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martes, 5 de septiembre de 2023

Gonher; más de medio siglo de auto partes.

 


Entre el gran número de empresas dedicadas a las autopartes que se creó en México a mediados del siglo pasados se encuentra esta empresa dedicada a filtros, lubricantes y acumuladores.

Armando Enríquez Vázquez.

En los años cincuenta en la ciudad de Monterrey, un emprendedor de nombre José C. González, quien nació el 8 de diciembre de 1928 en Higueras, Nuevo León, tenía un taller donde fabricaba bases para veladoras, casquillos para escobas. En una ocasión al entrar a un refaccionaria automotriz, por alguna razón le llamó la atención un filtro de aire y de pronto se interesó por la fabricación de esta autoparte.

Así, en agosto de 1953 fundó Gonher dedicada a la fabricación en un principio de 4 tipos diferentes de filtro, tanto para automóviles como para tractores con sólo seis trabajadores, para 1959 el éxito del negocio le permitió a González comprar nuevas máquinas y durante la década de los sesenta se automatizó la fabrica con nueva maquinaria. Cuando José C González tuvo la idea de crear un laboratorio dedicado a la investigación para mejorar sus filtros, estaba implementando una idea utilizada por las mejores empresas del mundo para desarrollar verdaderos productos punta de lanza y que respondieran de la mejor manera a las demandas del mercado automotriz.

Una de las razones del crecimiento del mercado de autopartes en México era la ley que impidió durante décadas que un automóvil de marca extranjera se armara con piezas importadas únicamente y si bien nunca ha existido una marca relevante constructora de autos mexicanos, lo cierto es que la industria de autopartes de nuestro país fue por mucho tiempo, mejor y más competitiva que su contraparte estadounidense, algo que desde la llegada del tratado de libre comercio y más con los gobiernos de los últimos dos sexenios, Peña Nieto y López Obrador ha sido casi aniquilado. Pero cuando nació Gonher la competencia entre aquellos primeros talleres y empresas era feroz y la visión de González fue la que hizo de su empresa líder nacional e internacional.

Ya para 1973 Gonher fabricaba filtros para aire y filtros para gasolina, los distribuidores de los productos de la empresa estaban presentes en 18 oficinas en la década. Hoy la red de distribuidores Gonher abarca casi toda la república mexicana, Costa Rica y los estados de California, Florida, Tennessee, Alabama, Georgia,

En la década de los años ochenta Gonher comenzó a vender sus productos en algunas plazas fuera del país.

1991 marcó el crecimiento y diversificación de los negocios de Gonher al adquirir la empresa Lubricantes de América, Lubral, dedicada a la fabricación de lubricantes

En 1994 Gonher compro la empresa regia Química Goncal dedicada a la fabricación de limpiadores caseros e industriales.

1999 fue el año de la incursión en el mercado de baterías para automóviles al construir la fábrica de Enerya y en 2005 para complementar a Enerya se crea la Recicladora Industrial de Acumuladores; RIASA dedicada a recuperar cascos de baterías y crear aleaciones para esos mismos acumuladores.

En 2009 Gonher adquirió la empresa estadounidense Mighty Auto Parts y cobró una mayor presencia en el mercado de aquel país. Mighty es una marca franquiciataria de talleres de servicio y autopartes.

Actualmente Gonher es una de las empresas más importantes en la industria de automotriz en nuestro país y el norte de América. Este mes Gonher cumple 70 años de existencia.

Y para reforzar su presencia y la accesibilidad de sus productos Gonher creó una empresa llamada Pro1one que son refaccionarias a lo ancho y largo de la república.

El 3 de enero de 2019 murió José C. González en Monterrey.  La empresa está encabezada por su hijo Rodrigo González Calderón.

publicado en thepoint.com.mx el 28 de agosto de 2023

imagenes gonher.com.mx

lunes, 8 de junio de 2020

De pan y otros productos árabes




La migración libanesa enriqueció a nuestro país con diferentes aspectos de su cultura, una de las más importantes la gastronomía y marcas que crearon.

