viernes, 1 de julio de 2016

El PRI de Peña Nieto.




El PRI quedó en manos del Presidente y el grupo de mexiquenses corruptos que desde el liderazgo de César Camacho en la cámara de diputados no corrigió las leyes complementarias anticorrupción.

Armando Enríquez Vázquez

A lo largo de un sexenio que ha navegado de una crisis a otra, donde desde el día que Enrique Peña Nieto juró servir a la nación, su credibilidad ha ido a la baja, en cuatro años donde la política ha sido sacrificada a fuerza de censura, imposición y mentiras, el PRI ha demostrado que lo único que a ellos les importa es volver a esquemas del pasado en los cuales el partido oficial de México no tenía que envidiar nada de los gobiernos comunistas; controlando los medios de comunicación, utilizando la más burda propaganda para tratar de apoyar un régimen fallido, operando políticamente en favor de los personajes más corruptos y despreciados de su jerarquía e implementado reformas que han fracasado mucho antes de iniciar por el carácter unilateral y maniqueo que el mismo presidente y sus secretarios y funcionarios se han empeñado en imponer. Todo apoyados en la represión y el uso de la fuerza.
La salida de Manlio Fabio Beltrones de la presidencia del Partido, lo único que hace es aclarar la idea del regreso del más arcaico de los presidencialismos mexicanos. Las duras palabras de Beltrones en contra de algunas de las actitudes del gobierno de Peña Nieto, en especial de la propaganda de un bienestar que se ve en las pantallas de televisión y se escucha en las bocinas de los radios, pero no se aprecia en la vida de los mexicanos muestran como al interior del PRI las cosas están más que divididas.
Aunado a la renuncia de Beltrones está el reclamo de la gobernadora priísta de Sonora Claudia Pavlovich a la Procuradora General de la República por su ineficiencia en lo referente a las investigaciones en el caso de corrupción del gobernador panista Guillermo Padrés, muestra de lealtad de la gobernadora al político sonorense y ejemplo de cómo un sector al interior del PRI se opone al burdo modo de operar de Peña Nieto y todos sus funcionarios.
No es que Manlio Fabio Beltrones sea un adalid de la transparencia y la democracia, pero nos demuestra que, como en el caso de los tinacos, entre los políticos también existen diferentes capacidades. Manlio Fabio Beltrones tuvo que luchar en las elecciones pasadas no sólo con la oposición, sino principalmente con las estructuras corruptas al interior de los comités del partido en los estados, a la reticencia del Presidente a evidenciar a los gobernadores más corruptos de su partido como Javier y César Duarte.
El PRI queda a partir de esta semana en manos del Presidente y el grupo de mexiquenses corruptos que desde el liderazgo de César Camacho en la cámara de diputados no corrigió las leyes complementarias anticorrupción, en específico el artículo 32. Una muestra clara de la forma tradicional de operar de los priístas en contra de la sociedad civil. Pero los tiempos son otros lo que ha obligado al Presidente a cancelar su acto triunfalista de promulgar la ley y sentarse con los empresarios a negociar algo que sus serviles seguidores fueron incapaces de prever. Debilitando aún más a un presidente que es más impopular que los legisladores lo cual sienta en sí un precedente en la política nacional. Un presidente servil a intereses de empresas privadas como OHL que puede incrementar las cuotas de los segundos piso muy por encima de los índices de inflación o del incremento al salario mínimo.
Carolina Monroy del Mazo, impuesta, desde la elección de Beltrones por Peña Nieto, ha quedado en control del Partido y es un títere de Peña Nieto y su grupo. Lo que habrá de quedar claro en los próximos días cuando convoque a un congreso nacional de ese partido y muy probablemente otro mexiquense quede al frente del PRI.
Hoy el PRI no tiene su sede en Insurgentes Norte, hoy el partido radica en Los Pinos con miras a Toluca, lo que debe prender los focos rojos en la población del país; la corrupción, violencia de género, inseguridad y hasta la contaminación que sufre el Valle de México y en especial la CDMX (marca Registrada) nacen directamente en los diferentes municipios del Estado de México, mal gobernados por Eruviel Ávila, otro que imitando al Presidente se ha dedicado a contarse y contarle a sus gobernados la misma mentira una y mil veces esperando que por arte de magia se convierta en una verdad.
Cuatro años de mal gobierno de Enrique Peña Nieto han bastado para que la incipiente democracia mexicana sea despedazada, un INE lleno de Infiltrados y sin autonomía, una economía con mayor inflación y una devaluación disfrazada con eufemismos clásicos del PRI, una inseguridad que no mengua, con más desaparecidos y muertos que en el sexenio de Felipe Calderón, la violencia del Estado no disminuye y la guerra contra el narco ahora se ha convertido en acciones directas contra la ciudadanía, el ejemplo más reciente Nochistlan, Oaxaca. Los cuerpos armados del estado han asesinado civiles y no narcotraficantes; esa ha sido la política del gobierno Peña Nieto, mostrando además una incapacidad en su uso del aparato de inteligencia del Estado. Un aparato de justicia que Peña Nieto cedió a Televisa y que se ha demostrado menos que ineficiente. Como cereza del pastel, la más escandalosa corrupción en lo que va del siglo, que tristemente en 16 años no ha sido poca.
En fin, este mes no ha sido el mes del PRI y mucho menos del gobierno de Enrique Peña Nieto que han perdido bastiones priístas como Veracruz, Quintana Roo o Tamaulipas. Un mes cuando los maestros y otros grupos sociales han retomado fuerza para demostrar su oposición a las medidas administrativas del Presidente, mal llamada reforma educativa, porque en materia de educación la dichosa reforma no dice absolutamente nada, ni propone nada, cuando curiosamente a nivel del mundo occidental la educación y los nuevos métodos de enfrentarla gracias a la tecnología son primordiales.
En un país donde la corrupción es practicada por todos los miembros de la partidocracia, pero con una mayor impunidad por lo miembros del PRI, un país sin justicia, porque la PGR ha pasado de una dudosa Verdad histórica a la incapacidad histriónica de Areli Gómez y la empresa para la que trabaja. Hoy el llamado partido oficial también cae en manos de un presidente impopular y poco apoyado por los mexicanos, lo que claramente puede marcar un nuevo derrumbe del instituto político similar al posterior a las elecciones del 2000, o del 2006 y de ser así, muy posiblemente veremos en unos años a Manlio Fabio Beltrones entrar una vez más a rescatarlo. 

publicado en blureport.com.mx el 23 de junio de 2016

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