martes, 1 de noviembre de 2016

Lydia María Child la lucha escrita contra la esclavitud.



Educada de la manera más tradicional, escribió a favor de los esclavos negros y de los indígenas de Estados Unidos, lo que le ganó el desprecio de la sociedad anglosajona.

Armando Enríquez Vázquez.

Si algo ha marcado a la sociedad norteamericana desde la fundación de ese país son el racismo y la explotación de los seres humanos diferentes a esos puritanos que fueron expulsados de Europa por sus ideas radicales.
En los primeros años de esa nación ya existían voces disidentes que clamaban por la igualdad entre los seres humanos y una de esas voces fue la de una mujer.
Lydia María Child nació en el seno de una familia puritana en Medford, Massachusetts el 11 de febrero de 1802, su padre era un exitoso panadero de la localidad, lo que le permitió enviar a su hijo Mayor a Harvard, algo a lo que Lydia no podía aspirar debido a su sexo. Por lo que fue educada en escuelas dedicadas únicamente a mujeres que las preparaban para la vida marital que exigía la iglesia. Sin embargo, la muerte de su madre cambió ese futuro de alguna manera. Lydia tenía entonces doce años y un padre que no se quería o podía ocupar de una adolescente por lo que Lydia fue enviada a vivir con su hermana mayor a los 12 años. Seis años Lydia vivió con su hermana y se preparó en una escuela de la zona para convertirse en maestra.
En 1821, Lydia se mudó con su hermano Convers, que era ya en ese momento ministro de la iglesia protestante, de regreso a Massachusetts en las cercanías de Boston. Convers era su mentor y el responsable de dar a conocer a Lydia a autores como Homero, John Milton, Sir Walter Scott, pero además Lydia tuvo la oportunidad de conocer en casa de Convers a intelectuales y escritores de la naciente nación como Ralph Waldo Emerson o la periodista y luchadora por los derechos de la mujer Margaret Fuller, con quien entabló una amistad y descubrió el gusto de ambas por la escritora suiza Anne Louise Germaine Necker, mejor conocida como Madame de Staël y que escribió novelas feministas en el siglo XVIII y principios de XIX.
En 1824 Lydia Child publicó su primera novela, la escritora contaba la historia de una mujer anglosajona y su amor por un indígena norteamericano de la nación Pequot, así como el rechazo y condena de este amor por el estricto padre racista y puritano de la joven. Hobomok, una historia en el tiempo, a pesar del escandaloso tema, o quizá por lo mismo, fue recibida por los norteamericanos de muy buena manera. Child se convirtió en una autora celebrada y en la creadora de una de las primeras novelas históricas en la Literatura de Estados Unidos. Al año siguiente Lydia publicó su segunda novela The Rebels or Boston before the Revolution, relata la historia que precedió a la rebelión de Té. Esta vez la historia no tuvo el éxito de Hobomok, lo que no desalentó a Child.
Ambas novelas están contadas por una mujer, algo inusual para la época. En 1826, Child comenzó la publicación de una revista infantil a la que llamó The Juvenile Miscellany  la cual contenía cuentos y poesía, material didáctico como biografías, pasatiempos como adivinanzas y estaba ilustrada a color. La publicación de la revista era bimestral y duró hasta 1834, años en que la intolerancia y la intransigencia anglosajona se volcaron contra Child.
En 1828, Lydia María Child se casó con un abogado, periodista y aspirante a político de nombre David Lee Child, de donde obtuvo el apellido. Su apellido de soltera era Francis. Lydia comenzó a escribir artículos de opinión para el periódico del que era editor su esposo el Massachusetts Journal y en 1829 publicó su segundo libro infantil que tenía un título que en sí mismo era una novela: The First Settlers of New-England: or, Conquest of the Pequods, Narragansets and Pokanokets: As Related by a Mother to Her Children, and Designed for the Instruction of Youth. Una vez más los puntos de vista de Child acerca de cómo la visión racista y puritana de los colonizadores europeos jugaron un papel predominante en el exterminio de las naciones indígenas de la costa este de Estados Unidos.