Armando Enríquez Vázquez

Las grandes migraciones insertan en las sociedades que las reciben modismos culturales que impactan de diversas maneras. La migración árabe en México, además de la cultura, integró y popularizó muchos de sus sabores.
Gracias a los libaneses que llegaron al país desde el siglo XIX, en la capital del país se desarrolló el taco al pastor que hoy, los habitantes de la CDMX identificamos como una de las comidas características de la Ciudad de México. Otro producto que el mexicano integró a su forma de comer fue el pan árabe, que por su parecido a la tortilla y ante todo a la tortilla de harina originaria del norte del país y que tiene su origen también en el Mediterráneo, en el pan ácimo de los judíos conversos que llegaron y fundaron Monterrey.
Hoy en casi todas las grandes ciudades del país se encuentran restaurantes que ofrecen comida libanesa a sus habitantes y en la mayoría de ellas existe una comunidad libanesa. Este pretende ser un breve repaso de marcas de comida libanesa que gran cantidad de mexicanos hemos consumido y nos gustan.
El primer horno para pan árabe que se construyó en México y la primera panadería árabe en el país fueron labor de un hombre llamado José Cado y su esposa María Namnum y se ubica en la calle de Las Cruces en el centro histórico de la Ciudad de México, la pequeña empresa familiar aún existe y se llama Casa Cado.
En Puebla de Zaragoza se estableció José Helu, con su familia, en 1936 Helu prendió el primer horno de pan árabe en la capital poblana. La empresa fue un éxito y trece años después Porfirio Helú quien decidió acentuar el apellido familiar, determinó mover parte del negocio a la Ciudad de México, así fue como el restaurante Helú’s abrió en el centro de la Ciudad de México en la calle de República del Salvador. La producción de pan árabe, así como otros alimentos y los populares dulces árabes crecieron la oferta de la empresa. Desde hace más de 70 años Helú’s se ha consolidado y a pesar de mantener una presencia muy modesta en el mercado, sus productos en especial el pan árabe se puede encontrar algunos establecimientos dedicados a comida árabe y supermercados. Hoy el restaurante se ubica en la calle de Mesones en el centro histórico de la Ciudad de México.
El negocio continúa en manos de los descendientes de José Helu, el logotipo de la empresa imita la caligrafía árabe con el nombre Helú’s en azul y muestra la silueta de diferentes cúpulas moriscas en blanco como si tratara del horizonte de una ciudad en un fondo rojo.
Existe otro local que reclama la herencia de José Helu en el centro en un pasaje de República del Salvador donde se afirma que Porfirio inició su negocio en la ciudad de México, el propietario actual Huberto Helu en un programa de canal 11 menciona que su abuelo inició la fabricación del pan árabe en Pachuca y no en Puebla como sugiere el sitio de Helu`s el restaurante ubicado en Mesones. En Puebla existe un negocio llamado Vicente Helú que pertenece a otro descendiente de José, por lo que la información de Pachuca parece no ser del todo verdadera. Existe promoción y distribución de la marca en Guadalajara también.
Mientras Helú’s es una marca antigua y de tradición entre los productos árabes en nuestro país han surgido en estas décadas marcas nuevas que han cobrado gran presencia en el mercado.



Una de ellas es Baalbek que utiliza el nombre de un antiguo asentamiento fenicio en el mediterráneo que con el tiempo se convirtió en la ciudad helénica de Heliópolis. Las columnas de la ruina de un templo de esta época dentro de un escudo es el logo de la marca, enmarcado en una guirnalda de olivo con una palabra en árabe en la parte superior toda es iconografía encerrada en un grueso círculo rojo y la palabra Baalbek fuera del circulo en la parte inferior de la composición. La marca pertenece a una empresa llamada Ibrahim S.A. de C.V. fundada por una familia del mismo apellido en el año 2000.
Baalbek tiene presencia en las tiendas de autoservicio y en las especializadas en productos árabes.
Otra empresa dedicada a la elaboración de pan árabe y otros productos de la cocina árabe es Interdeli fundada en 1997 y cuya principal marca es Libanius. Esta empresa tiene presencia no sólo en nuestro país, gracias a una alianza con la empresa Damafro, dedicada a productos lácteos como yogurt tiene presencia en Canadá desde 2007 y su primera exportación a Estados Unidos se llevó a cabo en 2008.
Existen otras marcas mucho más pequeñas y regionales que son conocidas a lo largo y ancho del país por consumidores miembros de la comunidad libanesa, pero en especial por el consumidor común. De hecho, Libanius acuñó un término para sus productos y los llamas Mexiterráneos al tener variantes de humus con diferentes tipos de chiles.
A pesar de la importancia de estas empresas, como suele suceder y he escrito al respecto, poca o nula información se encuentra de ellas a no ser los escuetos renglones en sus sitios de Internet. 

publicado en thepoint.com.mx el 1º de junio de 2020


martes, 5 de mayo de 2020

Ramos el chicharrón como Dios manda




En Monterrey una carnicería hizo su fama no solo por la calidad de sus productos, si no por uno en especial; el chicharrón.

