viernes, 19 de mayo de 2017

Más allá de una simple portada.





La semana en que tomó posesión dos de las revistas más emblemáticas del mundo; The New Yorker y Der Spiegel, dedicaron sus portadas a Donald Trump. 


Armando Enríquez Vázquez
La libertad de expresión de los medios, se demuestra en la capacidad que tienen estos de ser contestatarios, reflexivos a las realidades que los rodean e invitar a sus audiencias a detenerse por un momento y dar una interpretación al bombardeo de información que muchas veces sin sentido recibe. Los medios logran esto no sólo desde la profundidad de las plumas que en ellos escriben, las ideas que ponen frente a las cámaras. No, también en las imágenes que sus camarógrafos, fotógrafos y diseñadores gráficos son capaces de atrapar y crear para las páginas interiores, docurrepotajes y portadas.
En ese sentido existen medios escritos sobre todo revistas que han tenido artistas capaces de crear portadas legendarias dentro de la historia de la comunicación gráfica y el periodismo. Esta semana dos medios nos dieron una muestra de este poder de la imagen.
Hoy el mundo, pero primero que nadie Estados Unidos, enfrenta uno de los mayores peligros a la tan cacareada democracia. Y lo peor de todo, para los estadounidenses no es que el enemigo está únicamente dentro de sus fronteras, si no que se sienta en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
El arte y los diseñadores del mundo embistieron contra el Presidente de Estados Unidos, la semana en que tomó posesión dos de las revistas más emblemáticas del mundo; The New Yorker y Der Spiegel, dedicaron sus portadas a Donald Trump. Con la intención no de atacar por atacar o de vender ejemplares como muchas veces sucede con publicaciones, sino para reflexionar con sólo verlas acerca de un régimen que apenas inicia y que promete cambiar muchas cosas que hasta hoy creíamos que habían sido superadas en un mundo supuestamente “civilizado y democrático”.
La portada de la revista alemana, Der Spiegel, resulta no solo sólo contundente, si no que la imagen es brutal. Donald Trump, o una imagen que recuerda al presidente 45 de Estados Unidos de pie, los brazos en alto en señal de triunfo, en la mano derecha sostiene un cuchillo ensangrentado y en la derecha la cabeza de la Estatua de la Libertad. Como pie del dibujo se lee America first. (América primero). Esta frase es también el título de la obra. La obra compara al Presidente de Estados Unidos con el Estado Islámico de una manera directa y consciente. Lo pinta como un verdadero extremista enemigo de la democracia, capaz de hacer lo mismo que los musulmanes extremistas por una causa que a nadie le es clara más que a él y el círculo de empresarios que lo rodea.
La portada dibujada por el artista gráfico de origen cubano Edel Rodríguez, sintetiza, de acuerdo con el semanario alemán, el sentimiento que tienen muchos alemanes desde la llegada de Trump al poder, de la amenaza que este representa para Alemania.
Curiosamente Edel Rodríguez, quien nació en La Habana, Cuba en 1971, es uno de los migrantes que junto con su familia llegó a Estados Unidos a bordo de un bote en 1980. Además de tener su propia creación gráfica, Edel ha trabajado entre otras revistas para The New Yorker, Time Magazine, para la que diseño las famosas portadas de Donald Trump derritiéndose llamadas Meltdown y Total Meltdown el año pasado, y parte de su obra se encuentra en la colección del Museo Smithsonian.



Por su parte la portada de The New Yorker, es igual de sombría, sobre un fondo negro vemos el brazo de la estatua de la Libertad que sostiene la antorcha de la libertad, la llama se ha apagado y solo los restos humeantes de esta se dibujan contra la noche shakespeariana que parece haber caído sobre Estados Unidos. La portada que marca el noventa y dos aniversario de la publicación de la revista, lleva por título; Liberty’s Flameout (Libertad Apagada) es una creación de John W. Tomac.
La imagen de acuerdo con el artista trata de hacer reflexionar acerca del símbolo que representa la Estatua de la Libertad dando siempre la bienvenida a los migrantes a Estados Unidos y que ahora el gobierno de Donald Trump ha decidido negar, por lo que Tomac decidió apagar la llama de la estatua.
John W. Tomac es originario de Estados Unidos y ha trabajado como ilustrador para publicaciones como The Wall Street Journal, el Washington Post, el Boston Globe, entre otros.
Ambas portadas no sólo demuestran el cliché de que una imagen dice más que mil palabras, también, invitan a reflexionar, lo que nos habla de que una imagen tiene además un sentido, un significado y una lectura que no siempre se limita a la complaciente interpretación y representación de aquello que se quiere promover, en este caso dos revistas.

una versión de este texto se publicó en roastbrief el 6 de febrero de 2017
imagenes: Der Spiegel
                 Time

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