lunes, 5 de marzo de 2018

Nadezhda Durova la primera oficial del ejército imperial ruso.




Esta fue una mujer valiente y fiera que enfrentó a las tropas de Napoleón durante la invasión a Rusia y para hacerlo se hizo pasar por hombre, el propio Zar la encubrió.

Armando Enríquez Vázquez.

En la historia de la humanidad existen muchos ejemplos de valientes mujeres que tras haber encontrado su vocación como guerreras decidieron seguirla vestidas y disfrazadas de hombres logrando sobresalir en un ámbito y en una sociedad totalmente machistas.
El caso de Nadezhda Durova tiene una serie de excepciones que hacen su historia digna de ser contada, sin de ninguna manera menospreciar su brillante carrera militar, ni sus hazañas.
Nadezhda nació el 17 de septiembre de 1783 en Kiev, su padre era un militar ruso y su madre la hija de un terrateniente ucraniano. El matrimonio se llevó a cabo a pesar de la oposición del padre de la novia. La madre se llevó una enorme decepción al enterarse haber dado a luz a una niña y no al rubio varón que durante nueve meses soñó. A tal grado fue el rechazo de Aleksandra Aleksandrova, la madre, que un día lanzó por la ventana a la recién nacida. La niña sobrevivió.  A partir de ese día Andrei Durov puso como nodriza de su hija a uno de sus soldados.
Nadezhda creció rodeada de un ambiente totalmente militar y bajo consejas de los miembros de las fuerzas al mando de su padre. Su juguete favorito durante su primera infancia era un revolver sin balas del que gustaba jalar el gatillo fascinada por el ruido del martillo de la pistola al ser accionado.
A pesar de todo, su madre esperaba que la niña al crecer se comportara como una dama e insistía durante la adolescencia de Nadezhda en que pasara horas dedicada a actividades propias de una jovencita de sociedad; tejiendo y bordando, algo para lo que la joven no servía. Frente al despreció y las exigencias maternas, Nadezhda tenía el amor incondicional y siempre consentidor de su padre, quien con el pasar de los años dejó el ejército y se convirtió en jefe de policía disfrutando de la vida como civil desde sus posesiones. Nadezhda aprovechaba este apoyo para escapar de la vigilancia materna y cabalgar cuanto podía en el caballo de su padre.
Nadezhda se casó en cuanto pudo, pero también en cuanto dio a luz a un hijo y por razones que son desconocidas regresó a la casa de su padre, sólo para abandonarla de manera definitiva al poco tiempo. Existe una historia que dice que se enamoró de un húsar y huyó con él. Lo cierto, es que Nadezhda disfrazada de hombre logró entra al cuerpo de Lanceros Polacos. Nadezhda cambió su nombre por el de Alexander Sokolov. De acuerdo con sus memorias fue el primer año en el ejército que Nadezhda Durova encontró la verdadera felicidad al obtener la independencia y libertad totales que nunca encontró ni en su casa y mucho menos en su matrimonio. El 22 de mayo de 1807 entró en acción en la batalla de Guttstadt donde los ejércitos de Prusia y Rusia como parte de la Cuarta Coalición intentó detener una vez más el expansionismo de Napoleón.
La historia cuenta que el cuerpo de Lanceros, atacó en diferentes cargas de alternadas a las fuerzas de Francia. Nadezhda, en su ignorancia o en su febril valentía tomó parte en todas las cargas sin importar la unidad a la que pertenecía hasta que un oficial se percató de la presencia del joven soldado que no pertenecía a su unidad y mandó a Nadezhda a la unidad que le correspondía. De regreso con los suyos Nadezhda se percató de un grupo de soldados franceses atacando a un ruso, por lo que la joven decidió ir al rescate y lo hizo de manera tan feroz que los soldados de Napoleón huyeron dejando herido al ruso, al que Nadezhda cedió su caballo para que alcanzara la enfermería.
Poco menos de un mes después, en la batalla de Heilsberg una bomba estalló debajo del caballo de Nadezhda, saliendo ilesa del incidente. Con la firma del Tratado de Tilsit, la paz llegó a Europa, Nadezhda decidió escribirle a su padre explicando los motivos del abandono de la casa paterna, pero en esos días el zar Alejandro I se enteró de los rumores acerca de la existencia de una valiente mujer disfrazada de hombre que luchó en su ejército. Nadezhda fue llamada por el zar y tras la aceptación de su género, Alejandro I le cambió el apellido por el de Aleksandrov, ocultando aun más su verdadera identidad. Además, le otorgó la Cruz de San Jorge por haber salvado al soldado ruso y le confirió el grado de Teniente de un regimiento de húsares, así como dinero para comprar uniformes.
En tiempos de la invasión napoleónica a Rusia Nadezhda volvió a combatir de manera valerosa, fue herida en la rodilla en la famosa batalla de Borodino, sin que esto fuera un impedimento la valiente joven se presentó frente al viejo general Kutuzov, que era de los pocos que conocían la verdadera identidad de Nadezhda y que se alegró de tenerla entre sus tropas. Nadezhda participó en diferentes batallas y se ganó nuevas medallas y reconocimientos militares. Se retiró con el grado de Capitán.
En 1816 regresó a la casa de su Padre quien le pidió ayuda para administrar su hacienda. Nadezhda vistió hasta el final de sus días como hombre. Pero más allá de eso comenzó a escribir sus memorias y uno de sus hermanos la presentó con Pushkin, a quién los textos de la valiente militar entusiasmaron y gustaron, lo que lo llevó a publicar varios de ellos en su revista.
Las memorias de Nadezhda Durova se publicaron bajo el titulo de La doncella de la caballería, pero además escribió otras cuatro novelas y diversos cuentos.  
Los últimos años de su vida los pasó en Yelábuga. El 21 de marzo de 1866 Nadezhda Durova murió. Tenía 83 años y fue enterrada con los honores militares de una heroína como ella.



publicado en mamaejecutiva.net el 26 de febrero de 2018
imagen: en.wikipedia.org

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