Armando Enríquez Vázquez

Si hay algo por lo que se distingue el norte de México es por su carne; Chihuahua y Sonora se pelean por la mejor calidad en cárnicos de todo el país. Nuevo León, por su parte, presume su carne seca, su famosa machaca, el cabrito y la fritada. Pero en la capital neolonesa hay un producto que no se equipara a ningún otro en el país, el chicharrón de La Ramos. La Ramos es la forma familiar cn la que los regios y neoloneses llaman a la carnicería Carnes Ramos.
Incluso hace unos años se comenzó a popularizar en Internet un producto de temporada por el que al parecer la demanda entre los regios los lleva a hacer largas filas en la casa matriz y en las sucursales, la Chicharrosca. Una versión salada de la famosa rosca de reyes elaborada con el chicharrón sello de la empresa, con rajas de chile en lugar del acitrón o las rebanadas de higo y en lugar de un niño Dios, la Chicharrosca esconde en su interior un cerdito de plástico.



El chicharrón de la Ramos es conocido no sólo en el estado de Nuevo Leñon y entidades cercanas, su fama llega hasta el centro de la República donde más de uno lo hemos probado y difundido su inigualable sabor. Claro como buena carnicería del norte su principal producto es la carne de res, y vende también pollo, cerdo como cualquier carnicería.
La empresa nació en 1968 en pleno centro de la ciudad de Monterrey y de acuerdo con el sitio de internet de la empresa, esa primera carnicería se ubicó en la calle de Platón Sánchez donde todavía existe una sucursal de “La Ramos”. Hoy existen 18 locales de la marca en el estado de Nuevo León básicamente en Monterrey y su zona metropolitana. Casi de inmediato crearon su famoso chicharrón que es totalmente distinto al que conocemos en el centro de la República, la idea de la carnicería fue desarrollar un producto que se pudiera comer de forma directa después de comprarlo o guisarlo.  Michoacanos, queretanos, chilangos pensaran de inmediato de la misma manera que el nuestro. Pero no, mientras el chicharrón del centro del país es básicamente la piel del cerdo frita, a veces con algún trozo de carne, el producto de La Ramos es un producto que incluye todo sin la textura extremadamente crujiente de su homónimo del centro. Por su puesto que la receta es secreta.
El crecimiento de la empresa en 52 años de existencia les ha permitido a los dueños a adquirir su propio rancho donde se aseguran el crecimiento sano del ganado, que pastorea de manera libre por la propiedad de acuerdo con la empresa. Carnes Ramos también fundó su propia empacadora que certifica la calidad e higiene de sus productos, incluso tiene una línea de guisados empacados que la marca dice estar basados en la sazón de la abuela del fundador y en sus tiendas ofrece guisos calientes y listos para consumirse.
Otras de las innovaciones y formas de posicionarse en el mercado regio fue crear el llamado Instituto Parrillero Ramos, donde los expertos parrilleros de la marca enseñan al público a cocinar los diferentes cortes de la mejor manera posible y los trucos para lograr la mejor carne asada, algo que es parte esencial en la vida social de todos los mexicanos del norte del país.
Aunque el mercado de Carnes Ramos es totalmente regional es una de las carnicerías con gran crecimiento y presencia en el mercado mexicano. La Ramos es una empresa totalmente familiar.


publicado en thepoint.com.mx el 27 de abril de 2020
imagen, carnesramos.com.mx

miércoles, 15 de enero de 2020

Hasta los dientes lo que no se debe hacer con un documental.




Me molesta el desperdició de una historia que tiene tanto fondo, que debería impactar no sólo a la sociedad regiomontana, si no a los mexicanos en general.



