miércoles, 24 de octubre de 2012

El gobierno del Presidente de la República…



La última campaña de publicitaria del sexenio por concluir es sin lugar a dudas la más arrogante de cualquier fin de sexenio que pueda yo recordar.

Armando Enríquez Vázquez

Estamos acostumbrados a que durante el último informe de gobierno de un presidente se nos quiera hacer creer en los logros sin precedentes que su administración ha alcanzado en seis años. Después en los primeros días del siguiente sexenio, descubrimos la pila de corrupción y transas sin precedentes, que siempre es mayor a lo que intuíamos, que rodearon al sexenio que concluyó.
La campaña publicitaria con la que el Presidente Calderón, se despide de nuestras vidas y esperemos que de nuestra historia, es una de las más arrogantes, insensibles y mentirosas de las que tengo memoria. Decía Abraham Lincoln que una mentira repetida mil veces se vuelve una verdad. Esa parece ser la premisa de esta campaña oficial. Tal vez, los comerciales que más me molestaron e indignaron fueron los de la cultura. En doce años de gobiernos panistas la cultura nunca fue tan relegada. Obviamente ni Fox, ni Calderón saben lo que significa la palabra y lo que la cultura mexicana fue y es. Y si nosotros tenemos memoria todavía podemos recordar al guanajuatense haciéndole al idiota con su esposa y otros en el sitio arqueológico de los guerreros chinos. Una extensión de la cultura es la educación y el Gobierno del Presidente de la República, le falló a los niños y jóvenes que siguen condenados a una pésima educación y en manos de pseudo maestros. Pero la cultura no fue el único rubro que el presidente ignoró. Lo que no dicen los comerciales de la arrogancia de Los Pinos es que:
El Gobierno del Presidente de la República no gobernó México. Sólo jugó a los soldaditos. Hoy en México vivimos no sólo un problema de seguridad nacional. En el campo, la menospreciada sequía y la falta de una infraestructura para capturar agua de lluvia. No buscar alternativas para el riego de parcelas. Estamos al borde de sufrir una crisis alimentaria inconmensurable en los próximos años. El Gobierno del Presidente de la República ignoró al campo y se la pasó apostándole a la importación de alimentos y a matar de hambre a nuestros campesinos.
El Gobierno del Presidente de la República se va con el mayor número de mexicanos muertos en un sexenio por envenenamiento de plomo en forma de balas. En el Gobierno del Presidente de la República se le negó al país el crecimiento y la competencia en telecomunicaciones. En el Gobierno del Presidente de la Republica, se permitió que la imagen del Ejército se deteriorara como no se había hecho en cuarenta años y no conforme arrastró a la Marina a su cochinero. El Gobierno del Presidente de la República se olvidó de crear empleos y al final quiere hacernos creer su interés por una dizque Reforma Laboral. En el Gobierno del Presidente de la República se impulsó de manera indirecta el crecimiento del empleo y las actividades informales que lejos de generar beneficios al país, lo quitan impuestos. El Gobierno del Presidente de la República ignoró la ciencia y el desarrollo tecnológico como base primordial para el crecimiento económico del país. Al Gobierno del Presidente de la República se le olvidó luchar contra la mayoría de los sindicatos corruptos, sólo lo hizo en caso de algunos, pero sobre todo fue incapaz de negociar y superar los caprichos del estilo personal de gobernar del Presidente de la República y su equipo de trabajo que al final la gozaron traicionándose unos a otros con sus llamadas telefónicas.
Nuestro sistema político tiene una gran desventaja: Tras las elecciones aún tenemos cinco meses de un inútil aparato político en el poder. A diferencia de muchos países, sobre todo los europeos, tenemos dos presidentes inútiles por muchos meses. Uno que no puede tomar posesión del puesto para el que fue electo y otro al que no podemos dejar de oir y ver haciendo y diciendo cosas que ya a nadie le importan. Esa, en mi opinión, debe de ser una de las cosas que una Reforma Política seria debe contemplar. La toma de poder de un presidente electo no debe tardar más de tres semanas. Claro que entonces tanto el IFE, como el TRIFE tendrían que ser eficientes y eso con gente como el Consejero Presidente Valdés al frente es casi imposible. Debemos exigir a las autoridades una segunda vuelta, cuando sea necesario. y la desaparición total de diputados y senadores plurinominales. Porque de lo contrario tenemos que vivir un dispendio del erario que nos obliga a escuchar las estupideces que dicen los comerciales del Gobierno del Presidente de la República.
Sólo como un último detalle para el Presidente saliente, su equipo de publicistas y publirrelacionistas. El Gobierno de la República, por ley no es de él. Es de todos los mexicanos y él sólo es nuestro representante. Así que este y todos los que andan por ahí de ex presidentes y presidentes electos, no se la crean. De ustedes no es el gobierno, ni la República, ni el País.


Publicado en Bueport.com.mx el 24 de Octubre de 2012
imagen: mexico.cnn.com

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