Su marido, que carecía del sentido del ahorro llevo a la areja a tener grandes deudas que se pagaban con las ganancias de los libros de Lydia, quien además a partir de 1829 comenzó a publicar una serie de libros dedicados a las amas de casa acerca de economía en el hogar y diferentes actividades que formaban parte esencial de lo que era el rol de la mujer acorde a la sociedad norteamericana.
Acorde con su visión sobre los pueblos indígenas de Norteamérica, era lógico que con el tiempo al ser enfrenta con las ideas antesclavistas, Lydia, simpatizara con ellas, por eso en 1933 publicoo lo que para los conocedores de la historia norteamericana es el primer tratado sobre la historia de la esclavitud en Estados Unidos, con el título de An Appeal in Favor of That Class of Americans Called Africans, (Un llamado a favor de ese tipo de norteamericanos llamado africanos.) Child hizo pública su posición a favor de la abolición de la esclavitud y culpaba a la sociedad anglosajona en general de este vergonzoso trato a otros seres humanos.
Lo que los liberales de la costa este le habían perdonado sus puntos de vista acerca de su opinión en relación a los pueblos nativos de Estados Unidos, esta vez al referirse a los negros fue severamente criticada, la venta de sus libros y de la revista infantil cayo a tal grado que Lydia se vio obligada dejar de publicarla, lo que sin duda agravó su situación económica.
Lydia María Child ya había manifestado su simpatía por la causa abolicionista y a lo largo de los siguientes años y hasta su muerte esta idea quedó clara. Child escribió obras como Oasis una colección de poemas y narraciones relacionados con la causa en contra de la esclavitud y que tenía como objetivo en mostrar que los negros eran también seres humanos. Child fue editora de diferentes textos entre ellos las memorias de una joven que durante sus primeros años había sido esclava. Pero siguió sufriendo del desprecio de la mayoría anglosajona y de una severa crisis económica que se agravó por las distintas detenciones y encarcelamiento de su marido por apoyar las causas a favor de la abolición de la esclavitud y más tarde por el fracaso de este al establecer una granja de betabeles para producir azúcar que no tuviera mano de obra esclava. Todas estas circunstancias la llevaron a dejar de escribir por unos años.
Sin embargo, en 1841, una buena oferta económica para dirigir el diario anti esclavista The National Anti-Slavery Standard la llevó a la ciudad de Nueva York. El cambio de aires y la popularidad de su columna en el diario, así como el cambio que realizó en el formato del mismo, volviéndolo más popular, la llevaron a recuperar su gloria anterior y a publicar un libro con una selección de sus columnas.
En 1849, renunció al diario y junto con su marido regresaron a Massachusetts, donde ella se dedicó de nueva cuenta a la literatura. En 1859 se vio envuelta en una discusión a través de cartas con el gobernador de Virginia, por un asunto en el que uno de los lideres a favor de la abolición de la esclavitud de nombre John Brown, quien por medio de la violencia asalto la armería del poblado de Harper’s Ferry en Virginia con el fin de conseguir armas para liberar esclavos negros. Brown fue capturado y ejecutado, pero Lydia intento salvar a un hombre por el que sentía gran admiración, aunque no concordaba con sus métodos violentos.
Lydia escribió también sobre la intolerancia de credos y uno de sus últimos escritos estaba dedicado a llamar la atención sobre las condiciones en las que vivían las naciones nativas de Norteamérica y a despertar la conciencia de los anglosajones sobre el tema de la misma manera que lo hizo con el de los esclavos negros. Sin embargo, a nadie pareció importarle el asunto.
Lydia fue una defensora de los derechos de las mujeres y de los matrimonios interraciales, lo que le ganó grandes enemistades. Lydia murió el 20 de octubre de 1880, dos años después que su esposo David Lee Child. 

publicado en mamaejecutiva.net el 24 de octubre de 2016
imagen wikipedia.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario