miércoles, 29 de mayo de 2019

La 4 T y la cuarta revolución industrial.



La falta de visión y de conocimiento está por enfrentar al gobierno de la 4T con su mayor pesadilla la Cuarta Revolución Industrial.

Armando Enríquez Vázquez

Mucho se ha dicho ya sobre la visión premoderna del presidente López Obrador y de cómo sus minions en el gabinete y el poder legislativo únicamente son capaces de replicar las órdenes que nuestro “democrático” mandatario les da demostrando la nulidad de su volición y libre albedrío. El mundo se encuentra inmerso en lo que muchos han dado en llamar la cuarta revolución industrial y que implica un cambio radical en la forma en que funciona el mundo. Eso para la cuarta transformación no existe.
Estamos como en muchas otras ocasiones; gobiernos de la república cerrando los ojos y negándose a ver que el mundo ancho y ajeno cambia sin importarle las miradas ombliguistas y proteccionistas de los gobernantes, cambios que no se detienen frente a la demagogia, el populismo o la falta de conocimiento de la actualidad de aquellos que pretenden dirigir a México.
Un ejemplo claro y vergonzoso es la famosa y mal llamada antes y ahora reforma educativa que solo ha sido, tanto para Peña Nieto, como para López Obrador, un arma para administrativamente manipular a su favor a líderes sindicales y el dinero del presupuesto educativo a su favor, sin que nada, absolutamente nada en ambas propuestas tenga que ver con una reforma educativa. En la visión de los dos gobiernos lo que menos ha importado es la educación y los educandos. Mientras en universidades como el Tecnológico de Monterrey se habla de preparar a los alumnos para carreras que aún no existen, el presidente y sus allegados se coluden con la peor parte del magisterio en nuestro país; los sindicatos tradicionales de líderes caciquiles para crear clientelas electorales.
En China una nación de izquierda verdadera se planea incluir la Inteligencia Artificial como parte de los programas de certificación para los ingenieros. En México la universidad creada por Morena deshizo de un plumazo la carrera de ingeniería mecatrónica dejando a los alumnos en la nada. En el mundo se estudia el uso cada vez en mayores casos de las impresoras 3D algo que sin ninguna duda creará en los próximos años, en algunos casos ya sucede, un gran desempleo, una producción más barata y sin duda más eficiente. Si se puede construir una casa de concreto con una impresora ¿Dónde quedan los albañiles una de las profesiones que más se han promovido en los gobiernos de este siglo en México con el auge de la construcción? Cada día más productos se cran a partir de impresoras 3D, ya existen enormes galerones en China fabricando diferentes productos impresos, trabajando 24/7 utilizando un mínimo de seres humanos. ¿Qué se puede esperar en las ciudades mexicanas que dependen económicamente en gran parte de la Maquila? La marca de esta nueva revolución es la llegada de las maquinas que suplantan a los seres humanos. Pero una de las partes más importantes para ser parte del cambio es implementar políticas públicas que generen patentes, implementar la educación para desarrollar un conocimiento creativo y propositivo, preparar a los jóvenes a realidades que parecen fantásticas hoy, la conquista espacial, una mayor longevidad, la posibilidad y obligación de prepararse para surfear por los cambios desconocidos que se presentaran a lo largo de su vida.
Hoy que en el mundo se discute formas modulares e interdisciplinarias de educación en todos sus niveles, el poco conocimiento del presidente acerca del asunto y su forma anquilosada de ver la política, el mundo y el ejercicio del poder, tienen a México al borde de perder toda oportunidad de sumarse al cambio. El gobierno mexicano aun piensa de manera preindustrial creando candidatos impresentables en el mundo como el mismo López Obrador que tiene la estúpida idea, en sus propias palabras, que, “la mejor política exterior es la política interior.”
En 2017, El gobierno finlandés, lanzó un programa experimental pensando en el panorama de desempleo que implica esta Cuarta Revolución Industrial, dos mil personas desempleadas recibieron a lo largo de dos años una cantidad de dinero aproximadamente de $13,300.00 mensuales, con los que se pretendía que estos desempleados tuvieran un nivel de vida aceptable, mientras se preparaban y buscaban nuevos empleos. El experimentó fracasó y fue suspendido a principios de este año porque lo único que fomentó fue la haraganería de los beneficiados que sin sufrir ya del estrés de no tener trabajo se dedicaron a esperar su cheque mensual. Esta actitud quiebra a cualquier estado. Ahora en un país como México donde las políticas de Andrés Manuel López Obrador están encaminadas a dar dinero a diestra y siniestra ¿cuál es el futuro que espera a jóvenes y niños cuando en algún momento, muy probablemente en cinco años con el cambio de gobierno, esto cambie? López Obrador llevará sobre su conciencia el haber creado a una generación de mexicanos carentes de la disposición para esforzarse a lograr metas y objetivos, los padres ya hemos hecho demasiado en ese sentido para que ahora sea una visión desde el gobierno y el país seguirá siendo el mismo o peor.
El mundo se enfrenta a nuevos retos y visiones tecnológicos, la desaparición en la próxima década del uso de los combustibles fósiles, algo que no se va a poder impedir por el decreto de un hombre anacrónico y los dinosaurios que lo acompañan. Carbón y petróleo no son soluciones a futuro. En un país que tiene zonas como la rumorosa o la ventosa, que esta ya siendo utilizada, o con un territorio árido de más del 70% y una exposición solar altísima, ¿Por qué el gobierno no plantea la obtención de energías limpias? ¿Por qué no está CONACYT creando nuevas investigaciones para eficientar la producción de esta energía limpia y desarrollando vehículos que no contaminen? Respuesta sencilla porque a este gobierno el futuro y la ciencia no le importan, ni siquiera por seguir el modelo cubano, donde la medicina es punta de lanza en muchas de las investigaciones mundiales.
Otro ejemplo de la falta de visión del presidente radica en el hecho de tratar de implementar una jornada laboral de 48 horas, cuando la tendencia mundial es la reducción de la misma, en gran medida debido a nuevas formas de trabajo como el Home Office, lo impacta de manera importante y benéfica en el bienestar de la población. Algo que en teoría es una de las metas de López Obrador.
Es cierto nadie sabe donde terminará esta nueva revolución industrial, ni que pasará con producción y servicios, lo cierto es que muchos países se están preparando para “montarse en la ola”. Los ejemplos, las propuestas, los experimentos de los gobiernos que habrán de enfrentar a las grandes corporaciones internacionales en los próximos años, no parecen preocupar al hombre que tiene como obligación y responsabilidad, por haber sido electo por la mayoría de los mexicanos, de llevar al país de la mejor manera y no de la forma mezquina y vulgar que ha planteado comprando voluntades y haciendo clientela como cualquier político ramplón de los años setenta que es donde él se quedó.

publicado en blureport.com.mx el 24 de mayo de 2019 

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