domingo, 27 de diciembre de 2015

Coca Cola un insulto a la creatividad.




Pensar que un comercial como el de Coca Cola Comunidad Mixe Totontepec podía sobrevivir en la red demuestra la incapacidad de la gente de mercadotecnia de Coca Cola de entender Internet.

Armando Enríquez Vázquez.

La airada respuesta en redes sociales por el comercial de Coca Cola Comunidad Mixe Totontepec, fue suficiente para mostrar que muchos de los consumidores mexicanos con poder adquisitivo, no se tragan las historias maniqueas que surgen de la cabeza de un supuesto creativo y son aprobadas por una empresa como la refresquera que lejos de mostrar sensibilidad a temas sociales de importancia, únicamente se preocupa por recrear de manera, en teoría, estética como un grupo de niños bien del país intenta de forma paternalista e insultante mostrar una falsa y superficial responsabilidad social. Triste y pobre acercamiento de un producto a la sociedad en esta época.
Queda claro y de manera tajante que hacer publicidad y promocionar productos, bienes y servicios tiene hoy dos direcciones. La ventaja tan cacareada por marketeros trasnochados, que creen y utilizan como arma de venta ante el cliente el argumento, creyendo que la comunicación en ambos sentidos significa que el cliente va escuchar siempre lo que quiere y que la publicidad sigue manteniendo los elementos del monologo tradicional.
Internet antes, mucho antes que ser un enorme y ubicuo billboard, es el espacio donde las personas buscan entretenimiento y comunicación. De manera consciente o inconsciente todos los seres humanos que utilizan Internet fomentan la democracia, la libertad de ideas, la tolerancia, la inclusión. Pensar que un comercial como el de Coca Cola Comunidad Mixe Totontepec podía sobrevivir en la red demuestra la incapacidad de la gente de mercadotecnia de Coca Cola de entender Internet y mucho más grave su incapacidad de leer la realidad social en la que viven.
La mayoría de los usuarios de Internet repudian, rechazan y no admiten la publicidad a menos de que esta implique aguantarla para obtener un servicio de manera gratuita. La torpeza de la gente de Coca Cola al aprobar y producir este comercial demuestra hasta qué punto la sordera y soberbia de algunas empresas pueden, hoy más que nunca representarle un perjuicio a su imagen.
Coca Cola desde hace décadas ha estado en la mira de muchos grupos y asociaciones de todo tipo. Ha sido llamada Caca Cola. Recuerdo una T-Shirt que circulaba a finales de setenta, principios de los ochenta, que al frente con la tipografía de la refresquera y simulando el logo de la misma decía: Coma Caca. Otros la han llamado las aguas negras del imperialismo, y en los últimos años ha sido centro de un debate nacional por la clara contribución de Coca Cola y las demás refresqueras a agudizar un problema de salud pública como lo es la Diabetes por la cantidad de azúcar utilizada en sus bebidas, debate frente al cual la marca ha demostrado una clara insensibilidad y falta de valor social ante la importancia del tema. Lo que queda claro en su absurda campaña navideña.
La respuesta por parte de un grupo de jóvenes mixes que realizaron su propia versión del comercial, denotando las verdaderas tradiciones y características de los Mixes empezando por el uso de su lengua debe de bastar para que los ocurrentes publicistas de la empresa se sientan unos verdaderos imbéciles. Las implicaciones que tiene el consumo del refresco con el aumento de diabetes en la comunidad, sólo muestra la falta de investigación de los publicistas de la marca. Aunque la respuesta pueda a su vez ser maniquea e ideológica, esta surge de la molestia de un sector de la sociedad que parece mucho mayor de lo que la empresa refresquera podría haber esperado y calculado, ante la eterna actitud prepotente de la marca.
Más allá del problema de la percepción de los usuarios de Internet sobre el video, lo que habría que considerar desde este lado de la ecuación es la falta de creatividad, de visión del futuro, de consciencia social, el abuso de paternalismo idiota, así como la carencia de propuestas por parte de los creativos de la agencia que haya diseñado el video.
Es muy difícil no sentir todo lo anterior cuando el comercial se basa en un casting tan clasista, cuando la personalidad de los modelos es tan repelente al mensaje que se intenta dar, pero ante todo con ese intento de árbol navideño tan pinchurriento, que parece fabricado con deshechos, que se ve como una limosna de sobras de maderos pintados de verde y tapa roscas de los refrescos. Ni siquiera se hizo un intento por conocer y recuperar las tradiciones de la comunidad, de sus creencias y condiciones. Por ser creativos y consecuentes con la comunidad a visitar.
Mal, muy mal por Coca Cola que además en sus comunicados de prensa trata de sonar como una víctima sorprendida por el mal recibimiento de su pobre y patética idea, culpando a sus acusadores de no valorar su esfuerzo y no entender la idea de sus creativos.
Existe el argumento que la mala publicidad es también una buena publicidad, pero parece que este no es el caso y no hay manera de justificar lo que sucedió. La luz roja debe ser interpretada como una larga brecha entre la marca y los jóvenes consumidores y debe poner a la gente de mercadotecnia y publicidad de la marca a pensar y replantear estrategias.

La verdad es que mucha gente no hizo su tarea al interior de la empresa y el resultado esta ahí. Un tiro por la culata y más argumentos en contra Coca Cola y lo que representa para muchos. 

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