sábado, 30 de junio de 2018

Mercury Morris corriendo para Miami y acabando con las barreras de color.



Entre los jugadores que sobresalieron de los Delfines ganadores de dos Superbowls consecutivos estaba Mercury Morris, corredor, hombre que retó la discriminación y también convicto.
Armando Enríquez Vázquez
La década de los 70 del siglo pasado cuando en Estados Unidos aún se permitía por ley discriminar a las personas por el color de su piel, En la NFL no había excepciones y así lo recuerda uno de los más importantes corredores de los Delfines de Miami, en un texto que escribió el 15 de septiembre 2016 para el diario Miami Herald, el ex corredor de los Delfines cuenta como al llegar al equipo en 1969, aun existían regaderas diferenciadas para blancos y negros en los vestidores de los Delfines. Las diferencias de acuerdo con el ex jugador eran más que visibles, mientras las regaderas de los blancos funcionaban según él como “las cataratas del Niágara”, las destinadas para los jugadores negros apenas emulaban “chorrito de agua que corre por la ladera de una montaña”, así que sin preguntar Morris se encaminó a las regaderas de los blancos y ante la protesta y molestia de algunos jugadores blancos Mercury Morris abrió la llave y se metió bajo el potente chorro de agua. Ante los reclamos de los jugadores blancos, el joven afroamericano se limitó, de acuerdo con su testimonio, a explicar que sí había entrenado en el mismo campo que los blancos y se había ensuciado con el mismo pasto y tierra que los blancos tenía el derecho a limpiarse bajo las mismas regaderas que los blancos.
Mercury Morris escribía regularmente una columna en el periódico Miami News titulada Diary of a Rookie, (Diario de un novato), donde en uno de sus textos denunció la segregación existente al interior de los Delfines.
Eugene Edward Morris, apodado Mercury nació en Pittsburgh, Pennsylvania el 5 de enero de 1947. Durante sus años colegiales jugó para la Universidad de West Texas A & M, en esos años tuvo una fuerte competencia por las marcas colegiales con el corredor de la Universidad del Sur de California (USC) O. J. Simpson, mientras el corredor de la universidad californiana fue la primera selección del draft en 1969, Morris fue la selección número de 63 que ocurrió en la tercera ronda del sistema de elección de novatos. Ambos fueron a jugar a franquicias jóvenes; Simpson con los Bills de Buffalo, Morris con los Delfines de Miami. O J jamás consiguió un anillo de Superbowl, Morris tiene dos y ambos pasaron un tiempo en la cárcel.
El apodo de Mercury, lo ganó por su rapidez la que alguien comparó con un Ford Mercury, y de acuerdo con el mismo Morris, que gustaba referirse a si mismo como Gene; Mercury trabajaba para que Gene y su familia pudieran vivir.
A su llegada a los Delfines, el entrenador en jefe era George Wilson un veteranísimo entrenador de la NFL que parecía conforme a los recuerdos de Mercury, estar disfrutando de sus años dorados en la soleada península de La Florida, por un lado Morris recuerda entrenamientos en las albercas de los hoteles de Miami, mientras en otra ocasión recordó que la meta de Wilson en la temporada de 1969 era tener un récord de 7-7, lo que de acuerdo con Morris mostraba la mentalidad mediocre del entrenador y por lo tanto del equipo. En 1970 la llegada de Don Schula cambió todo eso, dos años después los Delfines lograron lo que nadie más ha logrado en la NFL, una temporada perfecta. Los Delfines no perdieron ese año ni un solo partido. Algo totalmente imposible en la mentalidad de Wilson. Schula no sólo terminó con la mentalidad perdedora del equipo, acabó con la discriminación existente al interior del equipo y la cual en su momento Morris había expuesto en sus textos.
En 1971, cuando los Delfines bajo el mando de Schula llegaron a su primer Superbowl, que perdieron en contra de los Vaqueros de Dallas, Morris expresó su frustración por no haber corrido el ovoide en una sola ocasión y haber únicamente regresado patadas.
Durante sus primeras tres temporadas Morris jugó básicamente como regresador de patadas en los equipos especiales de los Delfines, aun así logró en esos años ser electo para el Pro Bowl y en la temporada de 1972, durante la Temporada Perfecta, Mercury Morris acarreó el balón en 190 ocasiones para 1000 yardas y 12 anotaciones, el promedio por acarreo fue de 5.3 yardas, regresó 14 patadas para 334 yardas con un promedio de 23.9 yardas por regreso.
1973 fue otro buen año en la carrera de Mercury Morris corrió en 149 ocasiones para 954 yardas con un promedio de 6.4 yardas por acarreo y 10 anotaciones. Regresó 11 patadas para 242 yardas con un promedio de 22 yardas por devolución.
En 1974, Morris sufrió una lesión en una rodilla que lo mantuvo fuera por casi toda la temporada.
En 1975 se convirtió en el corredor estrella de los Delfines, y acarreó el ovoide en 219 ocasiones para tan sólo 875 yardas con un promedio de cuatro yardas y únicamente cuatro anotaciones, al finalizar la temporada los Delfines decidieron hacer un cambio con los Cargadores de San Diego.
La temporada 1976 fue la última en la carrera de Mercury Morris que decidió retirarse por las lesiones sufridas a lo largo de siete años en la liga. Al final de su carrera, Mercury Morris logró 4133 yardas totales con un promedio de 5.1 yardas por acarreo y 31 anotaciones por tierra. 1 más por aire y 3 regresos de patadas para anotación.
Tras su retiro Morris se dedicó como muchos ex jugadores notables filmó una película. En 1982 fue detenido por la policía de Miami por posesión y tráfico de cocaína, Morris justificó el uso de la droga como remedio para mitigar los dolores de cabeza causado por los golpes recibidos a lo largo de sus años como jugador de futbol americano. Morris fue condenado a 20 años de prisión. En 1986 el caso regresó a las cortes de Florida y Mercury Morris fue absuelto. A la fecha espera ser indemnizado por la NFL, que no ha reconocido responsabilidad alguna sobre la salud del ex corredor que se dedica a dar pláticas motivacionales. Mercury Morris vive en Florida.

imagen bleacherreport.com

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