sábado, 20 de agosto de 2016

Porque la ciencia y la tecnología importan.



En México no se promueve la investigación, ni la invención. En México, no se promueve la confianza del alumno en sí mismo, como tampoco se despierta su curiosidad. 

Armando Enríquez Vázquez

La vulgar realidad de la política y los políticos mediocres y ramplones de nuestro país nos impide centrarnos en temas que realmente impulsen el desarrollo de nuestro país, mientras los escándalos de la familia Peña Nieto con inmobiliarias surgen cada vez que el presidente se da golpes de pecho de honestidad. En México la educación no avanza, un diputado federal del PRI de nombre Jericó Abramo Masso, denunció en octubre del año pasado la gran deserción escolar que existe en México, mientras el secretario Aurelio Nuño estaba en sus necedades administrativas y ni por la cabeza le pasaba la idea de hablar acerca de un nuevo modelo educativo. Abramo Masso marcó una deserción escolar del 50%. Y al parecer después la cámara olvidó el tema.
La deserción que inicia desde primaria, tiene como factor muy importante la incorporación de los niños a la vida de trabajo y que forma de esta manera un circulo de pobreza que no se rompe como lo constatamos a diario en las imágenes y noticias sobre el crecimiento de pobreza en nuestro país, se agudiza en los siguientes siglos y aquí una de las razones, que nadie quiere aceptar, es que el sistema educativo dejo de ser atractivo. Los alumnos no encuentran porque asistir a una escuela que poco o nada ha cambiado en México desde el siglo XIX. Lo peor es que en sector de los jóvenes de 19 a 25 años el número de ninis sigue al alza. 7 millones de jóvenes de acuerdo con el secretario de salud, José Narro y más del 5% de la población del país.
Los datos que la OCDE maneja sobre la educación en nuestro país no son alentadores. Pero más allá de la importancia de crear un modelo educativo incluyente, atractivo, donde los alumnos participen y de la calidad suficiente para promover la curiosidad y la acción del alumno, necesitamos empezar a promover la formación de científicos y creadores en México. Necesitamos enseñar a los niños y jóvenes que su individualidad es lo que los hará diferenciarse de los demás y es su fortaleza.
Las campañas de promoción de pequeñas empresas y empresarios, no tiene sentido si la mayoría de esas empresas son franquicias o réplicas de las mismas. En México no se promueve la investigación, ni la invención. En México, no se promueve la confianza del alumno en sí mismo, como tampoco se promueve la cultura que hace del fracaso una oportunidad de crecimiento.
Muchas naciones y fortunas se han forjado a partir del esfuerzo, del caer y volver a levantarse de seres humanos que no ven en el fracaso una condicionante de vida, si no como una etapa más.
Las cifras son claras. Durante 2014 se solicitaron, de acuerdo con la Organización Mundial de la propiedad Intelectual (WIPO), más de 2 millones seiscientas mil patentes en el mundo, de las cuales más de 900,000 solicitó China, seguida por Estados Unidos con cerca de 578,000 y el tercer sitio fue para Japón con más de 325, 000. China presentó en un año, de 2013 al 2014, un crecimiento de 12.5 en el número de patentes solicitadas. México se encuentra en el lugar número 36 de la lista con 16,135 patentes solicitadas, el problema es que más del 90% de esas patentes fueron otorgadas a personas que no originarias de nuestro país y tienen altas posibilidades de volver a su país con todo y sus patentes.
¿Por qué importa el número de patentes que se obtienen en un país? Sencillamente porque son una importante entrada de divisas. Una patente genera el bienestar de aquel a quien se le otorga y por extensión de su país pues todo aquel que requiera utilizar el producto o procedimiento patentado está obligado a pagar por él.
La forma de lograr patentes está directamente relacionada con la calidad de la investigación que se desarrolle en el país, ya sea de manera privada o pública. En México, la mayor parte de los institutos de investigación dependen del presupuesto federal y/o del presupuesto que se asigna a las entidades que pertenecen, ya sean Secretarias de Estado o instituciones públicas. A veces empresas privadas financian investigaciones científicas muy específicas lo que provee a los institutos de fondos, pero en ocasiones la patente pertenece a la empresa que pagó la investigación.
Hoy que nuestras reservas petroleras van a la baja y que la tecnología mundial apunta a un menor uso de energías petrolíferas, el gobierno debería estar preocupado en desarrollar tecnología y ciencia que atraiga y capte dinero para los mexicanos. Las políticas económicas de muchos países europeos, España, por ejemplo, es el apoyar y promover la investigación científica y tecnológica con el simple fin de obtener patentes.
La investigación y los derechos acerca de la propiedad de la misma nunca se inculcan en los niños y jóvenes mexicanos. Incluso el presupuesto asignado al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) fue recortado a lo largo de este año y desde la presentación del presupuesto anual en 2015, lo queda clara la poca importancia que el gobierno de Enrique Peña Nieto da a este campo.
El problema es que la educación en México sigue basándose en el modelo colonial con la que la educación pública se inventó en Inglaterra hace a mediados del siglo XVIII. Para el gobierno y para los sindicatos la educación es un coto de poder donde se forman los futuros obreros de la maquila y de las empresas de gran tamaño.
Nadie se preocupa por hacer que los niños se sientan atraídos por formas de vida que los hagan autónomos y proactivos y no porque los primeros obreros de la nación son toda esa masa de profesores que viven en la forma en que su líder sindical les indica y que deberían ser los primeros en ser curiosos y proactivos.
Claro que la escolaridad es preocupante, por ejemplo, regresando al inicio de este texto el boletín de la cámara de diputados que consigna la intervención del legislador priísta lo llama Yerico Abramo Masso (PRI), y a nadie ni al mismo legislador parece importarle o nadie al interior de la cámara leyó el boletín de prensa, por eso nuestros legisladores están como están.

publicado en blureport.com .mx el 17 de agosto de 2016

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