Armando Enríquez Vázquez

Acabo de ver en Netflix el mal llamado documental Hasta los dientes. Dirigido por Alberto Arnaut y que se estrenó en cines en 2018. ¿Por qué me refiero a él como mal llamado? Porque sin importar la relevancia temática del video, lo cierto es que el rigor como documental es nulo y ni que decir en lo que se refiere a una investigación periodística.
Hablar de cómo el gobierno federal se ha encargado de cubrir sus errores en los casos de la llamada Guerra contra el narcotráfico cuando ha asesinado a civiles inocentes generalizando y haciendo una serie de afirmaciones sin sustento es irresponsable, sobre todo cuando se tienen todos los elementos para narrar una de esas historias de una manera extraordinaria. Un trabajo bien hecho puede ayudar a mostrar errores y crímenes de estado que se han cometido durante una guerra que si bien parece injusta también es necesaria e inevitable, de una forma alejada al mocudrama que crea Arnaut.
A lo largo de los últimos tres sexenios, incluyendo lo que va de este, el gobierno no ha sido claro en sus acciones y sus resultados. En las víctimas del “Fuego Amigo” ni presidentes y mucho menos los mandos militares han querido explicar, sólo se han limitado a maquillar de manera grotesca sus errores. Lo más indignante es que tampoco han podido crear estrategias que terminen en excelentes resultados, al menos medianamente aceptables.
Me molesta el desperdició de una historia que tiene tanto fondo, que debería impactar no sólo a la sociedad regiomontana, si no a los mexicanos en general, los grandes temas están sólodibujados en esta pieza de video, pero de una manera superficial y sin las agallas que tendría un buen documentalista de investigación. El resultado final es sólo un collage de imágenes de la fachada del Tecnológico de Monterrey y un melodrama muy mexicano, donde lo que yace en esa historia es una tragedia. Lo importante de un documental es el poder ver a los que hablan para que esas palabras sean verosímiles, algo que el joven Arnaut no permite ver. Se agradece que los testimoniales de la familia, no estén llenos de lágrimas y sin embargo creo que a pesar de lo tremendo de la historia, Arnaut sesgó algo que no era posible sesgar al poner estas voces casi todo el video y faltaron voces. Creo que la única secuencia que está muy bien armada es la de la reconstrucción de los hechos. Hacen falta testimoniales de los militares, los transcritos del juicio a los militares, la explicación de un crimen cometido por miembros de su institución, sobrando los testimoniales largos y sin fuerza del twittero o de la chica del Oxxo, porque no fueron dos los testigos o lleno de voces o busco otro tipo de besos. Lo que es más indignante del documental es que la narración es mala y esta mal contada. Existen muchas historias y cosas que no están explicadas y que Arnaut supone que todos sabemos porque el las sabe, que lo jóvenes erano vivían en un principio el Saltillo, es algo que uno sólo entiende cuando los padres se trasladan a Monterrey. ¿Por qué y cuándo los padres de uno de ellos viven en Todos los Santos? ¿Cuál es la importancia y el impacto de la asociación formada al interior del Tec para preservar la memoria de los jóvenes?
Faltan más voces de autoridades, tanto locales como de la institución educativa, de esta última sólo aparecen dos funcionarios, uno al que los padres pintan como prepotente y el realizador en lugar de enfrentarlo con estos testimoniales prefiere pintarlo de una manera muy benévola, lo mismo sucede con la funcionaria de la empresa educativa. La única imagen del entonces presidente del sistema del Tecnológico de Monterrey Rafael Rangel Sostman como un verdadero cobarde y un servil del estado y tibio hombre, a diferencia de otros históricos rectores y directores de universidades que han enfrentado al poder y sus abusos en contra de sus estudiantes, el primer y más claro ejemplo es claro Javier Barros Sierra rector de la UNAM en 1968.
Da la impresión que Arnaut entrevistó sólo al grupo de personas que encontró la primera vez y lo hizo sin ningún rigor. La aparición del ex procurador neolonés es realmente un ejemplo de cómo desperdiciar la fuente y los encuadres que se hacen del personaje son muy malos.
Arnaut está más preocupado con crear encuadres y secuencias que parezcan poéticas y que gracias a la pésima fotografía y la poca preocupación por unificar la calidad de las imágenes resultan totalmente triviales y aburridas, hasta repetidas, aunque no lo sean. No basta con tener una buena idea, hay que trabajarla de la mejor manera y a fondo.
Es triste que una plataforma como Netflix ponga a sus audiencias un documental tan mediocre como Hasta los dientes, habiendo documentales estremecedores sobre la guerra del Gobierno Mexicano en contra del crimen organizado, uno de los ejemplos más claros y exitosos es La libertad del diablo de Everardo González, sin duda nuestro mejor documentalista, o Tempestad de Tatiana Huezo. No existe comparación entre un trabajo de la fuerza de Presunto Culpable de Roberto Negrete y Layda Negrete y el blandengue trabajo de Arnaut. Sería muy interesante que Netflix o Amazon Prime rescataran estos trabajos y otros que realmente son parte de la gran tradfición documental mexicana que nació desde hace décadas con cintas tan brillantes como Torero de Carlos Velo de 1957.

publicado en roastbrief.com,mx el 10 de septiembre de 2019
imagen: cecut.gob.mx

lunes, 16 de diciembre de 2019

La Doncella de Monterrey y otras heroínas regias




Durante la Batalla de Monterrey una bella y extraña mujer asistió y confortó a heridos de ambos bandos. Nada más se sabe de ella. Existen al menos otras dos de las que sabemos algo.

