miércoles, 19 de agosto de 2015

Requiem por la legalidad.




La decisión del Instituto Nacional Electoral de no sancionar al Partido Verde con la pérdida del registro no sólo demuestra la sumisión total del Instituto. Pone de manifiesto algo más preocupante; la inexistencia de un árbitro electoral imparcial.

Armando Enríquez Vázquez

Una de las más grandes novelas mexicanas del siglo pasado; Dos crímenes  de Jorge Ibargüengoitia, inicia con una sencilla frase: Esta historia inicia una noche como muchas otras en que se violó la Constitución. En México desde hace muchas décadas sabemos que la Ley es letra muerta. Lo que no deja jamás de sorprender es el cinismo de autoridades y funcionarios.
La decisión del Instituto Nacional Electoral de no sancionar al Partido Verde con la pérdida del registro no sólo demuestra la sumisión total del Instituto y la mayoría de sus consejeros al PRI y a su engendro el Partido Verde. Pone de manifiesto algo más preocupante; la inexistencia de un árbitro electoral imparcial.
Los argumentos utilizados por los consejeros para defender la ilegalidad no sólo fueron una serie de galimatías e insultos a la inteligencia de los mexicanos, si no que demuestran ser ofensivos hasta para ellos mismos, pues ponen en evidencia la falta de capacidad intelectual para argumentar, su pobreza de en lenguaje y su propia estulticia. Los mejores ejemplos estuvieron a cargo de las consejeras Adriana Favela y Beatriz Galindo, la primera con su argumento acerca de la gravedad de lo grave y cito de manera textual:
"No se llega a la cuestión de gravedad en estas conductas porque si bien muchas de estas irregularidades fueron catalogadas como de gravedad ordinaria y hasta especial, lo cierto es que no por esta circunstancia vamos a llegar a la conclusión de que hay una gravedad a la que se refiere el Artículo 94 de la ley de partidos"
A estas palabras solo faltaron algunos Joven para poder formar parte de cualquier película de Cantinflas. Pero la competencia en materia de estulticia, eufemismo de algo que no voy a escribir en esta nota, encontró eco en voz de la consejera Beatriz Galindo al hablar sobre la equidad:
Yo llegaría a la conclusión de que la equidad no se violó, si bien sí se violó según el Tribunal.
Ciro Murayama otro de los consejeros incondicionales del PRI y un hombre con un complejo de protagonismo que lo lleva a dar más entrevistas en los medios que el mismo Consejero Presidente del INE, en una entrevista radiofónica tuvo el descaro de anteponer los derechos humanos al referirse a la decisión del INE, justificando que quitar el registro a un partido es igual de violatorio de esos derechos como lo es clausurar un medio o callar la voz de un periodista, como si esto fuera algo ajeno al gobierno de Enrique Peña Nieto, que ha acallado voces críticas como la Pedro Ferriz de Con o de Carmen Aristegui y tiene orgullosamente un sexenio donde los periodistas han sido asesinados como en ningún otro. Un sexenio encargado de poner a los medios a modo otorgándoles equipos de futbol, cadenas de televisión o cargos en el gabinete como la Procuraduría General de la Nación. Para que entonces sus dueños si le aplaudan.
El hecho que más de ciento cuarenta mil personas hayamos firmado una petición para que se quitara el registro al Partido Verde, no era la razón para quitarle el registro al instituto político, como quisieron hacer ver los diferentes consejeros que votaron en contra de la sanción, empezando por el Consejero Presidente Lorenzo Cordova. La única razón real es la violación  de las leyes de manera sistemática y sin respeto a la autoridad, claro ahora nadie puede sentir respeto alguno por el INE, como tampoco podemos permitirle a dicho instituto el que hable pidiendo respeto a la legalidad, dado que son ellos los primeros en permitir la violación de las leyes. Y mucho menos deberíamos permitir que se erija en juez de los siguientes procesos electorales en nuestro país.
Hay que reconocer las voces de los cuatro consejeros que votaron a favor de quitar el registro al Partido Verde; Pamela San Martín, José Roberto Ruiz Saldaña, Javier Santiago Castillo y Arturo Sánchez Gutiérrez. Fueron ellos los que supieron que el trasfondo no era una firma de ciudadanos, si no la vigencia de la Ley; de nuestra Constitución, misma que estuvo en juego y que al parecer de los otros siete consejeros carece de valor alguno.
Los mexicanos deberíamos de estar de luto; Nuestra democracia está secuestrada por los partidos políticos y la casa de seguridad donde esta retenida se encuentra en  Viaducto Tlalpan 100, regenteada por arrogantes mercenarios que se hacen llamar consejeros.
Es necesario exigir no ya la pena al Verde, si no la desaparición del INE actual y de sus consejeros, porque una vez que Lorenzo Córdova se ha arrodillado frente al poder del partido en el poder los mexicanos no podemos esperar absolutamente nada él. Un funcionario mediocre y sin carácter, mucho menos podemos esperar de personas como Ciro Murayama, Beatriz Galindo, Adriana Favela, Marco Antonio Baños, Benito Nacif y Enrique Andrade, quienes de democracia saben muy poco y de leyes mucho menos.

publicado en blureport.com.mx el 12 de agosto de 2015
imagen: en.wikipedia. org

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