jueves, 28 de junio de 2018

Corea, futbol y las elecciones que vienen.




Nada más desafortunado y triste que la manera de interpretar la calificación de México en el mundial, pero sin embargo es un claro ejemplo de cómo pensamos los mexicanos.

Armando Enríquez Vázquez

Nos debería llenar de vergüenza que mientras el sábado 23 nos burlábamos de la selección de Cores del Sur por haber sido de derrotado por el seleccionado nacional el 27 de junio, sólo 4 días después miles de aficionados cantaron: ¡Coreano Hermano, ya eres mexicano! Pues el triunfo del seleccionado coreano sobre el de Alemania simplificó el pase de México a la siguiente ronda del Mundial.
A mí el futbol soccer no me gusta y la selección nacional desde 1972 me resulta un fraude que cada cuatro desilusiona a aquellos que domingo a domingo siguen una liga de futbol amañada, amafiada y que poco o nada han hecho por el futbol mexicano. Mucho menos por México al permitir un número insultante de jugadores extranjeros que acaban con las posibilidades de desarrollar nuevas y talentosas generaciones de jugadores.
Dicho esto, mencionaré un par de cosas acerca de la selección que juega en Rusia este año. Nadie les regaló el pase, los mexicanos para bien o para mal, por sus cualidades o por suerte, cada quien tendrá su opinión al respecto, pero México logró su calificación gracias a los seis puntos conseguidos en los dos triunfos con los que arrancó su participación. Nadie le regaló el pase a México y menos nadie los ayudó, si los alemanes no pudieron ganarle a los mexicanos, ni a los coreanos fue resultado de un pésimo desempeño de los germanos. Entonces olvidemos el discurso de victima salvada por la mano de un dios coreano en este caso, México pasó porque más allá de como haya jugado México tuvo más puntos que Corea y Alemania porque le ganó a estas dos selecciones.
Lo triste es que muchos deciden optar por el discurso de: Gracias Corea. Y entre los principales responsables de esta mediocre actitud son los comentaristas deportivos de TV Azteca y principalmente de Televisa que se volcaron a hablar bien de Corea y mal de México y de Alemania. México jugó mal frente a Suecia, como cualquiera tuvo una mala tarde. Pero los 100 millones de entrenadores que desde una cantina, o la sala de su casa dirigen a la selección condenaron a los mexicanos y alabaron a los coreanos. Nadie hasta el momento que escribo esto ha dicho; ¡Felicidades selección consiguieron pasar a la siguiente fase!
Nuestra vida como sociedad es en algunos sentidos un triste reflejo de nuestra actitud hacía el futbol, pensemos en las elecciones que están a la vuelta de la esquina. Creer que a pesar de todo lo que hemos logrado como país y como sociedad, necesitamos que un político, sin importar su filiación, ni los colores de los estandartes que porte, habrá y es el responsable de validarnos como ciudadanos y cómo sociedad es un error, es menospreciar nuestro quehacer diario, a nuestros seres queridos, a nuestros amigos y colaboradores, a nuestros compañeros de trabajo.
Los mexicanos no necesitamos que ningún político nos salve. No. Gracias a nosotros y nuestra mentalidad de menospreciarnos, estamos acostumbrados a pensar así, cuando en la realidad son ellos los que se han salvado sexenio tras sexenio de demostrarse impolutos, honestos, veraces con nuestro voto ciego cimentado en la esperanza de que uno de estos personajes habrá de salvar al país, no olvidemos el 2000, el 2012 cuando vayamos a las urnas este domingo, todo cambio para seguir igual o peor. Los políticos siguen siendo, y para muestra el enorme botón de candidatos a todos los puestos de todos los colores, un grupo de bandidos dispuestos a saquear a México y a nosotros.
Piensa tu voto, no lo entregues a un solo partido haz que demuestren capacidades de que dicen ser políticos. En México deberíamos darle vuelta a la página y recordarles que quienes tenemos el sartén por el mango somos los ciudadanos.

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