Armando Enríquez Vázquez

En los pasajes que nadie te explica a fondo sobre la historia de México, siempre centralizada por nosotros los chilangos y los habitantes de los estados cercanos y más habitados o que han tenido más gobernantes federales, se encuentra la desconocida Batalla de Monterrey en septiembre de 1846, así como las mujeres que se sabe que participaron en los hechos.
La Guerra de Invasión de Estados Unidos a mediados del siglo XIX se llevó a cabo en muchos frentes, muchos de los cuales se perdieron por la incompetencia de los militares y gobernantes mexicanos, al entreguismo y la traición como sucedió con la Alta California, con Nuevo México, Utah, Arizona y Nevada. Otros sitios fueron heroicamente defendidos a pesar de su lejanía de la capital y la indiferencia del gobierno central, por ejemplo, la Baja California, Nuevo León, Chihuahua, Durango, Sinaloa.
En el caso de Nuevo León, la capital del estado sufrió una de las más grandes batallas de la guerra que descarada e inexplicablemente tanto a los libros oficiales de historia nacional, como los historiadores panfletarios de los gobiernos del PRI, han olvidado contar y cantar la valentía y heroísmo de los regiomontanos y neoloneses en general, a pesar de que grandes mexicanos como Guillermo Prieto escribieron a detalle acerca de los hechos.
Entre las mujeres y héroes que destacaron por su valentía y osadía se encuentra la historia de una mujer a la que sólo se conoce como la Doncella de Monterrey y que parece una leyenda urbana, pero afortunadamente conocemos un poco o mucho más acerca de otras de estas destacadas mujeres.
Zacharias Taylor al frente de las tropas norteamericanas llegó a las puertas de Monterrey el 21 de septiembre de 1846 y durante los siguientes dos días regiomontanos y muchos neoloneses que llegaron a la capital del estado lucharon con bravía por la libertad y la soberanía del país. La batalla de Monterrey, se peleó casa por casa. Entre los muchos regiomontanos que se sacrificaron o que fueron asesinados por las tropas norteamericanas se cuenta la historia de una misteriosa mujer a la que se conoce como la Doncella de Monterey, de acuerdo con la narración del soldado americano, más tarde político y escritor llamado Abiel Abbot Livermore quien fue el primero en escribir acerca de la Doncella de Monterrey. En su libro sobre la guerra con México y en el capítulo de la Batalla de Monterrey, el hombre describe haber observado a una joven que de  manera diligente y entre los balazos y ofensivas de ambos ejércitos se escabullía para confortar a soldados mexicanos y norteamericanos heridos y moribundos, llevándoles pan, agua y en ocasiones vendando sus heridas, finalmente la joven fue alcanzada por una bala y permaneció muerta al lado de los soldados desde la tarde del 21, hasta el 22 cuando según Livermore fue enterrada por los norteamericanos. Esto sucedió en uno de los frentes de la Batalla conocido como el Fortín de la Tenerías. Esta joven que fue además honrada por un soldado poeta y compositor norteamericano llamado John Hill Hewitt quien compuso una cursi balada para esta joven que atendió a mexicanos y norteamericanos heridos titulada The Maiden of Monterrey.
Aunque la historia nacional no logra reconocer al personaje lo cierto es que hubo verdaderas heroínas regiomontanas a lo largo de los tres funestos días para la capital neolonesa como es el caso de Josefa Zozaya que está documentada por historiadores nacionales y se conoce su biografía antes y después de la batalla. Josefa Zozaya, llamada también Chepita, llevó a cabo las mismas tareas que la Doncella y otras más del lado de las tropas mexicanas. María de Jesús Dosamantes fue más allá y se dice que desde el 19 de septiembre había pedido al General Ampudia participar de manera activa en la defensa de Monterrey, obviamente el general se negó en un principio, pero terminó cediendo y bajo las órdenes del coronel José López Uraga y vestida como capitán del ejército luchó en el fuerte de La Ciudadela montada a caballo. Ahí esta valiente mujer regiomontana desconocida por todos lo mexicanos perdió la vida.
Creo que la primera historia es sólo la manera en que los soldados norteamericanos se impresionaron de la participación de decenas de mujeres frente a su invasión de nuestro territorio. Pero los gobiernos de nuestro país son lo que han olvidado de contar la historia de estas brillantes y destacadas mujeres que defendieron con la vida a la patria.

imagen: wikipedia.org

martes, 13 de agosto de 2019

Grupo Lamosa más de cien años construyendo y decorando.




