viernes, 26 de agosto de 2016

10/8, deporte y malinchismo nacional




Hoy que tanto hablamos mal del programa deportivo en México, deberíamos poner bajo la lupa de manera muy severa a las federaciones, pero en especial a la FEMEXFUT.

Armando Enríquez Vázquez

Hoy que el rotundo fracaso del deporte nacional es tema en todos los cafés, oficinas, redacciones y al interior de las mismas instituciones como el Comité Olímpico Mexicano o la Comisión Nacional del Deporte debemos cuestionarnos tanto nuestra actitud, como nuestra pasividad a lo largo de los años frente al deporte nacional y como esto se refleja en otros ámbitos de la vida nacional y de la forma en que nos comportamos los mexicanos.
Es cierto que la intervención de un hombre tan nefasto, prepotente, corrupto y protegido por Peña Nieto, como lo es Alfredo Castillo en el deporte nacional ha sido una verdadera desgracia, también es cierto que sus predecesores no hicieron tampoco diferencia alguna en la formación de un sistema nacional deportivo que demuestre un crecimiento en ese ámbito. Desgraciadamente parece que desde siempre, el deporte se reduce a un programa pantalla, qué, como otros proyectos culturales y científicos en los se puede llegar a desarrollar valores, así como una cultura del esfuerzo y del triunfo, los diferentes gobiernos federales tanto del PRI como del PAN, como en su esfera de acción los gobiernos estatales y locales, solo han visto otro espacio para poner burócratas corruptos, que poca o nula idea tienen acerca del ámbito que en teoría dirigen.
A lo largo de décadas es enorme el número de entrenadores y deportistas verdaderos que la CONADE y los organismos estatales han preferido ignorar, dejar que mueran de hambre en su vejez después de que en su momento triunfal se les elogió y fueron glorias nacionales. Cabe dejar claro que muchas veces ni siquiera es un problema de mala fe o de revanchismo burocrático, en algunos otro sí, simplemente se trata de la ignorancia de un administrador político qué, como sucede con Alfredo Castillo, desconocen el mundo deportivo, nada saben de deporte amateur y mucho menos de cómo el deporte es una disciplina que exige tiempo, entrenamientos y competencias nacionales e internacionales. Para un deportista amateur los apoyos del estado son ese salario que los puede mantener concentrados en su trabajo que es deporte y nada tiene que con el jogging que haga el comisionado o cualquier otro burócrata cuando se ejercita. En las últimas décadas, la mayoría de los atletas sobresalientes de nuestro país, lo han sido a pesar de la CONADE, del COM y en muchos casos de las federaciones.
Pero más allá de los nulos resultados del gobierno en materia de deportiva, lo cierto es que no existe un programa tampoco en las universidades públicas y privadas por promover el deporte, por apoyar a deportistas con becas sustanciosas. Algunas universidades privadas han becado a deportistas después de sus triunfos y sólo porque les funcionan como publicidad. La única que tiene un programa en este sentido, modesto, pero programa al final de cuentas es el Tecnológico de Monterrey, pero esta imitado a las instalaciones de cada campus. Peor aún si uno recuerda o asiste actualmente a una clase de educación física en los sistemas de educación básica; no existen campos adecuados para que los alumnos desarrollen actividades deportivas de manera que se despierte su curiosidad y amor por diferentes disciplinas. La clase llama educación cívica es una burla para la misma salud de los estudiantes.
Las escuelas en México en los lugares donde abunda el agua o en las zonas de playa, carecen de programas de natación. No se aprovechan los gustos de los habitantes de las diferentes regiones del país por el béisbol o por el basquetbol. No hay un programa que invite a los niños a interesarse por el atletismo, la lucha libre, el voleibol, el tenis de mesa, la gimnasia, nada. En nuestro país no existe esa cultura que existe en muchos países que sí ganan medallas, y entonces ¿de que nos defraudamos cuando cada dos años en mundiales y juegos olímpicos las enormes delegaciones llenas de funcionarios y federativos llegan a hacer el ridículo invariablemente? ¿Acaso creemos que de chiripazo, como quien pasa de panzazo un examen sin haber estudiado, o por el compadrazgo que da muchos empleos entre políticos vamos a ganar medallas de oro? No. Sin una cultura del esfuerzo y sin disciplina es imposible que eso suceda.
