domingo, 2 de agosto de 2015

El fracaso del presidente.



El país comienza su descenso a los infiernos. La crisis tan afín a los gobiernos priístas está aquí.

Armando Enríquez Vázquez.

Tal y como se esperaba una vez pasada las elecciones y asegurado el Congreso de la Unión para que el PRI ataque de nueva cuenta la desgastada y poco creíble democracia mexicana, el país comienza su descenso a los infiernos. La crisis tan afín a los gobiernos priístas está aquí; la devaluación de casi el 25% del peso frente al dólar nos habla de la incapacidad y la ineficiencia del secretario de Hacienda por resguardar el valor de la moneda nacional, así como de la avaricia de los funcionarios que en tres años han mermado las arcas de las reservas de la nación y empiezan a crear el perfecto pretexto para ejercer todo tipo de represión fiscal en contra de la ciudadanía en los próximos tres años.
La censura oficial en los medios tradicionales y la autocensura de los empresarios del ramo han evitado difundir las notas que presagian la turbulencia económica en la que la irresponsabilidad de Enrique Peña Nieto y su equipo nos ha metido. De acuerdo con datos publicados por el INEGI, la semana pasada, el poder adquisitivo de las familias mexicanas ha caído el 3.5% en los años en que Enrique Peña Nieto ha gobernado el país. El aumento en el costo de la leche de Liconsa sólo demuestra que es la población con mayor necesidad la principal víctima de un gobierno interesado únicamente en cubrir a sus socios comerciales como Higa y OHL que hasta el momento han resultado los más visibles.
Los supuestos beneficios económicos de las reformas estructurales han sido nulos, ni la ronda 1 en materia de hidrocarburos, la licitación de las cadenas nacionales de televisión, y ni que decir de obras de infraestructura necesaria como el tren rápido a Querétaro que mejor quedó desierta antes que en manos extrañas a los socios de Peña Nieto y Ruiz Esparza pudieran hacer ese negocio.
De acuerdo con las declaraciones del presidente de la asociación de banqueros de nuestro país Luis Robles Miaja ha anunciado un cambio en el costo del crédito que ya de por si es caro en México en perjuicio del cliente dependiendo del estado en el que este viva. Lo que afecta a todo tipo de créditos incluyendo los hipotecarios. ¿Estamos en México por entrar en una recesión debida a una burbuja hipotecaria similar a la que sufrieron Estados Unidos y España en 2008? Es curioso que junto con un anuncio de esta magnitud, tras la solicitud del presidente en 2013 por abrir los créditos, la Asociación de Bancos de México, en voz de su presidente, todavía tenga el cinismo de afirmar que existe un estado de derecho en el país.  Mientras el presidente y sus secretarios se benefician de sus corruptelas con empresas constructoras, la mayoría de los mexicanos se enfrentaran con problemas de deudas hipotecarias.
Peña Nieto ha demostrado también su incapacidad para controlar la situación de seguridad del País, incluso se podría pensar en un oscuro interés por proteger a ciertos criminales. Desde el momento en que tomó posesión de su cargo, cuando por capricho y servilismo a naciones extranjeras, se esmeró con ayuda de un poder judicial que ha demostrado su propia podredumbre a lo largo y ancho de toda su estructura, por liberar a la secuestradora francesa Florence Cassez. Más tarde a lo largo de estos tres años de gobierno no solo se escapó El Chapo, hay que recordar como el gobierno federal se hizo de la vista gorda ante la excarcelación de Rafael Caro Quintero el 9 de agosto de 2013 y después se dijo sorprendido de la decisión judicial.
Los resultados para recapturar a este líder del crimen organizados han sido nulos. Acerca del Chapo no existe ni certeza, ni optimismo por parte de las autoridades. Pero lo más preocupante es que el hecho no parece angustiar al gobierno federal, que en su doble discurso se la pasa presumiendo la captura de miembros del crimen organizado que nadie conoce. Gracias a estas fugas y la incapacidad del gobierno federal de poner orden en casa la relación con Estados Unidos se ha deteriorado de manera significativa.
Las autoridades en materia de seguridad del país y en específico las encargadas de la seguridad y administración de la justicia en México deben explicarnos su incompetencia para cuidar a la población del país.
 Al mismo tiempo el presidente se ha empeñado en poner al ejército mexicano en una posición de vulnerabilidad mayor a la que ya lo había expuesto Felipe Calderón. Más de veinte años le costó a las fuerzas armadas del estado limpiar la imagen que los genocidas Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, Alfonso Corona del Rosal legaron al instituto armado en 1968. Para finales de la década de los años ochenta y a lo largo de la última década del siglo pasado, El ejército era una de las instituciones en las que más confiaba el ciudadano mexicano, la imagen de asesinos que prevaleció a finales de los sesenta y durante los setenta fue borrada y reemplazada por la de un ejército cercano a la población en momentos de necesidad, en los desastres naturales y combatiendo al narcotráfico en las sierras. Pero la idea de Felipe Calderón de convertir al ejército en una especie de super policía a falta de confianza en los cuerpos policiacos locales o federales y la necedad de Peña Nieto de continuar la política del panista, ha desgastado de nueva cuenta la imagen del ejército mexicano frente a la ciudadanía y los ha puesto en una posición en la que resulta difícil mantener una imagen inmaculada.  
Sin lugar a dudas resulta vergonzoso el ver a los partidos aliados Verde y PRI acusarse y golpearse en las recientes elecciones de Chiapas, quedando en evidencia que no existen alianzas más allá de salvar el pellejo de los criminales que dirigen al Partido Verde. Ni el IFE, ni el TEPJF se han dignado a contestar a las peticiones ciudadanas, se niegan a informarnos acerca de las razones que impiden quitarle el registro a un partido que se empeña en violar la leyes que rigen a nuestro país y de esta manera se burla de las instituciones y autoridades incluyendo al gobierno federal y al Partido Revolucionario Institucional incapaz de deslindarse de su necesaria comparsa Verde. 
México no se mueve porque las ventajas y los incentivos son para los inversionistas extranjeros, las dádivas para los sectores más desposeídos y para los jóvenes, cuando por ejemplo el gobierno federal anuncia un programa donde al parecer da dinero de manera incondicional a los emprendedores novatos. México no se mueve porque el gobierno federal parece incapaz de gobernar para todos los mexicanos, México está comenzando a moverse hacia atrás porque al presidente, que carece de cualquier sensibilidad, lo único que le interesa es su bienestar y el de sus allegados.


publicado en blureport.com.mx el 23 de julio de 2015 

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