viernes, 8 de abril de 2016

El ciudadano único factor para el cambio.



Los ciudadanos debemos aprender a ser ese poder al que deben temer los políticos y los partidos que han medrado con nosotros y con el país. 


Armando Enríquez Vázquez

¿Cuántas veces al día, a la semana, al mes, escuchamos a los políticos de los diferentes partidos hablar de como los ciudadanos gracias a la leyes y políticas que están creando desde sus sesgadas instituciones y poderes de la nación, podemos castigar y decidir el futuro de miles de asuntos que afectan a nuestra sociedad y castigar o sancionar así las malas decisiones de políticos y legisladores?
¿Acaso no resulta ya insultante esa verborrea oficial que siempre nos dice que tan a la vanguardia estamos a nivel internacional en diferentes cuestiones, mientras la pobreza crece día con día?
A diario los mexicanos nos quejamos entre nosotros de la inseguridad, la impunidad de los cuerpos policiales, de la corrupción en todos los niveles y ámbitos de la gestión de gobierno, y sin embargo el presidente Peña Nieto, su secretario de gobernación y el gabinete de seguridad con un descaro que insulta a la inteligencia se negaron a recibir al relator de Naciones Unidas para la tortura este año. El año pasado el informe del estado de la tortura en México de la ONU, elaborado por Juan Mendez, señaló que la tortura en México es una práctica sistematizada, de inmediato fue desacreditado por el gobierno federal, de la misma manera idiota y simplicista con la que el secretario José Antonio Meade intenta desacreditar el informe del aumento de la pobreza en México de la CEPAL, dado a conocer la semana pasada, con argumentos tan desproporcionados como que la canasta básica que contempla el estudio de la CEPAL es un modelo de hace treinta años y claro tristemente sabemos que para el gobierno priísta la canasta básica se reduce a frijoles, tortillas, una Coca de 600 ml, chile y una pantalla de plasma para enfrentar el apagón digital que les asegure voto y san se acabó. Claro la CEPAL, piensa que tal vez la gente pueda acceder otro tipo de alimentación que no es acorde con la de gobierno dispuesto a aumentar los precios de productos y servicios, pero jamás sueldos.
Nos quejamos, nos victimizamos, nos hacemos los mártires, pero los abusos, el cinismo, la corrupción y el contubernio de autoridades con el crimen organizado continua. Nos quejamos, pero jamás exigimos.
Las voces de aquellos que lo hacen se pierden en la noche de los tiempos porque funciona mejor el sistema que los desacredita, los ignora o los reprime, incluso, y aunque suene a discurso trasnochado de otros tiempos, los asesina. Los ejemplos de activistas, luchadores sociales y periodistas, censurados, asesinados y encarcelados por el estado sobran en el México libre de Enrique Peña Nieto y la partidocracia.
Los ciudadanos debemos aprender a ser ese poder al que deben temer los políticos y los partidos que han medrado con nosotros y con el país. Debemos de manera ordenada y conjunta acotar a estos legisladores, jueces, alcaldes y delegados, a los secretarios autoritarios que creen que con declaraciones o entrando a las redacciones de medios de comunicación a embarrar la mano de directores corruptos como vimos la semana pasada en el incidente protagonizado por Rosario Robles, surgida de la izquierda stalinista, y el servil Carlos Marín, al acallar las voces periodistas de MIlenio.
Los ciudadanos debemos dejar de ser el pretexto utilizado por funcionarios para llevar a cabo sus fechorías, la diferencia para que diputados y senadores bribones tengan un fuero que los convierte en mexicanos de primera y a todos los demás, que somos la abrumadora mayoría ciudadanos de segunda o de tercera.
Los ciudadanos debemos cerrar filas a demandas y propuestas como la de Javier Sicilia o la de Alejandro Martí, a las que tanto el presidente Calderón en su momento y hoy Peña Nieto han hecho a un lado. México es por decreto un país muy cercano a jauja. Pero la realidad, de la que somos todos cómplices por nuestro silencio, que se convierte en tácita aprobación, es diferente somos un país donde el gobierno permite empresarios que ganan a manos llenas y trabajadores que cada vez pueden tener menos dentro su puño. Y si Peña Nieto hoy utiliza las arrogantes palabras y acitudes de López Obrador para justificar, como el tabasqueño, su sordera y ceguera política, para mostrar que ellos están lo correcto y todos los demás vivimos en el error, lo único que nos demuestra es la nula importancia que tiene la ciudadanía para él.
Los avisos de la Alerta Amber crecen en lugares públicos y canales públicos de televisión. Los feminicidios y la desaparición de mujeres menores son una constante en el país donde al Presidente no le importa que lo critiquen por la infraestructura que patrocina el gobierno federal y genera corrupción, de la misma manera que a López Obrador no le importa rodearse de corruptos y violentos como Martí Bartre, Ricardo Monreal o Fernández Noroña, porque este pilar izquierdista de estirpe totalitaria pretende imponer un sistema tan capitalista como el New Deal de
En los últimos años hemos visto a los ciudadanos de España, Islandia, Brasil, Guatemala, Uruguay, Egipto, Hong Kong, Siria, con mayor o menor éxito, decirle de manera masiva a sus gobernantes corruptos, avaros e ineficientes: ¡Basta! Estamos hartos de ustedes, la inhumana clase política capaz de vender a su familia por treinta denarios. La movilización en calles, redes sociales, blogs ha hecho en esos países cambios de diferentes magnitudes.
Pasar de la queja a la acción lo único que requiere es querer que nuestro país sea mejor, que nuestra calidad de vida sea la mejor posible, que les dejemos claro a gobernantes y funcionarios que la administración del país no es para acrecentar su patrimonio, si no por el bien común de los mexicanos. Hoy más que nunca podemos dejar en evidencia a gobernadores y presidentes municipales corruptos, a legisladores que sin necesidad de visitar al Chapo en prisión son unos verdaderos hampones.
Podemos mostrar nuestra inconformidad, nuestro hartazgo frente al cinismo, y el desprecio de los funcionarios por nosotros los ciudadanos y dejar de ser y sentirnos víctimas de tanto granuja, de manera pacífica y organizada, sin necesitar la demagógica aprobación de políticos y sus instituciones.
Un ejemplo de los que podemos hacer los habitantes de la CDMX (Marca Registrada) es entrar al sitio de internet www.tuconstituyente.org y apoyar a los pocos candidatos independientes que pueden estar en la asamblea de constituyente que han secuestrado Mancera y Peña Nieto para armar una CDMX (Marca Registrada) a modo para los partidos a los que pertenecen y con la anuencia del PAN, PVEM, Nueva Alianza y PT.  Cada quien en su ciudad o localidad sabe cuales son los focos de impunidad y corrupción, debemos empezar en pequeñas acciones que nos beneficien como comunidad para pensar después en el país.

publicado en blureport.com.mx el 31 de marzo de 2016 

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