jueves, 25 de octubre de 2012

Jade Rojo, Lyang Hongyu, la Generala China.




Entre figura mítica e histórica, Lyang Hongyu es un símbolo de la fuerza de la mujer china y ha sobrevivido a través de los siglos.
Armando Enríquez Vázquez
Más allá de la historia de Hua Mulán de la que hablaré en otra ocasión, para los chinos la gran heroína militar y personaje de muchos melodramas clásicos es una mujer cuya historia real se pierde en los vapores de la leyenda y el mito. Su nombre mismo está perdido y se le recuerda sólo como Lyang Hongyu que significa La Dama Lyang “Jade Rojo”. Se cree que nació en 1102 después de Cristo cuando la dinastía Song reinaba en China. Aquí la historia comienza con sus imprecisiones y surgen las voces populares que vuelven de todo personaje un héroe. Algunos afirman que Lyang Hongyu fue la hija y nieta de afamados generales chinos defensores de la dinastía Song, su lugar de nacimiento es situado en la actual provincia de Anhui. Se dice que durante su infancia Lyang Hongyu disfrutaba del entrenamiento marcial que su padre le daba a sus hermanos y por extensión a ella. Además, Lyang Hongyu, se entrenaba en el canto, la danza y tocar los tambores de guerra. Sin embargo la educación y felicidad de la joven fue interrumpida cuando ni su padre, ni su abuelo pudieron contener una rebelión de campesinos, por lo que el emperador los condenó a ambos a la muerte por su fracaso y la joven fue destinada entonces a servir como prostituta dentro del ejército donde entretenía a la soldadesca con sus canciones y danzas, dicen algunos. Otros dicen que Lyang Hongyu trabajó como luchadora, ya que al parecer era un deporte popular en la época, en el cual participaban mujeres y dados los conocimientos en las artes marciales de Lyang Hongyu, la lucha representó una actividad donde la joven alcanzó cierta fama.
El cómo tampoco es preciso, lo que se sabe es que durante esos años en que la joven cayó en desgracia conoció a un joven general del ejército chino llamado Han Shizhong, Tanto el militar como la cortesana se enamoraron perdidamente y se casaron. Unas voces hacen de Han Shizhong, un soldado sin el rango necesario para desposar a Lyang por lo que tuvo  que ir al frente de regreso convertido en General por fin  logró el objetivo. Otros dicen que la conoció ya como General y la salvó de un par de soldados borrachos que intentaba abusar de ella.  
Las leyendas cuentan muchas y heroicas historias de ambos personajes.  Lo cierto es que defendiendo al Imperio Song, Lyang Hongyu logró muchas victorias, durante un intento de golpe de estado en el cual el Emperador fue hecho rehén dentro de su palacio. Lyang, convenció a los rebeldes de dejarla cabalgar hasta su marido para llevarle un mensaje de ellos,  como símbolo de buena voluntad, para lograr su rendición. Los rebeldes permitieron la salida de Lyang de la Capital del Imperio. Han Shizhong estaba encargado de luchar con el frente de los rebeldes. Al encontrarse con su esposo Lyang le contó cómo estaba organizada la defensa de la Capital y donde tenían prisionero al Emperador, lo que permitió a ambos rescatar al Emperador y acabar con la rebelión. Ambos fueron condecorados por el Emperador.
Años después, Lyang Hongyu en acuerdo con su esposo diseñó una serie de señales con un tambor de guerra, para dirigir una batalla en la que los hombres de Han Shizhong eran superados en número y armas por sus enemigos. La batalla es conocida como la batalla de Huangtiandang, una batalla naval que unos ponen en el rio Yang Tse y otros en el Lago Huangtian. Lyang Hongyu desde lo alto de la montaña veía perfectamente los movimientos de los enemigos y los golpes en el tambor avisaban a las fuerzas de su esposo cuando atacar. De esta manera los 8,000 hombres de Han Shizhong, pudieron mantener un cerco y sitiados a los 100, 000 hombres del ejército enemigo por más de un mes, tiempo en el cual causaron grandes bajas en el las tropas enemigas, que finalmente escaparon del sitio cavando una salida por un ángulo en el que no eran vigilados por Lyang Hongyu y sus tambores. Una vez más los esposos regresaron como héroes a la capital. Tras esta acción fueron enviados a la frontera a controlar a los enemigos e invasores. Lyang y su esposo reconstruyeron la fortaleza de Chuzhou y aumentaron sus defensas,
Con tal de mantener a los enemigos controlados, se dice que Lyang Hongyou pelaba constantemente con ellos. Estos atemorizados planearon una emboscada en una de las incursiones de la Generala y cuando la vieron llegar con sus tropas, retrocedieron hasta el lugar de la emboscada. Lyang Hongyu confiada y menospreciando a sus enemigos cargo sobre ellos sólo para verse sorprendida por un gran número de ellos. Una espada abrió el estomago de la valiente militar, los intestinos de Lyang Hongyu salieron por la herida. Protegida por sus generales que la llevaron a un lugar donde pudiera valorar sus heridas, Lyang Hongyu,  haciendo acopio de fuerzas y valor, se dice que metió los intestinos de nuevo en su cuerpo y se vendó fuertemente con mascadas para evitar que las vísceras volvieran a salirse. Miró a sus subalternos y les dijo: “Hoy es el día que muero por mi patria”. Subió a su caballo y volvió a la carga.
A pesar de las flechas enemigas que la atravesaron, Lyang rompió la formación del enemigo, permitiendo la salida de sus hombres, antes de caer muerta. Los enemigos la descuartizaron exhibieron su torso y miembros clavado en lanzas por tres días, su cabeza conservada en sal fue enviada al líder de los enemigos, quién recompensó a los soldados que la mataron. La cabeza empalada a las puertas de la capital enemiga fue muestra durante algún tiempo del triunfo de sus enemigos.
Se dice que en la frontera tras los tres días de mostrar los restos de Lyang Hongyu. Uno de sus Rivales, el Principe Wushu, que había estado al frente de las tropas derrotadas en Huangtaindang ordenó a sus hombres juntar los restos de la Generala, unirlos de nuevo y enviar el cuerpo sin cabeza a su esposo.
Lyang Hongyu murió en 1135: su cuerpo fue enterrado con todos los honores del Imperio y un templo fue construido en su honor. El templo existe todavía hoy Chuzhou. Han murió en 1151. Los restos de Lyang exhumados y enterrados junto a su esposo.
Hay otra versión que dice que después de la batalla de Huangtiandang, los esposos vivieron con todos los honores en la corte del Imperio hasta que, decepcionados tras las falsas acusaciones que terminaron con el asesinato de un General amigo de nombre Yue, se autoexiliaron en la provincia. Allí Han Murió en 1151 y dos años después Lyang habría de hacerlo.
Muchas canciones, poemas, operas, novelas y películas se han  hecho acerca de esta gran mujer. Se dice que a diferencia de otras heroínas chinas, Lyang Hongyu ganó sus títulos nobiliarios y militares por merito propio y no por el rango o posición aristocrática del su esposo. 

Publicado en thepinkpoint.com.mx el 24 de Octubre de 2012   
Foto: history.culturalchina.com

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