Pero lo que es peor aún, hoy que tanto hablamos mal del programa deportivo en México, deberíamos poner bajo la lupa de manera severa a las federaciones, pero en especial a la Federación Mexicana de Futbol y no porque el mayor fracaso en los deportes sea el fútbol, no porque sea un organismo de los más corruptos dentro del deporte. No. Tendríamos que ponerlo bajo la lupa porque desprecia el talento y formación de valores nacionales.
No quiero sonar xenófobo, pero la realidad que tratan de imponer Televisa, TV Azteca y sus empleados en la FEMEXFUT quienes han decretado este año que los mexicanos valen menos que cualquier extranjero al momento de pararse en una cancha de futbol es indignante, y sin embargo es algo que en general se está haciendo en el país. Empresas que contratan a extranjeros antes que a nacionales y un gobierno federal que ha privilegiado a muchas empresas extranjeras sin experiencia, sobre las nacionales que han construido la infraestructura del país por décadas, el caso de OHL e ICA por poner un ejemplo.
Y como decía no quiero sonar xenófobo, muchos de mis grandes amigos han sido hijos, nietos o parte de exilios diferentes. Gente que se labró un destino en México y muchos de los cuales se reconocen como mexicanos. Esos exilios han alimentado, han enriquecido nuestra cultura y han cimentado mucha de la diversidad que existe a lo largo y ancho de México, pero la gran mayoría de los migrantes en décadas pasadas llegó a trabaja r en los espacios que los mexicanos rechazaban o despreciaban, no llegaron como sucede hoy a exigir puestos que tal vez ni en sus países hubieran conseguido.  
Todos los países dan trabajo primero a los nacionales, está en sus leyes nacionales. Entre un nacional o un extranjero con las mismas capacidades, la ley obliga al empleador a contratar al nacional.
En México nuestra constitución también lo contempla así y no por eso hemos dejado de ser un país con los brazos abiertos a recibir a otros seres humanos en situaciones que los han obligado a dejar su país. Argentinos, colombianos, brasileños y venezolanos que han llegado a nuestro país en los últimos años no han tenido los problemas que tuvieron judíos, libaneses, españoles, argentinos en las décadas de años 70, para forjarse un futuro a fuerza de trabajo en este país. No, a esta nueva oleada de migrantes diferentes empresas malinchistas les abren las puertas sin mayor problema sobre cualquier mexicano y la recién aprobada regla del futbol mexicano donde se puede jugar con 2 de 11 jugadores de origen nacional es claramente una violación total de nuestra constitución. En un país donde más del 80% de los jóvenes patean balones resulta imposible que no existan los suficientes para alimentar 18 clubes de primera división, se trata de una marrullería para seguir fomentando el conformismo, la indolencia y que las cosas en todos los sentidos sigan igual. Para alimentar la corrupcion existente al interior de la FEMEXFUT.
A los diputados y senadores, empezando por los del PRI, cuyo presidente nacional mintió al poder legislativo hace unos años, cuando quiso ser consejero del entonces IFE acerca de su militancia partidaria y hoy se da golpes de pecho, ya se les queman las habas por atacar y poner en el estrado a Alfredo Castillo, quien debería ser investigado por la Secretaria de la Función Pública y por la PGR, pero no les veo las mismas ganas por poner sobre la mesa temas tan fundamentales como la manera anticonstitucional con la que funciona el futbol mexicano, donde los futbolistas son tratados peor que esclavos y no tienen derechos laborales para formar un sindicato. No ahí los bravos senadores y los habladores diputados no tienen voz, ni voto porque son incapaces de trabajar en contra de poderes facticos como Televisa o TVAzteca.
En los próximos días veremos la destitución de Castillo, a lo mejor ya no le den el hueso que dicen esperaba encontrar al final de los juegos de Río. Pero en materia de deporte, de crecimiento y de apoyo a crear un plan nacional de promoción del deporte, no sucederá pronto, no en este sexenio, para el que está claro que es importante tener obreros, no mexicanos competitivos.
Hablar del orgullo y el honor nacional son sólo palabrería de políticos corrupto. Crecer, ser competitivo, tener una cultura del esfuerzo, que nuestros niños y jóvenes aprendan que para crecer muchas veces es indispensable fallar, pero nunca dejar de intentarlo es algo que al parecer no le conviene a nadie fomentar.

publicado en blureport.com.mx el 19 de agosto de 2016

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