martes, 11 de junio de 2019

Wislawa Szymborska la gran poeta polaca.




Ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1996 esta mujer fue la punta de lanza de la poesía polaca durante el siglo XX.

Armando Enríquez Vázquez

Desde la primera vez que leí a Szymborska, a raíz de su designación como Premio Nobel de Literatura en 1996, encontré en la poeta polaca una voz entrañable de la que es difícil, como me sucede con otros poetas del este de Europa, olvidarse o dejar en las estanterías del olvido. Ese optimismo de quienes vivieron en un sistema totalitario parece estar presente en la obra de Szymborska:

Una vez encontró en los arbustos una jaula de palomas.
Se la llevó
y para eso la tiene,
para que siga vacía.
                                (Fragmento del poema “Alguien a quien observo desde hace tiempo”)

Wislawa Szymborska nació el 2 de julio de 1923 en un pueblo llamado Bnin, que hoy es parte de la ciudad de Kórnik. En 1929 la familia se mudó a Cracovia. El talento poético de Wislawa Szymbroska se reveló desde su infancia cuando su padre le daba una moneda por cada poema divertido que la niña escribiera. Infancia y adolescencia transcurrieron en los terribles días de la entre guerra, ese respiro extraño e ideológicamente hirviente que se dio Europa antes de iniciar la II Guerra Mundial. En 1945, Wislawa entró en la Universidad Jaguelónica, fundada en 1364 por Casimiro III el grande, en un principio su nombre fue Academia de Cracovia. Esta universidad no sólo es la más antigua de Polonia, es una de las más antiguas de Europa. El cuerpo académico y trabajadores fueron diezmados durante la II Guerra Mundial. Mientras los Nazi arrestaron profesores y trabajadores que fueron enviados a campos de concentración, los rusos fusilaron bajo órdenes Stalin a otra parte del cuerpo de los facultativos. Uno de los estudiantes distinguidos de la universidad durante ese oscuro periodo fue Karol Wojtyla quién se convirtió en el Papa Juan Pablo II.

Pensé en la felicidad y sentí miedo.
Porque si sólo de eso se trataba en la vida,
la cabeza
era feliz.
                              (Fragmento del poema Experimento)

Wislawa estudió literatura polaca y sociología. En 1948 se casó por primera vez con Adam Wlovek, un poeta y editor polaco. Szymborska. En 1945 publicó su primer poema. En 1952 vio la luz su primer libro de poesía, Por eso vivimos y en 1954 el segundo, Preguntas a una misma, ambos textos muestran los lazos que existían entre la poeta con la visión comunista del partido gobernante en Polonia. De 1953 a 1981 trabajó como editora y colaboradora de la revista Vida Literaria. Hacía una columna a partir de collage y contestaba cartas de los lectores, así como a los aspirantes a escritores que mandaban material para publicar en la revista, generalmente con un estilo irónico y caustico. En una entrevista recordó que con frecuencia contestaba a los aspirantes que eran malos y sintiendo que la respuesta no era brutal, algo de dudar, con la siguiente frase: “Es fundamental cambiar de bolígrafo. El que utiliza comete muchos errores.” A lo largo de su vida publicó 16 libros de poesía.
Poco a poco se fue alejando del partido comunista y las ideas inflexibles e intolerantes acerca de la sociedad. En 1954 se divorció. Volvió a casarse en 1967 con el escritor y poeta Kornel Filipowicz, con quien vivió hasta la muerte de este en 1990.
En 1991 recibió el prestigioso Premio Goethe y en 1995 el desaparecido Premio Herder.
Wislawa fue una sencilla mujer con un curioso sentido del humor. En 1996 tras ser informada de haber ganado el Premio Nobel de Literatura la poeta declaro: “No pienso irme a celebrar el Nobel. Voy a irme a acostar temprano”.
Wislawa Szymborska murió el 1º de febrero de 2010 en su departamento de Cracovia.  

Opinión sobre la Pornografía
No hay mayor lujuria que el pensar.
Se propaga este escarceo como la mala hierba
en el surco preparado para las margaritas.

No hay nada sagrado para aquellos que piensan.
Es insolente llamar a las cosas por su nombre,
los viciosos análisis, las síntesis lascivas,
la persecución salvaje y perversa de un hecho desnudo,
el manoseo obsceno de delicados temas,
los roces al expresar opiniones; música celestial en sus oídos.

A plena luz del día o al amparo de la noche
unen en parejas, triángulos y círculos.
Aquí cualquiera puede ser el sexo y la edad de los que juegan.
Les brillan los ojos, les arden las mejillas.
El amigo corrompe al amigo.
Degeneradas hijas pervierten a su padre.
Un hermano chulea a su hermana menor.

Otros son los frutos que desean
del prohibido árbol del conocimiento,
y no las rosadas nalgas de las revistas ilustradas,
pornografía esa tan ingenua en el fondo.
Les divierten libros que no están ilustrados.
Sólo son más amenos por frases especiales
marcadas con la uña o con un lápiz.
                                                                  Versión Abel A. Murcia


publicado en mamaejecutiva.net el 3 de junio de 2019
imagen wikipedia.org

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