Este importante grupo regio es uno de los mejores ejemplos de una empresa centenaria sana en nuestro país.

Armando Enríquez Vázquez

Siempre que se habla del Estado de Nuevo León y de la ciudad de Monterrey recordamos que el estado y la ciudad son desde hace más de dos siglos el centro financiero e industrial por excelencia en el norte del país y uno de los más importantes actualmente de la nación. Monterrey a diferencia de otras ciudades del centro y oeste del país estaba pacificada y bien establecida a mediados del siglo XIX.
En ese entonces con el capital de un grupo de norteamericanos encabezados por William W. Price, David I. Jones y John Price (1) se fundó una empresa ladrillera en las afueras de la ciudad de la ciudad de Monterrey, que, a finales ese mismo siglo, en 1895, fue adquirida por otro gringo de nombre J.A. Robertson quien le puso el nombre de Compañía manufacturera de ladrillos de Monterrey. Cuatro años después el 2 de noviembre de 1899, nació en la ciudad de Torreón en el aledaño estado de Coahuila Bernardo Elosúa Farías y el 23 de agosto de 1900 nació Viviano L. Valdés en la ciudad de Monterrey, estos dos hombres, pasados unos años se convirtieron en socios y dueños de Ladrillera Monterrey. Esto sucedió en 1929 cuando Robertson y sus socios presionados por la Gran Depresión decidieron vender la empresa.
Cuatro años después la empresa decidió innovar al introducir azulejos, pisos y barro bloks, además de sustituir la leña de los hornos de la ladrillera por gas. Pero sin duda una de las grandes innovaciones de Lamosa fue la creación del adhesivo para cerámica de alta absorción a la humedad; Crest. Crest es el líder del mercado y uno de los adhesivos de su tipo con mayor demanda entre los constructores mexicanos. Crest fue presentado al mercado mexicano en 1957 y sigue siendo una de las divisiones fuertes del grupo Lamosa.
En 1963, Lamosa creó su división de muebles de baño al adquirir Sanitarios Azteca. En 1973 la segunda generación de la familia Elosúa llegó a la dirección de la empresa, Bernardo Elosúa Muguerza sustituyó a su padre. Bernardo Elosúa Muguerza comenzó a trabajar en la empresa en 1953 a la edad de 22 años. Al año siguiente el grupo Lamosa adquiere una fabrica llamada Keramica en el estado de Tlaxcala y la incorpora al grupo.
El 31 de enero de 1979 Bernardo Elosúa Farias murió. Viviano L. Valdés murió el 25 de enero de 1981. En 1993 murió Bernardo Elosúa Muguerza. La empresa hoy es presidida por el nieto de Elosúa Farías, Federico Toussaint Elosúa.  
El nombre de Lamosa fue impuesto a la empresa en 1995.
En 2007 la empresa compra a su principal competidor en el mercado mexicano; Porcelanite.
En 2006 se apagan los hornos de la producción de ladrillos para siempre. Sin embargo, su producción y exportación de mosaicos, pisos y azulejos se mantiene hasta la fecha y exporta una buena de parte de ellos a Estados Unidos y América del Sur. En 2015 Lamosa vendió su división de sanitarios a la empresa colombiana Corona.
Lamosa se dedica además de los adhesivos y recubrimientos al mercado inmobiliario.



publicado en thepoint.com.mx el 5 de agosto de 2019
imagen lamosa.com

martes, 19 de febrero de 2019

Josefina Niggli, una voz méxico-americana.




Nacida en Monterrey Josefina Niggli es uno de los primeros nombres de una cultura que nos cuesta trabajo reconocer de ambos lados de la frontera.

