viernes, 10 de enero de 2014

Bebidas con ideología.





Existen bebidas que nacieron o se hicieron populares en diferentes conflictos locales o mundiales y que hasta la fecha siguen existiendo.

Armando Enríquez Vázquez.

Hace poco hizo aparición una campaña de publicidad bastante mala y si hubiera sido contra homosexuales, negros o mujeres se hubiera considerado como políticamente incorrecta e insultante, pero como es en contra de la revolución cubana parece haber pasado sin comentario alguno, aunque por otro lado, es tan mala como ya he dicho que no valía la pena ni siquiera indignarse, se trata de  una campaña de Bacardí, esa compañía cuyo éxito principal en el mundo se lo debe a haber sido un ron, de precio accesible, con el que se preparaban las cubas en los tiempos en que beber ron en México, era identificado con la izquierda, y los grupos progresistas que hablaban a favor de Fidel Castro y el régimen cubano las bebían como un declaración política más que por su sabor. En el fondo todo mundo anhelaba beber, con un placer culposo pequeño burgués,  Havana Club que es el verdadero ron cubano tras la revolución, u otros como el Don Q, que es puertorriqueño o el Matusalen  que como el Bacardí con la revolución sacó sus instalaciones de Cuba y se fue a producir a otro lado, pero ambos de mayor calidad que el Bacardí. La campaña puede ser fácilmente confundida con carteles y anuncios publicitarios de una película serie B de acción.  Y en ella se intenta hacer de la marca de ron una especie de víctima y héroe a la vez.  Esta campaña tan deslucida del ron gusano me llevó a pensar si en realidad existen bebidas que se identifiquen con una ideología.
Recuerdo que muchos de los españoles exiliados en nuestro país por la Guerra Civil Española evitaban cierta marca de anís, pero no recordaba cual, resulta que durante el curso de la guerra la marca La Castellana se promocionó como el anís del ejército franquista, incluso llegó a usar el slogan: Anís La Castellana, el anís de España. Mientras que el anís elaborado en Chinchón era el del bando republicano. Creo que el tiempo ha puesto a cada uno en su lugar y es más famoso el Chinchón a nivel mundial que el de La Castellana.
En las guerras no sólo existen claros ganadores en el lado de los bandos ideológicos, existen ot ros ganadores que se esconden en oscuros intereses comerciales, empresas carentes de ideología, nacionalidad y sobre todo respeto por la vida humana, y en ese caso los ejemplos más claros se encuentran en las corporaciones americanas que siguieron haciendo negocios con la Alemania Nazi a pesar de las reglas y sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos para los negocios de sus nacionales con el gobierno de Hitler.
Uno de los casos más claros es el de la famosa refresquera Coca Cola. Cuando estalló la II Guerra Mundial y el gobierno estadounidense pidió a los empresarios americanos dejar de hacer negocios en Alemania, la empresa rápidamente abrió una filial alemana, que claramente ya no era una empresa americana y por lo tanto continuó con el negocio como si nada. La filial de la refresquera en Suiza era la encargada de surtir a la planta alemana con la famosa fórmula secreta. Al frente de la planta de Coca Cola Alemania se encontraba un alemán de nombre Max Keith. Sin embargo, una vez que los Estados Unidos entraron de lleno en la Guerra en 1941, los alemanes comenzaron a tomar control de las plantas productoras de origen norteamericano establecidas en Alemania. Coca Cola decidió no enviar más la fórmula secreta a Alemania, según algunos temiendo que los administradores alemanes descubrieran los componentes de la fórmula secreta y crearan una bebida exitosa pero Nazi. Al verse privados del jarabe esencial para producir el refresco, Keith creó un nuevo refresco al que llamó Fanta y como ingredientes utilizó lo que tenía a la mano, el bagazo de la manzana que sobraba de los procesos de fabricar cidra. Suero de queso y cualquier fruta que pudiera conseguir. Los Nazis nombraron a Keith el director de todas las plantas de Coca Cola no sólo en Alemania, si no en todos los territorios ocupados por el ejército Nazi. 
Al final de la Guerra, Coca Cola retomó el control de sus plantas, Keith les informó de la actividad comercial de la empresa en los años de la guerra, les dio alguna parte de los dividendo y les vendió la fórmula de Fanta y para que la historia tuviera un final feliz se dice que está comprobado que Keith jamás se unió al partido Nazi.
Otra Bebida que tuvo gran auge durante la II Guerra Mundial en la Alemania Nazi fue Jägermeister, el licor de especias, creado en 1934 por Curt Mast y al cual se aficionó Hermann Göring, que lo bebía durante las cacerías que organizaba,  por lo que se popularizó entre la tropa Nazi.  
Para terminar con unos de los protagonistas de la II Guerra Mundial, se ha escrito en muchas ocasiones acerca de la afición de Winston Churchill por las bebidas alcohólicas, sin que nunca nadie lo haya tachado de alcohólico o se registren anécdotas acerca de haberlo visto borracho, pero se sabe que desayunaba acompañando sus alimentos con hock, una especie de  vino blanco y que diariamente bebía algo que sus hijos llamaban el cocktail de papá, que consistía en agua con Johnnie Walker etiqueta negra. Su champagne favorita era de la marca Pol Roger. Al morir Churchill en 1965 la marca imprimió etiquetas con una banda negra en señal de luto.



Publicado en thepoint.com.mx el 7 de enero de2014
imagenes: presseportal.de
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