lunes, 18 de marzo de 2013

Después de la reforma de telecomunicaciones


La reforma en materia de telecomunicaciones es buena, lo que sigue deberían ser modificaciones a la ley que regula la radio y la televisión.

Armando Enríquez Vázquez
 
Año con año egresan de las escuelas de ciencias de la comunicación y carreras afines miles de jóvenes que se topan con la puerta del desempleo y las pocas oportunidades que los medios ofrecen.
La reforma constitucional en materia de telecomunicaciones ha sido comparada por muchos como un New Deal mexicano. Y por muchas razones lo es, la creación de la competencia en telecomunicaciones hará crecer a muchos sectores de la sociedad mexicana. Una de las banderas de la reforma tiene que ver con los contenidos, una mayor oferta de contenidos para los televidentes y radioescuchas, por lo que los legisladores y el mismo poder ejecutivo deben contemplar como asegurar que esa competencia se mantenga a largo plazo dentro de las empresas y organismos encargados de generar esos contenidos, incluso que se convierta en una de las demandas naturales de los mexicanos, que aprendamos y sepamos ser competitivos  a diferencia de cómo hasta hoy, esperar soluciones mágicas o del estado a todos los problemas.
Un paso importante en ese sentido será, una vez aprobada la reforma, el que los legisladores volteen hacia la actual ley de radio y televisión y la modernicen. Algunos ejemplos claros de cómo asegurar competitividad y empleo a mas mexicanos están ya dados en diferentes legislaturas en la materia alrededor del mundo.
Por ejemplo, no hay industria televisiva más grande y más sana en el mundo que la canadiense. Basada en un principio que estableció la televisión americana. Ningún canal de televisión abierta o de paga puede producir sus contenidos. Uno es por la sanidad de las finanzas de cualquier canal, lo segundo y más importante, que las compañías productoras presenten todas las propuestas que quieran, Cada televisora escogerá las que considere mejores y más atractivas para su audiencia, y las empresas productoras podrán presentar diferentes programas a diferentes canales de televisión. Se evita, así la repetición ad nauseum que tienen hoy las empresas mexicanas, porque nadie puede negar que Televisa tiene cincuenta años de darnos la misma historia, y lo peor en el mismo formato y casi que con la misma gente. Por eso cada día pierde más audiencias frente a la televisión de paga, el público que importa porque es el que tiene poder adquisitivo y es al que le interesa llegar a los anunciantes. Las empresas televisoras solamente deben producir sus noticieros y deportes, todo lo demás debe ser adquirido a través de casa productoras externas. Una modificación así de sencilla provocaría una creación importante de empleos y una continua competencia por crear nuevos y más llamativos contenidos.
Otra modificación que sería importante y sobretodo detonaría el empleo en el sector, sería como en el caso de la ley canadiense obligar a las empresas cableras, sobre todo, a que por cada canal especializado extranjero que ofrezcan en su sistema, ofrezcan uno nacional con las mismas características; es decir si tienen un canal de para mujeres norteamericano, deberán tener un canal similar pero con producción nacional, en el caso de las empresas nacionales de televisión abierta esto aplica por cada serie extranjera que la televisora ponga en pantalla deberá tener una de la mismas características nacional. Por ejemplo que se pasa una serie extranjera en primetime, deberá pasarse en ese mismo canal una serie nacional también en primetime.  Estas reglas han permitido que la mayoría de los programas que se transmiten en canales como FX, Discovery Channel, Nat Geo, AXN, sean producciones canadienses.
Modificaciones a la ley que deben extenderse a las televisoras regionales y estatales, para convertirlas en estaciones productivas, atractivas y hasta parte de modelos de negocio para los estados, cosa que no sucede en la actualidad. Hacer de los sistemas regionales modelos como Canal Once lo es a nivel nacional. No tiene nada de malo ser el vocero de un gobierno, lo malo es que las demás horas de los canales gubernamentales de provincia se pierden en programas que no interesan a los habitantes de las entidades a los que supuestamente van dirigidas esas señales, cuando se podría invitar a las casas productoras locales a crear y proponer contenidos atractivos. Cuando a nivel regional existen voces que quieren y deben ser escuchadas.
Lo mismo sucede en la radio, como podemos hacer que nuestras estaciones de radio se vuelvan más que grupos de autonombrados Líderes de opinión con audiencias mínimas en una interminable perorata vacua, cuando el radio puede ser mucho más que eso y sólo basta buscar en Internet emisiones de BBC, de CBC o de PBS, para ver que el radio puede ser mucho más que ignorantes hablando de chismes de la farándula.
La reforma está aquí, al parecer no hay marcha atrás y comenzaremos a ver a nuevos jugadores en los medios. Pero después de la reforma aun quedan cosas por hacer para fortalecer ese cambio y darle muchos más beneficios a los mexicanos.

Publicado en blureport.com.mx el 15 de Marzo de 2013
Imagen: images.yourdictionary.com

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