lunes, 20 de enero de 2020

Cuarenta Elefantas más de cien años de robar los almacenes londinenses.




En el mundo de las pandillas femeninas tal vez ninguna tan exitosa y desconocida como la de las Cuarenta Elefantas.

Armando Enríquez Vázquez

Una de las organizaciones criminales menos conocidas, pero no por eso menos exitosas que ha existido fue una banda de mujeres inglesas que a lo largo de casi ciento cincuenta años operó en Londres, robando ropa, joyería y lo que podían de las tiendas de lujo de Londres. A esta pandilla se le conoce con los nombres de Cuarenta Elefantas o Cuarenta Ladronas. Operaban en un principio en una zona de la capital inglesa llamada Elephant & Castle y de ahí el sobrenombre. Además, estaban asociadas con el grupo criminal masculino que operaba en el mismo sitio.
Aunque el primer registro en los periódicos londinenses que se tiene del grupo criminal data de 1873, la policía de la capital inglesa cree que ya operaban desde finales del siglo XVIII. A partir de trozos de correspondencia, de fotografías se ha podido establecer su existencia anterior a 1873.
El grupo se caracterizó por siempre estar constituido exclusivamente por mujeres, los hombres de la banda eran sólo ayudantes que se utilizaban para mover la mercancía robada. Eran sumamente eficientes y además, lo necesariamente cruel y despiadadas, la banda era temida. Las Cuarenta Elefantas se destacaban por fiestas y parrandas que organizaban en tabernas y restaurantes de lujo de Londres, emulando a las estrellas de cine y a los aristócratas de esos años conforme lo retrata el biógrafo del grupo criminal Brian McDonald.
Las mujeres pertenecientes a la banda eran especialistas en robar de manera muy rápida y siempre en grupo, escondiendo lo robado en su vestimenta que había sido hecha para permitirles esconder el botín en diferentes capas y escondrijos que tenían en los forros de las ropas con las que entraban en lo almacenes. Algunas de estas prendas tenían una doble manga de manera que la ladrona metía un brazo ficticio en una de ellas que pretendía ser su brazo, mientras que la mano real se encarga de embolsar en el forro los bienes que se robaban. Llegaban a los almacenes en pequeños y ruidosos grupos que aparentaban ser amigas en plena conversación extrovertida con gritos y alboroto, mientras platicaban y se probaban ropa y sombreros que dejaban a la buena de Dios, se encargaban de robarse lo que les interesaba. Un policía las describió como una plaga de langostas, al bajarse de un taxi o de una limousine eran capaces de vaciar un almacén en menos de una hora.
Alice Diamond, la lideresa de la banda en los años entre las guerras mundiales en el siglo XX, era tan hábil que se cuenta que en una ocasión se deshizo a de una joya mientras era cuestionada por policías dejando caer la prenda del hurto en la bolsa de uno de los policías. Ella explicó también otro origen del nombre de la banda; las Cuarenta Elefantas era un sobrenombre nacido de la manera en que salían de los almacenes pareciendo mujeres obesas y con un caminar pausado y bamboleante. Alice nació en 1896 y su nombre verdadero era Alice Elizabeth Black. A los 17 fue encarcelada por primera vez, condenada a seis semanas de prisión por robarse blusas en un almacén. Alice Diamond es recordada por despiadada y sanguinaria, también se le conocía por el apodo Diamond Annie, que hacía alusión a su afición por usar anillos de diamante, a los veinte años ya era conocida como la reina de las ladronas. Además de ser una mujer extremadamente inteligente que enseñó a las Cuarenta Elefantas técnicas de defensa y el uso de elementos cotidianos como armas a usar en su favor, por ejemplo, enseñó a sus compañeras a utilizar los alfileres de los sombreros como armas mortales y más de uno que le puso resistencia resultó lesionado en la cara con los anillos de diamante que portaba Alice. Alice reconocía además el valor de las pistolas Mauser C96, una letal pistola semiautomática, y siempre llevaba consigo una debajo del abrigo.
Las elefantas ocasionalmente organizaban excursiones a otras ciudades y pueblos ingleses, también, al momento de iniciar su salida siempre abordaban el tren con baúles vacíos que regresaban llenos de mercancía robada a Londres. Otro modus operandi consistía en conseguir trabajo como sirvientas y de esta manera adentrarse en casas de personas de dinero para robarlas, seducían a hombres a los que después chantajeaban.
Entre las otras integrantes de la organización criminal a lo largo de los años se distinguen personas como Gertrude Scully, las hermanas Partridge, Florrie Holmes y Maggie Hughes una pequeña mujer, capaz de una violencia psicótica de acuerdo con algunos textos, que fue una de las personas cercanas a Alice Diamond. Dorothy “Dollie” Hill, Ada Wellman. Maggie Hill otra notoria cofrade de la banda era hermana de un notorio gangster inglés llamado Billy Hill. Maggie forjó su propia leyenda, su verdadero nombre era Maggie Hughes, llegó a ser otra de las llamadas reina de la banda, se destacó por su elegante apariencia y la eficiencia con la que llevaba a cabo sus robos. Conocida como Baby Face esta mujer tenía una estatura menor al metro cuarenta, pero no por eso era menos violenta. Fue arrestada y condenada a la cárcel por atacar a un policía y clavarle un alfiler para sobrero en el ojo. También formaba parte de la banda su hermana Dorothy Dolly Mays.
Existe un recorte de periódico en el que se lee como una mujer con el nombre de Mary Gibbs, una de las integrantes de las Cuarenta Elefantas, reconocida por la policía y que al momento de ser condenada por la justicia inglesa tenía 33 años y nueve hijos. Lo que muestra que algunas de las integrantes del grupo de gangsters llevaban una vida normal al margen de sus actividades criminales.
Entre las más famosas lideresas de la banda además de Alice Diamond, se recuerda a Mary Carr quien antecedió a Daimond como líder de la banda, fue durante el mandato de Carr que la banda cobró importancia y notoriedad entre los londinenses y Lillian Rose Kendall, quien tomó el mando de la banda cuando en 1925 Alice Diamond fue detenida y encarcelada en una gresca. Kendall tenía un modus operandi menos sutil pues le gustaba estrellar su automóvil contra los aparadores de las joyerías para entonces robar.
Alice Diamond murió en 1952. Para finales de esa década las Cuarenta Elefantas desaparecieron.


imagen; en.wikipedia.org

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