Uno
de los responsables de Investigaciones sobre lubricantes para cohetes
espaciales, es el responsable también, de llevar placer sin límites a millones
de seres humanos.
Armando Enríquez Vázquez.
Hay
de lubricantes a lubricantes, aunque en el fondo o para llegar a él, todo se
trate de lo mismo. Sustancias que permiten una menor fricción ya sea entre
piezas de madera, metal, plástico o entre las partes anatómicas del cuerpo
humano.
No
cabe duda que la siguiente historia tiene que ver con el más amplio espectro de
lubricantes posibles.
El
protagonista de la historia es un norteamericano de nombre Daniel X. Wray. Wray estudió química en la Universidad de
Arizona y en los años setenta trabajó en la base Edwards de la Fuerza Aérea de
los Estados Unidos. Las investigaciones de Wray, mientras trabajó para la
fuerza aérea, estuvieron relacionadas con nuevos materiales para los sistemas
de enfriamiento de los transbordadores espaciales de la NASA.
Gracias
a sus investigaciones y trabajos en la materia Wray tiene a la fecha 4 patentes
relacionadas con los sistemas y productos que ayudan a los sistemas de
enfriamiento espaciales, además de otra para un disco para memoria magnética, pero
también tiene una patente que lo ha hecho mucho más popular y rico que las
otras cinco.
En
1977, mientras Wray investigaba cerca de 300 sustancias diferentes para crear
un anticongelante para el transbordador espacial, creó un lubricante en base
agua, libre de petróleo y sin olor alguno. Cómo parte de una broma Wray le
regaló una botella de la sustancia a un compañero de trabajo, quién al cabo de
unos días regresó pidiéndole al químico más lubricante. Wray supo en ese momento que tenía un buen
producto entre manos y lo bautizó como Astroglide,
desde siempre la asociación entre el espacio y las estrellas producidas por lo
esplendoroso del amor, se han convertido en lugar común de muchos artículos
escritos acerca del lubricante personal y su origen. El lubricante descubierto
por Wray es similar a diferentes fluidos corporales y la ligera acidez de su pH
permite que sea muy bueno para combatir infecciones, impidiendo la propagación
de hongos.
En
1982, Wray, vendió los derechos para comercializar la sustancia a una empresa
que quebró en 1991. Wray recuperó los derechos de su producto y ese mismo año
fundó una empresa a la que llamó Biofilm
Incorporated.
Biofilm además de dedicarse a la fabricación y venta de Astroglide,
se dedica a producir e investigar sobre diferentes productos de salud e higiene
personal.
Publicado en the point.com.mx el 5 de noviembre de 2014
imagen: astroglide.com
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