viernes, 9 de septiembre de 2016

El enciclopedista y su pequeño compendio.


Frustrado por el rígido y pobre modelo educativo de Francia en el siglo XIX este hombre ideó su propia forma de propagar el conocimiento y saciar la curiosidad.

Armando Enríquez Vázquez.

Hace más de cuarenta años cuando los libros eran la principal forma de saciar mi curiosidad adolescente, en las repisas de la biblioteca de mi padre estaba un pequeño y muy obeso volumen con unas pastas duras de tela roja que tenían miles de palabras y cientos de imágenes miniatura; fotografías, diagramas y dibujos. En las páginas de ese libro conocí por primera vez muchas de las banderas de países que hoy ya no existen como Yugoslavia o la URSS y vi por primera vez un arado, un edquina o la imagen de Benito Juárez que no fuera una estatua.
Ese muy grueso volumen llamado El pequeño Larousse Ilustrado que se conoce en francés, español, inglés e italiano se convirtió en una enciclopedia portátil que casi todos teníamos en casa. La editorial que aún tiene una importancia mundial surgió de la mente de un maestro frustrado; Pierre Athanase Larousse.
Larousse nació en el pueblo de Tucy en la Borgoña francesa en 1814. Su padre era el herrero del pueblo. Pierre ganó a los dieciséis años una beca para acudir a la escuela para maestros ubicada en Versalles. Cuatro años después regresó a Tucy y comenzó a enseñar a niños de primaria. Pero al poco tiempo Larousse se sintió decepcionado y frustrado ante la pobreza y poca flexibilidad del sistema educativo francés. En 1840, Larousse se mudó a Paris, y aunque continuó con la docencia en un principio, comenzó con una labor más pedagógica; escribir y publicar libros para mejorar la enseñanza primaria, libros dedicados a terminar con el arcaico y anquilosado sistema educativo francés. En 1849, conoció a otro maestro desilusionado por el caduco sistema educativo francés de nombre Agustín Boyer. Los docentes se asociaron y crearon la Librería Larousse y Boyer. Publicaron varios exitosos libros acerca de nuevos métodos educativos. En 1859, Larousse y Boyer publicó El nuevo diccionario de la lengua francesa. Poco a poco Pierre comenzó a recolectar artículos con el fin de crear El Gran diccionario universal del siglo XIX. Pierre Larousse creía como él decía en instruir a todo el mundo acerca de todas las cosas. La tarea titánica que implicó la investigación para este libro obligó a Pierre Larousse a contratar a muchos intelectuales en condiciones de pobreza extrema, lo que de alguna manera lo convirtió también en un benefactor de ciertos sectores pensantes de Francia en la segunda mitad del siglo XIX.



El esfuerzo titánico emprendido por Larousse, lo agotó y en 1875 murió de un infartó, tenía 57 años de edad. Al año siguiente su obra vio la luz. Su esposa con la ayuda de un sobrino de Larousse, Julio Hollier Larousse coordinaron la edición de diecisiete volúmenes. La viuda de Larousse, Suzanne Caubel, formó la empresa Vve P Larousse y Co. Más tarde el sobrino formó Hollier Larousse & Co.
Un ilustrador de nombre Claude Auge se casó con una sobrina nieta de Pierre Larousse y decidió integrar dibujos a las obras enciclopédicas de la editorial. Es Auge quien ideó y publicó en 1905, lo que se convirtió el libro icónico de la editorial. El pequeño diccionario Larousse ilustrado. Auge llegó al enorme libro rojo partiendo desde un principio en la síntesis de los grandes compendios enciclopédicos. Dividió el libro en tres secciones principales; una de significado de sustantivos y otra dedicada a los nombres propios de personas y países. Las dos secciones fueron separadas por una zona de páginas de color rosa dedicada a proverbios gramaticales.
El Pequeño Larousse se sigue editando después de 110 años de su primera edición.
Auge fue también el promotor, en 1907, de la edición mensual de la revista Larousse mensual Ilustrado una revista que se publicó hasta 1957.
En 1876, junto con el Gran diccionario universal del siglo XIX, surgió el primer logo de la editorial, un diente de león esparciendo sus semillas al viento, dibujado por el diseñador francés Emile Auguste Rebie, y con la frase: Siembro a los cuatro vientos. El artista gráfico Eugenio Grasset incorporó al diseño a la sembradora que desde 1890 sopla al diente de león, esparciendo sus semillas, la imagen, con el paso de las décadas, se ha ido modificando. La última modificación del logotipo se realizó en 1993.
Hoy la Editorial Larousse forma parte del grupo Hachette Livre.

Publicado el 31 de agosto de 2016
imagen; wikipedia.org

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