Armando Enríquez Vázquez

Existe y siempre ha existido un muro racista, clasista, despectivo entre los mexicanos y aquellos mexicanos que nacieron, o tuvieron por diferentes razones, las de libre albedrio emigrar a Estados Unidos. Términos como “Pocho” nacen de ese desprecio por el paisanos nacidos en el extranjero que tampoco son muy bien queridos por los sajones protestantes. Existen otros que siendo hijas o hijos de norteamericanos nacidos en nuestro territorio se identifican con él de muchas maneras y la influencia de nuestro país es parte de su herencia social y cultural, de la misma manera nos cuesta trabajo reconocerlos y a los americanos también, ese es el caso de Josefina María Niggli.
Niggli fue una talentosa escritora, dramaturga y también fotógrafa que nació en nuestro país, en la ciudad de Monterrey el 13 de julio de 1910, Sus padres fueron dos inmigrantes norteamericanos de origen europeo, su padre Frederick Niggli era un ingeniero que trabajaba en la naciente industria cementera regia. Su madre era violinista. Josephina, como también se escribe su nombre, vivió entre Nuevo León y Texas durante su infancia y adolescencia, incluso llegó a vivir una temporada en la Ciudad de México, la incertidumbre y los continuos cambios de poder debidos a la Revolución, así obligaron a su familia.
Nigli estudió en la Universidad del Verbo Encarnado en San Antonio, Texas y más tarde en la Universidad de Carolina del Norte. Se graduó como en filosofía e historia en la primera y se doctoró como dramaturga.
Niggli fue la primera voz exitosa en todos los niveles entre lo que hoy se conoce como hispanos y que en los años previos a la muerte de la escritora se conocía como cultura chicana, un nombre con mucho mayor ideología y postura política que el que hoy se utiliza para rasar a la poderosa cultura méxico-americana. Niggli escribió tres novelas. La primera “Mexican Village” publicada en 1945, fue la primera novela de un escritor mexico-americano en ser publicada por una editorial noretamericana. “Mexican Village” fue tan exitosa que pronto se convirtió en película titulada “Sombrero” con las actuaciones de Ricardo Montalbán, Cyd Charisse y Pier Angeli. La segunda se llamó “Step Down Elder Brother” publicada en 1947, en 1964 publicó una tercera novela titulada “A Miracle for Mexico”, fue autora de libros de cuentos y muchas obras de teatro. Escribió incluso una pastorela llamada “The Defeat of Grandfather Devil”. Con la producción de “Sombrero” Niggli incursionó en Hollywood y durante muchos años fue guionista de diferentes empresas productoras de cine y televisión, escribió guiones para la popular serie Ethel Barrymore Theater entre otros.
Rodolfo Usigli consideraba que un desierto teatral de cuatro siglos la voz de Josefina Niggli era una de las tres únicas voces que era realmente mexicana y se lamentaba que Niggli no escribiera en español para que sus compatriotas disfrutaran de esa visión y su sentido del humor. A pesar del elogio Niggli consideraba a Usigli un burgués de la Ciudad de México incapaz de entender la experiencia de los provincianos del norte como ella, al menos eso dice Elizabeth Coonrod Martínez en su biografía sobre la dramaturga escrito en 2007 y publicado por la Universidad de Nuevo México. Al parecer la relación entre ambos dramaturgos era mucho más cordial de lo que pretende la investigadora norteamericana, Josefina trabajó en la Universidad Nacional Autonóma de México en la década de los años cuarenta al lado de Usigli. Usigli escribió el prologo de un libro de obras teatrales de la autora y le dedicó la obra “Corona de Sombras” sobre el Imperio de Maximiliano y Carlota.
Josefina nunca escribió en español, pero siempre se sintió mexicana, y creía que su labor era mostrarle al norteamericano común un México real y alejado a las fantasías y nociones preconcebidas que en muchos casos subsisten hasta la segunda década del siglo XXI en el imaginario norteamericano sobre México y los mexicanos.
Niggli fue profesora de la Universidad de Carolina del Norte de 1942 a 1944 y de la Universidad del Oeste de Carolina donde además fue la directora del Departamento de Teatro y profesora de guionismo y periodismo de 1956 a 1975.
Josefina Niggli murió el 17 de diciembre de 1983 en Cullowhee, Carolina del Norte.
En septiembre de 2010 un bibliófilo y abogado texano llamado Bill Fisher montó un exposición en San Antonio con la obra fotográfica de Niggli, existen textos que la escritora publicó en revistas especializadas acerca de la fotografía y las fotografías que reproduce José Antonio Rodríguez en su estupendo libro “Fotógrafas en México 1872-1960” muestran una mirada innovadora, conceptual que tenía la artista al momento de realizar su fotografías. Años antes, en 2003 bajo la insistencia del extraordinario escritor regiomontano David Toscana la Secretaría de Cultura publicó la novela ¡Apártate, hermano mayor!


publicado en mamaejecutiva.net el 11 de febrero de 2019

jueves, 6 de agosto de 2015

Aprobación; un estadio vacío.





