que a principios del siglo XIX en Argentina al menos el 30% de la población tenía orígenes en los esclavos negros que llegaban de África. A María Remedios del Valle en el racista, clasista y complicado sistema de castas que los españoles impusieron en todos sus dominios en América, le correspondía el termino de parda, esto es que por sus venas corría tanto sangre peninsular, como indígena, como negra.
Anteriores a la guerra independentista en Argentina, el Virreinato de Río de la Plata sufrió dos fracasadas invasiones por parte de tropas inglesas. Tras estas fallidas invasiones los argentinos buscaron su independencia. Fue en la segunda de estas invasiones donde se destaca María Remedios por primera vez. En 1810, en la defensa de Buenos Aires María Remedios sirvió como auxiliar a un cuerpo de voluntarios conocido como el Tercio de Andaluces, su actividad en esas acciones bélicas quedó registrada. Más tarde junto con su esposo y dos hijos se unió a la Revolución de Mayo, con la que inició la guerra de independencia de Argentina. María Remedios tenía entonces más de 40 años de edad.
Tanto el marido, como los hijos murieron, en la lucha armada. María Remedios continuó en el ejército y marchó rumbo al Alto Perú. Antes de la batalla de Tucumán, la mujer se presentó frente a Belgrano y se ofreció a cuidar de los heridos de la primera línea, ofrecimiento al que Belgrano se negó, pero María Remedios desoyendo las órdenes del general, la mujer se dedicó a combatir y cuidar de los heridos a arengar a las tropas de Belgrano. Los soldados, tal vez, por la edad de la mujer y reconociendo su valor y valía, comienzan a llamarla Madre de la Patria. Título que junto con el de Capitana del ejército. En la batalla de Vicalpugio, en 1813, María Remedios fue herida por una bala y hecha prisionera. Desde su cautiverio María Remedios ayudó al escape de algunos jefes de la insurgencia, por lo cual fue castigada con azotes. Como en el caso de la independencia de México las fuerzas realistas fueron crueles y viles con las mujeres aliadas a las tropas de liberación, pero pocas veces mostraron la misma dureza que con los hombres, lo que se tradujo en un menor número de ejecutadas, que de ejecutados. Azotada y vejada María Remedios del Valle logra escapar y se une a las tropas del General Martín Miguel de Güemes, donde se pierde en el anonimato. Sus acciones en el campo de batalla hacen que organismos como la Cruz Roja Argentina hable de ella como la primera enfermera en la historia de aquel país.
De ahí no se vuelve a saber de ella hasta que el General Viamonte la encuentra pidiendo limosna y la reconoce por las innumerables cicatrices que marcan la piel de la negra indigente.
Poco a poco y luchando contra la burocracia María fue haciéndose de una pensión que fue creciendo hasta que en 1835 el General Juan Manuel Rosas le otorgó una gran mejora en su pensión, junto con un mejor grado militar.
La fecha de su muerte como la de su nacimiento es incierta y sólo se sabe que ocurrió entre el 28 de octubre y el 8 de noviembre de 1847. Fechas que marcan el día que María Remedios cobraba la pensión que el General Juan Manuel Rosas, presidente argentino, le había asignado en 1835. Incluso al recibir este aumento de pensión y el grado de Sargento Mayor, lo que aumentó su pensión en un 600%, María Remedios del Valle, al parecer en agradecimiento cambió su nombre a María Rosas.
La figura y acciones de esta valiente mujer se perdieron en la noche de los tiempos de la historia argentina por casi doscientos años, hasta que en 2010 dos legisladoras argentinas; Cecilia Merchán y Victoria Donda presentaron una iniciativa para finalmente crear el monumento para honrar la memoria y la vida de la afroargentina que es madre de la patria albiceleste.
A partir de 2013, Argentina celebra el 8 de noviembre como el día de las y los afroargentinos y la cultura Afro, la fecha fue designada en honor a María Remedios del Valle.

publicado en mamaejecutiva..net el 6 de febrero de 2017
imagen: inadi.gob.ar

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