miércoles, 6 de septiembre de 2017

A la caza de nuevos formatos en el entretenimiento deportivo.



En menos de una década el negocio de la televisión ha cambiado de manera radical, pero también lo ha hecho el negocio de la transmisión deportiva. 

Armando Enríquez Vázquez

Hace seis o siete años leí un artículo de un joven escritor argentino en el que declaraba que el ya no veía televisión, a excepción de los 90 minutos a la semana en los que jugaba el River Plate. Los deportes parecían ser el único tipo de espectáculo a salvo de la revolución en cuanto a distribución de contenidos a través de los medios clásicos y sin embargo, a todos contenidos que se transmitían por televisión abierta o de paga les ha llegado su hora.
En menos de una década el negocio de la televisión ha cambiado de manera radical, pero también lo ha hecho el negocio de la transmisión deportiva. A finales del mes de abril, ESPN en Estados Unidos anunció el despido del 10% de sus trabajadores. El recorte se dio a todos los niveles de la empresa, a diferencia de próximo anterior en octubre de 2015, cuando la cadena despidió a 300 trabajadores, la gran mayoría de técnicos y gente que no aparecía frente a las cámaras. La decisión de ESPN se debe principalmente a la baja en las suscripciones a la cadena deportiva; 10 millones de cancelaciones en seis años aunado a los contratos por miles de millones de dólares que se han establecido con las diferentes ligas deportivas profesionales; con NFL firmaron en 2011 una extensión de contrato por ocho años, por 15.2 mmdd y otro con la NBA por nueve años 12 mmdd, lo que aunado a la perdida de suscriptores, son los dos principales motivos para las pérdidas económicas de la empresa.
A mediados de 1978, Bill Rasmussen junto con su hijo, Scott, fundó la mayor empresa de información y eventos deportivos. Un año después en septiembre de 1979, ESPN comenzó transmisiones. Rasmussen, fue el visionario que pensó en una cadena que transmitiera 24 horas deportes e información deportiva y la hizo viable. ESPN es sin duda un referente en la televisión de paga y una de las puntas de lanza en el negocio de la televisión segmentada. El gigante de la televisión deportiva fue adquirido en 1984 por la cadena ABC, la cual a su vez fue comprada por Disney con todo y ESPN en 1995.
Para algunos especialistas la única manera en que Disney puede salvar a ESPN de su futura bancarrota, es comprar Netflix y subir el canal a la plataforma y creando nuevas formas de contenidos que atraigan a las audiencias más jóvenes. Lo que quiera decir esta hipótesis, que creo, un poco fantasiosa el día de hoy. La realidad es que en la continua evolución de los medios y las plataformas ESPN tiene que encontrar un camino más real.
Pero ESPN no es la única empresa de contenidos deportivos que está sufriendo el embate de los usuarios de Internet, de acuerdo con la cadena inglesa SKY, las audiencias en 2017 de la Liga Premier cayeron en un 13% en un año.
Los retos a futuro no son sólo para ESPN, sino para todo el mercado de la información deportiva. La manera en que Claro Sports ha cubierto Juegos Olímpicos tanto de invierno Sochi 2014 y los de verano efectuados en Río, el año pasado. Las transmisiones de la empresa permitieron que el espectador decidiera la competencia a ver, mostrando de manera clara la superioridad de las plataformas de Internet, frente a las rígidas y limitadas características de la televisión tradicional. Esto aumento el número de personas que instaló la aplicación de Claro Sports en sus teléfonos el año pasado y la empresa de contenidos deportivos pudo atraer publicidad, contrario a lo que pensaban y deseaban los directivos de empresas como Televisa y TV Azteca.
A principios del año, Claro Sports anunció una alianza estratégica con el diario español Marca, de esta manera Claro Sports intenta convertirse la principal plataforma de contenidos deportivos en América Latina.
Claro Sports transmite los partidos del León y del Pachuca, así como los del equipo de Zacatecas de la liga de ascenso, sin que en su caso Televisa, ni otros medios se atrevan a criticar las mismas, como lo hicieron en el caso de ChivasTV.
El que las propias ligas se hagan cargo de la transmisión de sus partidos, es para empresas como ESPN, un nuevo reto. Hace poco escribí acerca del interés de la Liga Española de Futbol por ser transmitida a través de Netflix, con las repercusiones que esto representa para sus distribuidores a través de televisión de paga, y demuestra que este tipo de movimiento y búsqueda de nuevas plataformas para llegar a las audiencias globales, no es exclusivo de los deportes profesionales de Estados Unidos. Lo cierto es que las generaciones más jóvenes prefieren sus contenidos, de cualquier tipo, en línea y con el menor costo posible, de preferencia de manera gratuita, es aquí donde las empresas y plataformas deben crear e inventar los nuevos modelos de negocio, porque otra cosa que es importante tomar en cuenta es que a los usuarios de Internet no hay nada que les moleste más que la publicidad como la conocemos.
Para Charley Noonie, CEO de MobiTV, empresa dedicada a asesorar a los canales de paga de televisión a migrar a Internet, en un artículo para la revista WIRED, las empresas dedicadas a los contenidos deportivos están obligadas a crear contenidos alternos al evento deportivo en sí, ya sea antes, después o durante el encuentro.
El camino no es fácil. Los retos que enfrentan los medios tradicionales son muchos, y se encuentran arraigados sobretodo, en el profundo cambio de hábitos de las audiencias, más que en el poder adquisitivo de los grandes corporativos. El más importante de todos; generar la plataforma y contenidos que sus futuras audiencias estén dispuestos a seguir. Los eventos deportivos siempre tendrán audiencias, y, tal vez, encontrarán distribuidores más directos y con mayor ganancia para las ligas, pero el análisis y los columnistas deberán tener espacios que el espectador no sienta sesgados o parte de las mismas ligas.

publicado el 8 de mayo de 2017 en roastbrief.com.mx
imagen: DeathtoStock.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario