viernes, 25 de diciembre de 2015

Una perturbada mirada de una perturbada sociedad.



Entre las series estrenadas en el verano ninguna tan perturbadora, tan desconcertante, tan brillante como Mr. Robot.


Armando Enríquez Vázquez

Entre las series estrenadas en el verano ninguna tan perturbadora, tan desconcertante, tan brillante como Mr. Robot. La serie estrenada el 24 de junio y que consta de 10 capítulos en la primera temporada. Mr. Robot es una de las mejores maneras de hacer ciencia ficción sin trasladarnos a personajes que viven un tiempo probable en el futuro, porque no habla de diversos timelines y ante todo porque no está poblada por habitantes de otras regiones del espacio. Mr. Robot es la visión de un hombre contemporáneo con problemas mentales en esa sociedad enferma que es la nuestra. La serie utiliza temas tan actuales que en los últimos capítulos de la temporada se hace mención al hackeo reciente a la firma de citas Ashley Madison. Mr. Robot es una serie excepcional, sin duda la más llamativa, inteligente e interesante en lo que va del año.
Como dato importante hay resaltar que gracias a pruebas que la cadena hizo en Internet poniendo algunos capítulos en VOD (Video On Demand) a partir del 27 de mayo, la cadena USA  firmó la producción de la segunda temporada antes de poner al aire la primera temporada. Lo que una vez más demuestra como la distribución de contenidos comienza a privilegiar a Internet sobre la televisión abierta o de paga porque las audiencias jóvenes ya no están frente a la paralitica pantalla de televisión.
Uno de los primeros carteles de la serie mostraba al personaje principal de la serie Elliot Alderson y la frase a todo lo ancho y largo del cartel: Nuestra Democracia ha sido hackeada.
Elliot es un hacker brillante, de personalidad introvertida, misántropo o tal vez inadaptado pero ante todo esquizofrénico y paranoico que está seguro de la existencia de una conspiración gestada por el uno por ciento que está por encima de ese uno por ciento de poderosos que tanto se denunció durante los días de Occupy Wall Street. Elliot  Alderson es un hombre solo, completamente solo, como la gran mayoría de los demás personajes de la serie y una gran cantidad de hombres y mujeres en la sociedad actual. Y es con la visión de Elliot, interpretado por Rami Malek, quien literalmente ve hombres de negro que lo asedian, en ese mundo de paranoia y drogas, con la que la cámara y la historia se mueven y nos narran la historia. Los encuadres correctos pero exagerados en su composición, los colores opacos que rodean a una sociedad gris y los asépticamente mediocres de las oficinas que marcan la falta de personalidad de hombres y mujeres. Elliot es un personaje complejo, al que hay que sumar su amor enfermamente platónico por su psiquiatra, la extraña relación con su dealer y la existencia de una única amiga de la infancia Angela  Moss y compañera de trabajo en la firma Allsafe, una empresa dedicada a la seguridad cibernética y uno de cuyo cliente principal es un poderoso corporativo al que Elliot llama Evil Corp. Pero cuyo verdadero nombre es E Corp.  
Además existe un grupo de Hackers tipo Anonymus llamado  fsociety que al igual que grupo real utilizan una máscara para enviar sus mensajes. Y por supuesto esta Mr. Robot; un hacker y hacktivista que comanda un grupo clandestino que quiere acabar con el sistema ecnomico mundial, irrumpiendo y controlando el sistema de computadoras de E Corp. Mr. Robot tiene como un objetivo principal reclutar a Elliot para llevar a cabo sus planes, dad su cercanía con los sistemas de computadoras de E Corp. Esta, además, Tyrrell Wellick un joven y ambicioso ejecutivo de E Corp que también está consciente del talento de Elliot. Hay grupo de hackers chino más poderoso que fsociety y con una agenda diferente. Esta la mujer de Tyrrell una bellísima mujer con una obsesión enferma por el poder. El grupo de hackers comandados por Mr. Robot y las tribulaciones de Angela por recuperar el paraíso perdido del que E Corp. la expulsó al causar la muerte de su madre y la deuda económica que oprime a su padre. 
Los ingredientes de una trama desquiciada, personaje marginales y únicos combinados con unas buenas actuaciones, y una propuesta de cámara y visual acorde la trama y a la visión más que distorsionada de Elliot, quien desde el inicio de la serie hará confesiones a su amigo invisible, el espectador, a manera de apartes teatrales, Sin la conciencia de hablarle directamente a una audiencia como en el caso de Frank Underwood de House of Cards, Elliot duda de la existencia de su cordura y de ese amigo invisible al que se dirige.
Mr. Robot es creación de un escritor, guionista y director de cine llamado Sam Esmail, apenas el año pasado hizo su debut como director de cine al estrenar su opera prima llamada Comet. Mr. Robot inició como un guion para cine que comenzó a  alargarse de tal manera que de acuerdo con Esmail, será en la segunda temporada cuando inicie la verdadera trama de la serie, porque hasta el momento hemos visto el preludio de la misma. Si así es la introducción tengo muchas ganas de ver qué sucede en el desarrollo de la misma.
El único actor de renombre que aparece en la serie es Christian Slater quien interpreta a Mr. Robot. El último capítulo de la primera temporada se transmitió el pasado 2 de Septiembre y en el sitio de Internet de la cadena USA, en el portal de la serie se pusieron a disposición de las audiencias máscaras de Fsociety y se promovió un foro de chat con los protagonistas de la serie para comentar mientras el capítulo corría, un paquete de fiesta para ver el final de temporada y  hasta protectores de pantalla para hacer saber a los demás que estaba uno viendo el episodio final de la temporada y no quería ser molestado.

Mr. Robot ha pasado abajo del radar muchos pero sin embargo es una serie que vale la pena ver, sabiendo que no es el clásico melodrama, ni la historia sencilla de un hacker contra el mundo perverso, los elementos de la misión personal, la visión de justicia está siempre fragmentada y sesgada por la mente inestable de Elliot.

publicado en roastbrief el 14 de septiembre de 2015

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