jueves, 12 de marzo de 2020

En 2020 simplemente apagaremos la televisión.



A diferencia de lo que hubiera sucedido hace 20 años en materia de contenidos hoy nada puede interesar menos a las audiencias que lo que suceda en y a los canales de televisión.


Armando Enríquez Vázquez

Con la llegada de Disney Plus, HBO Plus aunadas a la existencia de Netflix y Amazon Prime, la televisión de paga y en especial la televisión abierta habrán de ver acrecentar la crisis en la que se encuentran tanto en materia de audiencias y por extensión en el sentido lucrativo de las empresas de comunicación. Sin una oferta atractiva, vemos a canales tan raquíticos como Multimedios. La obsesión de los dueños de medios por aferrarse a sus concesiones, inundando el mercado con noticieros intrascendentes, el claro ejemplo de Televisa con Foro TV y de ImagenTV con ExcelsiorTV, son otra muestra de la clara falta de ingenio para salvar sus negocios mediáticos.
A diferencia de lo que hubiera sucedido hace 20 años, las audiencias estarían manifestando su preocupación o su demanda por contenidos dignos, hoy nada puede interesar menos a las audiencias que lo que suceda en y a los canales de televisión, y al parecer lo mismo podría decirse de los dueños de los medios que han bajado la guardia en la generación de contenidos atractivos para la audiencia de sus medios. El caso más patético; Televisa tratando de vender como una innovación una plataforma que nunca funcionó y que se murió de lo triste que era su oferta para milenials y miembros de la generación Z. Hoy pretende, Televisa, revivir con producciones tan fallidas y pretenciosas como lo fue el remake de un éxito en su momento; Cuna de Lobos.
La salida de Isaac Lee de Televisa en julio del año pasado después de un menos de un año de haber hecho un gran trabajo para la empresa al crear series importantes para Amazon Prime como Diablo Guardian y Un Extraño Enemigo, que por un momento demostraron que la televisora como productora podía crear contenidos atractivos para las nuevas audiencias. Desgraciadamente para la mentalidad de mediados del siglo pasado de Emilio Azcárraga Jean y sus vicepresidentes que llevaron a Televisa a los peores fracasos de la empresa en su historia, consideraron que el colombiano era muy atrevido, y decidieron regresar a sus contenidos mediocres y poco atractivos. Los resultados están a la vista una empresa que lucha por sobrevivir a partir de pleitos judiciales como el que mantienen a con el grupo de Miguel Alemán que en el pasado fue un socio importante del padre del dueño de Televisa.
ImagenTV, Multimedios, Canal 22, Canal 21, Canal 34, pasan sin pena ni gloria y son totalmente ignorados por nuevas audiencias, en casos como ImagenTV, las audiencias que habían creado los van abandonando y de esa manera imposibilitando la sana comercialización del medio. En el caso de los medios públicos 22, 21, 34 realmente no importa cual sea la producción porque su crisis sólo existe en la medida que los presupuestos de los gobiernos federal y/o locales sean recortados o no. A diferencia de otros medios de telecomunicación públicos en el mundo, sólo en pocas ocasiones el contenido ha sido relevante para la televisión pública mexicana y sus mediocres funcionarios. El caso del Canal 14 es aún peor porque la mayoría de los mexicanos ni siquiera sabe de la existencia de este canal y al director del sistema público de radiodifusión Jenaro Villamil, parece ser a quien menos le preocupa la existencia del canal, la calidad de los contenidos y valores de producción del mismo.
Las excepciones son el Canal Once con una audiencia construida a lo largo de los años por su imparcialidad, su diversidad y sobre todo por haber creado a lo largo de su historia reciente una de las mejores barras infantiles de la televisión mexicana, el mejor ejemplo de cómo debió de haber sido la producción del estado en materia de televisión. Y Azteca, que sin ser una verdadera ganadora, ha luchado por mantenerse sana y produciendo de una manera que Televisa ya no quiere o no sencillamente ya no puede hacer. Los realities de competencia y la compra de la franquicia de Master Chef, ha hecho que Azteca domine las redes sociales y los horarios de primetime de las televisoras, eso sin contar que con estilos muy particulares y discutibles ha logrado arrebatar a televisa el asunto de la narración del futbol soccer y el boxeo.
Hoy la mayor parte de las noticias son consumidas directo en Internet, las series e historias narrativas en las plataformas y los deportes, aunque se han convertido en el producto principal de las televisoras, bien podrían en un futuro ser controlados directo por las ligas o plataformas dedicadas únicamente a ofrecer contenidos deportivos, sin los programas de análisis y opinión que realmente comienzan a carecer de rating.
En un artículo firmado por Columba Vértiz de la Fuente para Proceso y publicado en mayo de 2019 durante 2018 el crecimiento de suscriptores a la televisión de paga se incrementó en un risible 0.8% en la región de Latinoamérica (México, Colombia, Argentina, Brasil y Perú), y de acuerdo con la revista Expansión en un artículo de Liliana Corona publicado en agosto de 2019, el número de suscriptores de la televisión de paga en nuestro país cayó a los niveles de 2016, lo que queda de manifiesto cuando al ver Izzi, por ejemplo, se topa con que los espacios comerciales están llenos de comerciales de la misma marca que ya tiene cautivo, y harto al televidente con las patéticas actuaciones, el pésimo sonido y la pobre producción de estos promocionales. La gente comienza a olvidar a estos servicios que durante años fueron muy populares por la oferta especializada de sus canales, por las plataformas. Como en el caso de la televisión abierta Izzi, Megacable y las demás jamás podrán resolver los problemas que las audiencias no tienen en Internet. Hoy que los principales productores y distribuidores de contenidos como HBO, lo que queda de FOX y ESPN comienzan a ofrecer sus propias plataformas, ahorrando al usuario el otro problema de la fórmula de televisión de paga un enorme número de canales de los cuales solo un puñado son los que ve el televidente. Las opciones clásicas de entretenimiento son cada día más obsoletas.
Los anunciantes también lo saben y la inversión publicitaria ha crecido en Internet y disminuido en materia de la Televisión, lo que se convierte en un circulo vicioso pues empresarios mediocres y mezquinos incapaces de apostar a la producción en su medio, al carecer del dinero fresco de patrocinadores que los exenten de sacar el dinero de la producción de sus bolsillos o de las arcas de la televisora, los obliga a conformar sus parrillas de programación de programas de cartulina como sus escenografías.  
A lo largo de 2020 la tendencia en la baja de las audiencias y la inversión de las marcas y productos no se revertirá, al contrario, se agudizará y cada día habremos de ver menos canales y menos programas interesantes y de valor en las pantallas de la televisión abierta y de paga, con la consecuencia de más televisores apagados.

publicado en roastbrief.com.mx el 2 de diciembre de 2020
imagen DeathToStock.com

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