martes, 27 de marzo de 2018

Antes de iniciar las campañas.



 A unos días de que supuestamente inicie la contienda electoral, es nuestra obligación como ciudadanos dictarles agenda a los candidatos, no ellos, ni su fiel aliado los medios a nosotros.

Armando Enríquez Vázquez.

El día 30 de marzo, esto es dentro de tres días, habrán de iniciar oficialmente las campañas de los cuatro candidatos que aspiran a ser presidentes de México y nosotros los electores y ciudadanos debemos no sólo reflexionar acerca de la oferta de estos cuatro personajes, sino debemos exigir que contesten a preocupaciones legítimas que tenemos todos los ciudadanos en cuanto a lo que piensan hacer con temas que son de gran importancia para todos nosotros. Ya sea preocupaciones grupales o individuales.
Como ciudadanos de una democracia más que fallida y endeble no podemos pretender que los medios corruptos y serviles a las diferentes visiones de la partidocracia sean los que avalen y pongan en la mesa de la discusión los discursos y propuestas de los cuatro personajes que aspiran a gobernarnos pongan sobre la mesa sin cuestionar, ni analizarlos.
Es el momento de no permitirle ni a Meade, ni a Anaya sus discursos triunfalistas y vacuos, es el momento en que ambos presenten a los mexicanos que pretenden gobernar las pruebas que los limpian de las acusaciones de corrupción que se han hecho entre ellos. Esas mismas sospechas que tenemos muchos mexicanos del actuar de ambos, y aunque podríamos pensar que los fraudes y desvíos de dinero por parte de Meade son mucho mayores y más fraudulentos por involucrar recursos públicos que los de Anaya, lo del panista representa, de ser cierto, también un delito.
Tampoco podemos permitirle a López Obrador que siga con la misma política estúpida que tiene desde que fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México de no contestar a lo que se le pregunta y salir con sus contestaciones supuestamente graciosas y sin sentido. Obsesionado con el poder, actúa de la misma manera que sus adversarios políticos. López Obrador no ha escatimado en sus alianzas con grupos criminales, ni con políticos deshonestos, algo que desde su ejercicio como mandatario local de la CDMX quedó demostrado con sus nexos con personajes como René Bejarano, Carlos Imaz o Gustavo Ponce su tesorero a quienes López Obrador no juzgó en su momento o apenas castigó como Bejarano que pasó apenas 7 meses en prisión gracias a AMLO.
Ni que decir de Margarita Zavala a la que nada puede legitimar si desde la carrera por su candidatura falsificó casi la mitad de las firmas que presentó ante el INE. Zavala que es sólo un títere del grupo de panistas que representa su esposo y que como hemos visto en el caso del Senador Javier Lozano no les importa a que partido pertenecen con tal de no perder las canonjías de las que gozan. Zavala tiene que demostrar su independencia de este grupo de poder y ante todo de su esposo.
Los cuatro candidatos aún nos deben a los ciudadanos un plan de gobierno que no se base en ocurrencias diarias que les celebran los periódicos, estaciones de radio y canales de televisión.
El Universal, El Heraldo, Excélsior son medios que lamen las botas del poder Priísta, La Jornada y Carmen Aristeguí lamen las de Morena y su líder espiritual y mientras La Jornada casi como doctrina ataca a la derecha, con excepción del caricaturista Magú, de una manera ciega y arcaíca. El Universal está centrado en desprestigiar a AMLO y Anaya de igual manera, mientras celebra al candidato oficial. Aristegui está obsesionada con denunciar al gobierno de Peña Nieto como si no existieran otras notas y se calla las incongruencias del líder de Morena para no perder a su audiencia. Grupo Imagen no dejan de hacer genuflexiones a sus amos del PRI que los mantienen los medios al aire con su inversión publicitaria. Los medios en México no son reflexivos, salvo en muy contadas excepciones y muy contadas plumas. Por lo tanto, no podemos fiarnos de ninguno y debemos consultar varios de ellos para formarnos de una opinión propia.
La prensa mexicana parece que jamás logrará ser libre en tanto no se modifique de manera radical la ley de inversión pública, algo que la SCJN ordenó resolver al legislativo y este como siempre en cuestiones trascendentales para México que permitan crear los cimientos de la democracia, únicamente le hace al tío Lolo.
Meade debe ser responsable en lo que propone y estar seguro qué, de llegar a la presidencia realmente eliminará el fuero que ofende y divide la calidad de ciudadano entre los mexicanos y de la misma manera Anaya, López Obrador y Zavala deben aprobar esta idea.
México ha sido agraviado por la forma en que Peña Nieto y miembros de su gabinete como Gerardo Ruiz Esparza, Rosario Robles, Alfredo Castillo, José Antonio González Anaya, Luis Videgaray y las sospechas del mal uso de recursos públicos que estos políticos han hecho a lo largo del más corrupto de los sexenios que ha sufrido México y hemos sufrido a muchos pillos de este partido y a otros de los partidos de oposición. Por lo que una propuesta de perdón general como propone López Obrador sólo es una excusa para continuar con políticos corruptos, no se puede prometer un cambio, sin tener la intensión de demostrar que el cambio va en serio. Visto de la mejor manera la propuesta de López Obrador lo convierte en uno más de los miembros de la mafia del poder. En ese sentido y con todas las reservas de que existen cargos de corrupción en su contra que no han sido aclarados por el candidato del frente, Ricardo Anaya, su propuesta de encarcelar a los que se necesite encarcelar mostraría una verdadera voluntad de cambio, espero y no una venganza únicamente.
Tras lo que se ha demostrado de la forma maquiavélica de actuar de consultoras como Cambridge Analytica y Facebook, no podemos permitir que alguien más de manera subliminal o directa dicte la agenda, somos nosotros quienes debemos exigir a los candidatos definiciones específicas sobre el México que proponen. Nadie sólo nosotros y nuestro voto somos los responsables de elegir que queremos para el país.

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