domingo, 19 de abril de 2020

Mi generación.




Frente a los nubarrones negros en el horizonte político y económico es muy importante recordar quienes fueron los que cambiamos pacíficamente a México en las últimas décadas.

Armando Enríquez Vázquez

Por lo que se anuncia económica y políticamente con Morena en el poder, con la Intransigencia y el odio que se genera a diario desde la presidencia del país, los próximos meses y tal vez años se viene una crisis como no hemos visto en más de tres décadas en México.
Los que nacimos en la década de los años sesenta y setenta, generaciones que crecimos en crisis, nos tenemos que dar cuenta y transmitirle a nuestros hijos y nietos ago de lo que siempre debemos enorgullecernos; somos las generaciones que cambiamos a este país, a pesar de crecer en épocas de crisis y condicione similares a las que intenta imponer la actual de la 4T; amiguismo, nepotismo, corrupción, opacidad y violencia contra la libertad de expresión nacida desde la cumbre del poder política, la censura y el maquillaje de la realidad de México, la manipulación de los marginados y la promoción de la ignorancia en beneficio de una estructura política que pretende perpetuarse en el poder.
A pesar de todo eso los mexicanos de esas generaciones logramos fortalecer la democracia, sin la ayuda de los políticos en el poder, a pesar de ellos. Logramos correr de Los Pinos al PRI un partido que como bien dijo Vargas Llosa creó una dictadura perfecta. Logramos cambiar al PAN tras doce años de mala administración y al PRI tras seis años de un robo descarado a pesar de estos políticos mediocres, mezquinos y ambiciosos fuimos estas generaciones, no ellos, logramos cambiar México y no podemos dejar que un anacrónico y testarudo hombre, que se dejó envejecer gobierne el país de la manera en que lo hizo la peor parte del PRI en los años setenta.
Nosotros debemos hacer ver a nuestros jóvenes que hoy se encuentran desesperanzados porque su voto falló en 2018, que eso es una democracia. De alguna manera nosostros desde las urnas y a pesar de personajes nefastos que han atentado desde siempre contra la democracia como Manuel Bartlett Díaz, revolucionamos al país. Con nuestro voto, vuestra voz y las instituciones ciudadanas que presionaron a los gobiernos del pasado cambiamos a México y no podemos ni debemos permitir el retroceso que se plantea hoy.
La parte de esta esperanza de México está en acciones que no se veían desde que la sociedad civil obligó a los políticos a sentarse a hablar de la violencia de este país en el Castillo de Chapultepec. La posición de diferentes empresarios para declarar una huelga de pago de impuestos es una clara posición de personas que ejercen el derecho que les da la democracia frente a un gobierno que se ha visto rebasado por su ambición, su falta de empatía con sus gobernados y la poca visión de un hombre que se quiere erigir como un emperador con su sequito de malechores, ya sea voceros de la censura, promotores de la intolerancia y la división y que curiosamente se decían demócratas apenas hace apenas dos años se creían apóstoles de la tolerancia.
López Obrador sus mujeres y hombres hicieron una campaña perfecta. Aprovechando la desvergonzada corrupción de Peña Nieto que permitió una época de corrupción descarada. Reunió a diferentes sectores de la población a base de promesas que no tardó ni un mes en traicionar y ha intentado fortalecer un sistema similar a aquel con él que el creció y en el que inició su carrera política, un sistema presidencial que hoy gracias a las diferentes herramientas que nos da la tecnología no podemos permitir.
También hay señales de la lucha desde la estructura del poder,hace algunos años cuando los gobernadores priístas y perredistas formaron la CONAGO para oponerse a decisiones unilaterales de la Presidencia Panista, hoy la denuncia y el rechazo de un grupo de gobernadores a las dictatoriales medidas de López Obrador, al equipo defectuoso que ha repartido en los estados gobernados por la oposición, incluso al interior del partido en el poder se han visto grietas importantes, las declaraciones gobernador de Baja California, empresario miembro en teoría de Morena, que pusieron de manifiesto el colapso del sistema de salud, gracias a la política errónea del presidente por desmantelar el sistema de salud. Pero esas declaraciones fueron consecuencia de una denuncia ciudadana, de una persona conocida y a pesar de la violencia, y el radical enfrentamiento que se da en las redes sociales, con granjas de bots patrocinadas y pagadas por diferentes actores políticos, desde los que se pagan por la presidencia, hasta los que se pagan por la oposición. Todos descalifican a sus adversarios o a quien le indica su empleador con argumentos rupestres, con amenazas veladas y en ocasiones reales. Con la bravuconería que les permite el anonimato, no abonan a la democracia, si no todo lo contrario.  
Tristemente López Obrador es igual o peor que Peña Nieto al que no se cansa de perdonar el presidente ha olvidado su promesa de campaña de investigarlo, uno de las tantas razones que tiene decepcionados a millones de jóvenes que votaron por un cambio. Nosotros la generación que cambió a México en más de una ocasión, debemos transmitirles y enseñarles a quienes nos siguen que se puede, que el país es más grande y más, mucho más que los Bartlett, Monreal, Padierna, Pablo Gómez, Napitos, Nahles y demás mezquinos oportunistas que nos roban y roban al país desde los puestos que se les dieron y no están capacitados para ejercer o administrar las dependencias a su cargo. Más allá de Nahle y Bartlett, los más claros ejemplos son el director de PEMEX, Octavio Romero un títere de López Obrador, que le dio la puntilla a la paraestatal en menos de dieciocho meses y el ausente, bobalicón e ignorante secretario de Salud Jorge Alcocer.
Votar por congresos dominados por la oposición funcionó para que el PAN no se empoderara y deshiciera el país algo que nos falló como sociedad en 2018.
El México democrático de hace dos años, no se lo debemos a políticos que se enriquecieron a nuestras costillas y lo siguen haciendo porque sólo cambiaron el color de la bandera política para disfrazar su ambición y muchos les creímos o les creyeron, México democrático lo construimos desde la sociedad civil esa que aterra al intolerante que vive en Palacio Nacional. Pero es la Sociedad Civil la que podemos frenar esa ambición desmedida que surge de tener el poder. 

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