jueves, 16 de mayo de 2019

Encerrados.




El asunto de las contingencias ambientales se ha vuelto algo periódico en la capital del país y debe ser tomado en serio por as autoridades de la CDMX, que fueron negligentes en el pasado.

Armando Enríquez Vázquez

Una vez más los niños encerrados, los ancianos encerrados y todo aquel que lo pueda hacer prefiere quedarse encerrado. No por gusto, por prevención ante un gobierno que se ha mostrado incapaz de atacar el problema de la contaminación.
Le doy la razón a la Jefa de Gobierno; Miguel Ángel Mancera y la administración que encabezó en la CDMX jamás se preocupó por actualizar el protocolo para evitar las contingencias ambientales. Pero también creo que ella espero demasiado en esta ocasión para declarar la contingencia ambiental, debió ser declarada unos días antes y tal vez no se hubiera llegado al extremo de parar de nuevo a la Ciudad.
Las medidas a tomar por la Jefa de Gobierno deben tener en cuenta la salud de los gobernados y no los intereses de las mafias de microbuseros, taxistas o empleados sindicalizados del sistema de limpia, como tampoco debe tentarse el corazón con los vehículos de doble remolque que tanto tráfico provocan, ni con los automóviles que ya no pasen la verificación y deben ser retirados de la circulación, ni con las constructoras que utilizan sus maquinaría y camiones de carga y de volteo, sin importarle o untándole la mano a los alcaldes, Benito Juárez es el mejor ejemplo del reino de las constructoras, sin que desde tiempos del entonces panista hoy morenista Fadlala Akabani, los delegados o alcaldes hagan nada en favor de los habitantes de la alcaldía. Los recientes hechos protagonizados por la gente que construye la super torre de Mitikah en Coyoacán demuestran como poco importan las leyes de la ciudad, pero peor, pone al descubierto la tibieza, por no pensar en contubernio, de las autoridades de la alcaldía como del gobierno central de la Ciudad.
En tiempos en que Claudia Scheinbaum fue secretaria de medio ambiente de la CDMX, durante la nefasta administración del hoy presidente, se talaron árboles a diestra y siniestra. Hoy que ella es la Jefa de Gobierno de la capital, esperemos que su respuesta a esta contingencia contemple en la elaboración de protocolos prevención una reforestación masiva de la CDMX.  
Un día de contingencia no sólo afecta a niños y ancianos, interrumpe de manera importante la actividad económica de la Ciudad, impacta en la imagen al exterior de la misma. Ciudadanos enfermos impactan en el sistema de salud del estado, en la productividad, pero sobre todo en el bienestar de los mexicanos que tanto se cacarea quiere lograr este gobierno de la mal llamada y peor entendida izquierda.
Evaluar la necesidad de cambiar toda la flota de transporte público y concesionado por un transporte eléctrico debería ser prioridad de Claudia Scheinbaum, Es triste ver a las unidades del metrobús contaminando con un humo negro similar al de miles de camiones repartidores que circulan por la ciudad.
La recolección de basura, como en muchas ciudades del mundo y al menos una del país, Querétaro, debe llevarse a cabo en las madrugadas. Es el colmo ver a los trabajadores doblando cartones con el vehículo parado en una arteria principal creando un problema de tráfico. La política pública a nivel de la capital del país es y ha sido nula desde tiempos del PRI. Claudia Scheinbaum ahora nos va a demostrar si es capaz de agarrar el toro por los cuernos y enfrentarse a las mafias de taxistas y  constructores, porque es antinatural tener a niños y ancianos en un estado de sitio por la incompetencia de los técnicos de la administración, muchos de los cuales es necesario recordar que fueron despedidos por la ambición caprichosa del Presidente que necesita la mayor cantidad de dinero para crear clientelas electorales a partir de la miseria y la necesidad de los mexicanos. López Obrador no piensa en capacitar a la gente, jamás lo ha hecho y su paso por la Ciudad de México así lo demuestra. En ese sentido Claudia Scheinbaum no debería coquetear con esas mismas ideas y demostrar que realmente le preocupa la Ciudad de México.
Es importante hacer notar que a ningún gobierno de la Ciudad de México desde que tengo memoria se ha responsabilizado y realizado o publicado un estudio serio y a profundidad de la relación de la contaminación y la mortalidad, las enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Siempre han tenido respuestas idiotas o han ignorado de plano cuando se son cuestionados al respecto. La incapacidad de las autoridades a actuar en favor de la población y en contra de la ciudadanía comprende tristemente a todos los jefes de gobierno de la mal llamada izquierda mexicana que han gobernado la Ciudad de México desde 1997 cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó por voto popular el puesto. Sin embargo, académicos e investigadores de la UNAM y el IPN, han señalado en diversas ocasiones que existen factores de riesgo para la salud de los habitantes de la CDMX, más allá de los evidentes. Esa opacidad que caracterizó a nuestros corruptos gobernantes para ocultar, haciendo oídos sordos a las peticiones de periodistas, ONGs y grupos ciudadanos, las cifras del impacto de la contaminación nunca han sido claras, la misma medición de esta contaminación es muy opaca. Los muertos por la contaminación siempre han sido negados. Permanecen ocultos en otras estadísticas, mañosamente preparadas por los diferentes gobiernos de la capital mexicana.  
El mes pasado la Alzheimer Society publicó un estudio que relaciona la contaminación de las ciudades con la demencia y el Alzheimer. Lo importante a resaltar es que este estudio tuvo como una de las ciudades que investigó la capital del país. El estudio ha sido difundidos por diferentes medios internacionales y se puede consultar entre otros medios en:
Pero no sólo son los problemas de las partículas que llegan al cerebro, si no el ozono que afecta los pulmones, el CO2 que acorta la vida, se requieren estudios sobre los efectos en la salud y la transparencia de los mismos. Una campaña de difusión no sólo que alerte, una campaña agresiva similar a las fotografías que adornan los productos de tabaco.
Necesitamos con urgencia que la honestidad no solo sea una frase de campaña y que el compromiso del gobierno con los gobernados, no con los grupos de poder sean verdaderos.

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