El silencio de un estadio vacío pesa más que cualquier abucheo virtual


Armando Enríquez Vázquez 


La fotografía lo dice todo cuatro personas viendo a una quinta persona hacerse el gracioso al patear un balón de futbol, el que patea el balón Enrique Peña Nieto, de los otros cuatro sobresalen Decio de Maria, actual presidente de la Federación Mexicana de Futbol y Rodrigo Medina el priísta que perdió Nuevo León por corrupto y nepotista. La sede; el estadio con capacidad para cincuenta y un mil espectadores será la nueva casa del equipo Monterrey, Peña Nieto viajó a la capital de Nuevo León para inaugurarlo. Lo importante el Estadio está vacío. Así o más patético.
Metáfora viva de la soberbia, de la arrogancia de un presidente que no sólo esta alejado de sus gobernados, que les teme, de un presidente que cree que la presidencia es una especie de pista de circo donde lo que haga o diga debe ser aplaudido, celebrado.
Poco se puede añadir a la imagen que define un sexenio autista, con Fox y con Calderón se habló de sexenios perdidos; saboteados desde el Congreso de la Unión por los priístas, ahora que las autoridades caminan de una lado a otro como carritos de fricción que chocan con una pared y erráticamente corrigen el rumbo, sólo para volver enfrentarse a un nuevo muro, ¿Cómo podemos definir a este sexenio?  ¿Qué nos espera como nación? ¿Cuántas mentiras demagógicas más antes de que el país se estrelle en una verdadera crisis social y económica de la cual ni los personajes más pedestres de Televisa podrán salvarnos?
El tercer mundo es concreto, decía hace ya más de treinta años, mi maestro de dirección de escena Ludwik Margules. Después de todos estos años el tercer mundo se metamorfoseo eufemísticamente en un país en desarrollo, pero continúa siendo concreto. El viernes pasado el periódico Reforma publicó la encuesta de aprobación del presidente Enrique Peña Nieto; sólo el 34% de los encuestados se manifestó a favor de la gestión Enrique Peña Nieto, el porcentaje más bajo no sólo del priísta a lo largo de su mandato, sino de cualquier presidente en el siglo XXI.
No cabe en ningún ciudadano el preguntarse el por qué, pero sí en cambio está en el presidente y sus funcionarios responder porqué después de tres años han sido incapaces de manejar y orientar el rumbo del país. No queremos la respuesta fácil y hecha para endulzar los oídos de los inversionistas extranjeros y apantallar a las bases de que se está cuidando el entorno macroeconómico, porque es hora de defender la microeconomía antes de que Luis Videgaray termine de entregarnos al FMI y convertirnos en la Grecia de por acá, hoy que el gobierno de Coahuila se anuncia como la Atenas del desierto.
34% representa al voto duro del PRI, a esa minoría que ganó las elecciones hace tres años en un país que en la mayoría ya desde entonces votó en contra de Peña Nieto.
¿No nos duele ver la farsa de un presidente que tiene miedo a sus gobernados, qué se comporta como preparatoriano en actos públicos internacionales con la que se supone es su esposa, que sonríe de manera impúdica en un país que tiene más pobres gracias a él y sus políticas?
El silencio de un estadio vacío pesa más que cualquier abucheo virtual como el que ocupó el primer lugar del trending topic el fin de semana en Twitter o la publicación de la encuesta de Reforma, desgraciadamente sí se es sordo frente a un estadio vacío, también se es ciego ante lo que sucede de manera virtual. El traje nuevo del emperador en su máxima expresión.
Un estadio vacío como cientos de pueblos y pequeñas ciudades de nuestro país cuyos habitantes han sido asesinados o en el mejor de los casos obligados a huir de sus casas por el crimen organizado. Un estadio vacío símbolo de un país sin leyes, sin justicia.
Mientras el presidente patea un balón en un estadio vacío, como todas sus políticas y sus palabras, en la Ciudad de México es asesinado otro periodista. Uno más qué se sentía perseguido por el gobierno represor de Javier Duarte de Veracruz. Pareciera que los sicarios del PRI tienen permiso una vez más en todo territorio nacional, como se hacía en los sexenios priístas de Díaz Ordaz a Salinas de Gortari cuando los guardaespaldas del Subprocurador de la República Javier Coello Trejo violaban y asesinaban de manera impune a mujeres en el Ajusco, y que hoy defiende a líderes que fomentan y solapan la trata de mujeres, desde los edificios oficiales de ese partido en la capital del país. Esa es la seguridad que ofrece el PRI. La protección y legitimación del crimen organizado que como cucaracha pasó del Estado de México a la Capital en este sexenio junto con los funcionarios de Enrique Peña Nieto. 
Un estadio vacío. Un presidente solo, aislado que probablemente no sepa ni quien realmente gobierna en nuestro país.

El tercer mundo es concreto.

Publicado en blureport.com.mx el 3 de agosto de 2015