jueves, 27 de diciembre de 2012

Historias del dinero: William Randolph Hearst


Muchos creen que un medio de comunicación es ante todo un brazo político para su dueño; la mayoría de las veces  así es, de lo cual tenemos muchos ejemplos en nuestro país. Sin embargo, también éstos son origen de enormes fortunas que se prolongan a lo largo de la historia. Una de las más conocidas tiene su origen en el norte de California, donde George Hearst había construido un gran capital a mediados del siglo XIX a partir de la minería. En 1863 nace su único hijo; William Randolph Hearst, quién habría de construir la cadena de periódicos más grande de los Estados Unidos en su momento, así como una de las empresas mediáticas más importantes de aquel país, actualmente vigente.
George Hearst había adquirido en 1880 el periódico San Francisco Examiner. William fue expulsado de Harvard. Así que el joven junior, buscando alguna forma de ocuparse, tomó en 1887 la dirección del diario y lo equipó con la mejor maquinaria de la época así como con renombradas plumas para las páginas, entre las cuales destacan Ambrose Bierce, el escritor que vino a morir a México años después en la Revolución Mexicana; Mark Twain y Jack London entre otros importantes escritores y periodistas de la época.
En 1895 William Randolph Hearst compró el segundo periódico de su futuro imperio: El New York Morning Journal, proponiéndose desde su inicio entrar en competencia directa con el exitoso New York World del famoso Joseph Pulitzer. La estrategia de Hearst para ganarle a Pulitzer se basó en apoyar lo que hoy conocemos como amarillismo, es decir, titulares llamativos sobre crímenes y notas pseudo científicas, además de promover notas y entrevistas falsas, a eso hay que sumarle que Hearst redujo el precio de su periódico con el que pronto se convirtió en el de mayor circulación en la urbe de hierro: “No tengas miedo de cometer un error en tu artículo, puede que a tus lectores le guste”, decía el magnate.
La cobertura de los motines en La Habana en 1897, por parte de los periódicos de Hearst, es para algunos la causa de la subsecuente guerra entre los Estados Unidos y España por la liberación de la isla de la corona española. Se dice que Hearst mandó un telegrama al dibujante que tenía en la capital de la isla diciendo. “Mándame los dibujos, yo proveeré la historia”. Tras la guerra Hearst adquirió cierta importancia en la política de los Estados Unidos y fue congresista demócrata por Nueva York de 1902 a 1907, en dos ocasiones buscó la alcaldía de Nueva York y en una se postuló a la gubernatura del estado del mismo nombre, en las tres ocasiones fue derrotado por los republicanos.
Hearst incrementó sus inversiones abriendo nuevos periódicos en Nueva York y las principales ciudades de la Unión Americana, además su padre, que también había hecho una carrera política y era senador de los Estados Unidos, adquirió una gran cantidad de tierras en Chihuahua –con la venia de Porfirio Díaz y tras la captura de Gerónimo–, a precios irrisorios. Se cuenta que alguna vez William Randolph escribió a su madre lo siguiente: “No sé que nos impide comprar todo este país  (refiriéndose a México) y dirigirlo como queramos”. Sin embargo, la Revolución Mexicana le quitó sus propiedades en el país y desde entonces Hearst se dedicó cada vez que pudo a publicar artículos en contra de los mexicanos y exacerbar el racismo en nuestra contra.
Hearst también dijo alguna vez: “El mejor regalo es el dinero y una sola talla satisface a todos”. Más allá del poder, la corrupción y el amarillismo el magnate tenía también la visión para saber ofrecer diferentes productos a su público, creía en la promoción de sus productos y fue promotor de muchos caricaturistas considerados hoy como clásicos, a pesar de que no había mucha demanda por su trabajo ni por parte de los lectores, ni de los editores. Hearst es responsable de la creación de revistas icónicas de la industria editorial como Cosmopolitan, Harper’s Bazaar y Esquire.
Hearst se casó en 1903 con Millicent Verónica Willson con quien tuvo cinco hijos, sin embargo, en 1919 la actriz de cine Marion Davies se volvió su amante y Hearst se mudó a vivir con ella a California. En 1941, el Orson Welles estrenó el clásico filme “El ciudadano Kane” basada libremente en la vida de Hearst, aunque en la película existen anécdotas de otros millonarios como Howard Hughes. Hearst hizo todo lo posible por impedir que la película se estrenara, pero falló. Lo que sí logró fue que los cines que la exhibieran fueran pocos, dañando así la taquilla y la carrera de Welles. Entre las cosas ciertas de las que se habla en la película está la importación piedra por piedra de un castillo medieval a California para acondicionarlo como vivienda para William Randolph Hearst. Hearst murió a los 88 años en 1951 en Beverly Hills. Todos sus hijos siguieron los pasos del padre y se dedicaron a los medios.
En la actualidad la Hearst Corporation tiene 15 periódicos y publica 20 revistas mensualmente y más de 300 ediciones internacionales, 29 canales de televisión y dos estaciones de radio, además de negocios en Internet, servicios, e inmobiliarias. Uno de sus nietos, William Randolph Hearst III, es el el director de la compañía.

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