viernes, 29 de junio de 2018

German Butze y sus personajes para High Life.




El caricaturista mexicano trabajó también en publicidad y creó dos personajes para anunciar a una tienda de ropa para hombre que se fundó hace 100 años y que existe a la fecha.

Armando Enríquez Vázquez

En México con frecuencia olvidamos qué mucho antes de la globalización y de la invasión de tantos extranjeros algunos sumamente talentosos, otros sólo vendedores de espejitos, sino basta el ejemplo de lo que sucede en Televisa que con sus directivos colombianos sigue en caída libre en las preferencias de los mexicanos y lo que es peor en la rentabilidad de la empresa, en nuestro país las cosas se hacían con gran talento y creatividad.
Escribir sobre la publicidad mexicana de antaño y tratar construir una historia de la misma conlleva esa dificultad de intentar construir a partir de la falta de memoria, de menciones aquí y allá, del malinchismo que quiere negar los orígenes nacionales, de la vergüenza de muchos por admitir que dentro de las pobres posibilidades aunadas a un provincianismo que delataba nuestra naciente clase media después de la revolución, una política ramplona, populista y demagógica emanada de la ignorancia de los gobiernos de los sonorenses y otros de los que siguieron y se dedicaron a ocultar y minimizar los logros y desarrollos en diferentes campos de la cotidianidad nacional, porque todo tenía que emerger desde un partido político, la reconstrucción histórica de las áreas profesionales y empresariales del país se dificulta.
La publicidad no es algo exclusivo de Estados Unidos o Europa y en México grandes personajes de la vida cultural también participaron en el mundo de la publicidad, porque de alguna manera tenían que ganarse el pan mientras llegaba la fama y porque la publicidad de una manera diferente pero también se nutre de la creatividad; Fernando del Paso, Abel Quezada, Remedios Varo, son algunos ejemplos. Lo mismo sucedió con este talentoso caricaturista hoy semi olvidado por los mexicanos, quien independientemente de su labor como publicista fue un promotor de muchas cosas y responsable de que muchos niños mexicanos se convirtieran en científicos.
Antes de Gabriel Vargas con su Familia Burrón y Los Super Locos, y Eduardo del Río, Rius, con Los Supermachos existió un dibujante mexicano creador de uno de los comics más importantes en la historia de México; Germán Butze, creador de la primera historieta mexicana, la primera historieta de Ciencia Ficción en México y el primer comic de divulgación científica en nuestro país; Los Supersabios.
Butze nació el 11 de febrero de 1912 en la Ciudad de México, estudió en pintura en la Academia de San Carlos. Butze prefirió el dibujo sobre la pintura y al parecer junto con su hermano de nombre Valdemar se dedicó a las tiras cómicas.
Durante sus primeros años los hermanos Butze se dedicaron también a la publicidad y Germán creó al personaje Pinito Pinole para las campañas de la tienda de ropa para hombre High Life. High Life es una empresa mexicana fundada en 1899 y cuya casa matriz se encontraba en la calle que es hoy Madero y que finales del siglo XIX se llamaba San Francisco. En 1920 High Life construyó su propio edificio en la misma calle de Madero esquina con Gante. Las historias de Pinito Pinole trascendían la publicidad habitual de la prenda con un precio y el nombre de la tienda para contar una anécdota donde Pinito resolvía sus problemas acudiendo a la tienda para comprar ropa. De esta manera no se hablaba de un producto en particular sino de una tienda que ofrecía soluciones a problemas reales, algo que se hace muy frecuentemente en la publicidad. Las historietas de Butze ocupaban toda una página y con la estructura similar a la del comic, llevaba texto, recuadros con la acción y personajes que interactuaban y había protagonistas y personajes recurrentes en las historietas publicitarias de Pinito Pinole.
Otro personaje que estelarizaba esta publicidad gráfica era llamado Memo Migaja. Unos episodios eran de Pinito y Otros de Memo. También dibujó una tira publicitaria para la pomada de la Campana del Dr. Bell que firmaba con los seudónimos de Beta Bell o el Dr. Kas K Bell. Otra de las empresas para la que Butze dibujó campañas publicitarias fue para Chicléts Adams. Las tiras de Butze mantienen el cándido sentido de humor de la primera mitad.
Germán Butze murió en la Ciudad de México en 1974. El legado del historietista es enorme, pero desconocida en su mayor parte por los jóvenes mexicanos. En 2016, Sanborns editó dos libros recopilando las historietas del Butze. Pero se necesita abundar más en su faceta como publicista.

publicado en thepoint.com.mx el 22 de junio de 2018

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