viernes, 24 de abril de 2020

Honor Frost arqueóloga submarina.




Una de las mujeres más importantes en la implementación de una visión científica para la arqueología submarina llevó una vida de cuento.

Armando Enríquez Vázquez.

Honor Frost nació en Nicosia, Chipre el 28 de octubre de 1917. Honor quedó huérfana a temprana edad, pero quedó bajo la tutela de un abogado ingles millonario y coleccionista de arte llamado Wilfred Evill. Tuvo una excelente educación y estudió arte en la Escuela Central de Arte de Londres y en la Escuela Ruskin de Arte en Oxford. Al finalizar sus estudios trabajó como diseñadora de escenografías para ballet y también fue editora de la Tate Britain, que es la más antigua de las sedes de las Galerías Tate.
Frost fue privilegiada y perteneciente a una elite de la sociedad inglesa, en la década de los años cuarenta, tras finalizar la II Guerra Mundial, en una fiesta en Wimbledon Hill, Frost se enfundó en un viejo traje de buzo y se introdujo en el pozo de la propiedad alentada por el dueño de la mansión en la que se llevó a cabo la fiesta. La inmersión y descubrir la capacidad de moverse en un mundo ajeno a los seres humanos, cambió la vida de Frost de manera radical, se inscribió en el Club Alpin Sous-Marin para aprender a bucear, durante su educación conoció a Frédéric Dumas, quien se convirtió en amigo y mentor, miembro del equipo del oceanógrafo Jacques Cousteau, Dumás fue el responsable de llevar a Frost en su primera inmersión a un navío hundido. Se trató de un barco romano que se encontraba en la costa de mediterráneo francés, en definitiva, esta experiencia determinó el futuro de Honor Frost y marcó los futuros desarrollos de la arqueología submarina. Frost fue pionera en dos campos el científico de la arqueología submarina y en el campo del buceo con SCUBA, que es el tanque de oxígeno que llevan los buzos. 
En la década de los 50 Honor se unió a la excavación que la arqueóloga Kathleen Kenyon estaba llevando en Jericó, aunque casi de manera inmediata se dio cuenta que la arqueología terrestre no era lo suyo, lo que aprendió de Kenyon graficando los hallazgos y dibujándolos en la posición en que son encontrados objetos, fue una de sus grandes aportaciones a la arqueología submarina. Tras su breve trabajo en la ciudad hebrea, Frost se mudó a Líbano y trabajó en los puertos de Sidón, Bilblos y Tiro bajo los auspicios del Instituto Francés de Arqueología, comenzó entonces su interés por las anclas de piedra de los antiguos barcos, que mantuvo a lo largo de su vida.
Con los problemas sociales y armados en Líbano, Frost se mudó a Turquía en 1959, documentó con sus dibujos el naufragio de un barco de la edad de bronce en el Cabo de Gelidonya enfrente a la isla de Chipre donde Frost vio la luz. Los conocimientos aplicados por Frost en este descubrimiento cambiaron el mundo de la arqueología submarina y se convirtieron en el protocolo a seguir. Algo de gran importancia fue el reconocimiento por parte de la arqueóloga de este barco como una nave Fenicia lo que demostró que las rutas marítimas de los comerciantes del medio oriente eran anteriores a lo que se había pensado.
En 1968 formó parte de la excavación patrocinada por la UNESCO en las ruinas de lo que fue el Faro de Alejandría una de las maravillas del mundo antiguo. Frost fue parte del equipo que identificó parte de los cimientos del faro, así como las ruinas del palacio de Ptolomeo y de Alejandro. Después trabajó en otros importantes naufragios uno frente a las costas de Sicilia, un barco de guerra cartaginés hundido durante la última batalla naval de la primera Guerra Púnica.
Cuando su tutor murió Honor fue la única heredera del millonario inglés, por lo que jamás tuvo problemas financieros, se casó una sola vez y el matrimonio duró muy poco. Frost escribió varios libros acerca de sus experiencias como arqueóloga submarina. El primero de ellos y más conocido fue Under the Medierrean, Travels with my Bottle, que fue publicado en 1963. Honor Frost murió el 12 de septiembre de 2010. Su fortuna y la valiosa colección de arte que heredó de su tutor fueron puestas a la venta para crear la Fundación Honor Frost dedicada a impulsar la investigación arqueológica en Mediterráneo sobre todo en los puertos hundidos del Cercano Este, por medio de becas, así como a dar a conocer la obra de Honor Frost.


imagen:oxforddnb.com

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