Garo Yepremian y Roy
Gerela son dos de los pateadores más emblemáticos de la NFL y dos historias de
éxito en los años setenta del siglo pasado.
Armando Enríquez
Vázquez.
Una de las posiciones más subvaluadas en el futbol
americanos es la de pateador. No gozan de la glamorosa fama del quarterback, de
la espectacularidad de los corredores o alas abiertas, ni de la reputación de
rudos de los linebackers y otros jugadores defensivos. Pero los pateadores son
sin duda, una pieza clave de cualquier equipo de futbol americano; encargados
de los puntos extras y goles de campo son responsables de una gran cantidad de
puntos a lo largo de la temporada, muchas veces su intervención es determinante
en el resultado de un encuentro.
Por su aparente anonimato, muchas veces olvidamos quienes
eran los pateadores de muchos de los equipos importantes dentro de la historia
de la NFL. Este no es el caso de estos dos hombres que sin duda son más que
recordados por las franquicias en las que jugaron, por los aficionados y por
muchos seguidores de la NFL. Curiosamente ninguno de los dos nació en Estados
Unidos. Ambos tiene perfil de jugadores de soccer y los dos tienen más de un
anillo de Superbowl.
Garo Yepremian nació el 2 de junio de 1944 en Chipre, hijo
de padres armenios tuvo una infancia muy difícil, de acuerdo con lo que él
cuenta eran tan pobres que en invierno el calor en la casa se mantenía con una
fogata hecha a base de huesos de aceituna. Mientras que Roy Gerela nació en la
localidad de Sarrail en la Provincia de Albert en Canadá, el 2 de abril de
1948. Al buscar Serrail en Interenet parece ser una comunidad tan diminuta que
ni siquiera fue considerada en el pasado censo de Canadá.
Si bien la llegada de Gerela al futbol americano se realizó
de la manera convencional, jugando en la preparatoria y después en la Universidad
estatal de Nuevo México. Tras sus años de universitario pasó a la selección de
las ligas profesionales del futbol americano existentes a finales de la década
de los años sesenta en Estados Unidos, la NFL y AFL, el camino de Garo
Yepremian no sólo fue difícil, si no que podemos decir que fue sorprendente.
Cuando Yepremian tenía veintiún años jugaba futbol soccer de
manera semi profesional en Londres, donde vivía y trabajaba. Su hermano mayor Krikor
que era capitán del equipo de futbol soccer de la universidad de Indiana tuvo
la idea de llamar a su hermano a Londres y pedirle que viajara a Estados Unidos
donde había encontrado el trabajo perfecto para él: Pateador de futbol
americano. La idea le vino a Krikor después de conocer el caso de los hermanos
Gogolak.
Charlie y Pete Gogolak eran dos pateadores de origen húngaro
que sabían de soccer pero muy poco de futbol americano antes de ser reclutados
por diferentes universidades como pateadores. La actividad semi profesional de
Garo lo convertía en un jugador inelegible para formar parte de un equipo
colegial de futbol, así que en el verano de 1966, Krikor se empeñó en conseguir
una entrevista para que algún equipo profesional se fijara en su hermano.
Finalmente y tras mucha insistencia Krikor logró que su hermano fuera probado
por los Leones de Detroit. Garo Yepremian llegó el miércoles 12 de octubre a
probar suerte en el equipo, fue contratado al otro día, el viernes se dedicó a
tramitar su permiso para trabajar en Estados Unidos y el domingo 16 de octubre
Garo Yepremian participó por primera vez en un partido de futbol americano.
Sin conocer el deporte, el idioma y peor aún sin saber cómo
uniformarse y ponerse el equipo de futbol americano, el jugador chipriota con
una estatura de un metro sesenta y ocho centímetros y un peso inferior a los 65
kilogramos, salió lleno de miedo a patear rodeado de gigantescos y pesados
jugadores:
Íbamos perdiendo por muchos puntos, a medio
tiempo creo que ni siquiera habíamos cruzado el medio campo. Pero de alguna
manera logramos anotar un touchdown, entré al campo de juego y metí el punto
extra, corrí por el campo celebrando con los brazos en alto. Alex Karras se
acercó tras la celebración y subió su pie a la banca:
-¿Qué carajos estas
celebrando? ¿Qué celebras si vamos perdiendo de manera estruendosa?
- Celebro porque “patie”
un touchdown:
La frase se convirtió en un clásico para el comediante
Johnny Carson en su programa nocturno de entrevistas. Yepremian fue víctima de
discriminación, de burlas incluso por parte de todos los jugadores de los
Leones debido a su pésimo inglés y a su condición de extranjero. Además para
muchos de los jugadores que consideraban al futbol americanos como un deporte exclusivo
de gringos, Yepremian se convirtió en la excusa para demostrar su racismo, el
blanco de sus golpes, a pesar de que ese año Yepremian demostró su valía al establecer
un record anotando seis goles de campo en un solo juego en contra de los
Vikingos de Minnesota. En 1969 Garo Yepremian abandonó a los Leones y de manera
voluntaria se enroló en el ejército de Estados Unidos.
Mientras tanto, ese mismo año Roy Gerela fue elegido en la
cuarta ronda de la selección de colegiales por los Petroleros de Houston de la
AFL con los que jugó las temporadas de 1969 y 1970. En 1971 Gerela firmó
contrato con los Acereros de Pittsburgh uno de los peores equipos de la NFL que
se estaba reinventado bajo la dirección de un hombre llamado Chuck Noll.
Tras servir en el ejército y obtener la ciudadanía
norteamericana Yepremian regresó a Detroit, pero los Leones ya lo habían sustituido
y no había lugar para él en el equipo, hundido en la depresión Yepremian se
dedicó a hacer y vender corbatas encerrado en el sótano de su casa. En 1970 los
Delfines de Miami invitaron a Yepremian a los campos de entrenamiento y fue
contratado.
Tanto Yepremian, como Gerela estaban ya en los equipos que
los habrían de cubrir de fama.
Yepremian a pesar de haber sido parte fundamental en la
temporada perfecta de Miami y de tener dos anillos de ganador del Superbowl, será
siempre recordado por dos momentos: uno glorioso, el otro oprobioso.
El mayor momento de gloria de Garo Yepremian se dio durante
los play offs de 1971. El 24 de diciembre los Delfines enfrentaron a los Jefes
de Kansas de City en lo que resultó ser el juego más largo en la historia del
futbol americano. En el sexto cuarto y tras más de 82 minutos de juego Garo Yepremian
pateó el gol de campo con el que los Delfines ganaron este juego.
Al año siguiente y durante el Superbowl VII, Garo Yepremian
habría de vivir su peor momento en la NFL. Era el año de la temporada perfecta,
los Delfines iban ganando 14 – 0 a los Pieles Rojas de Washington, era el
último cuarto y faltando un poco más de dos minutos para concluir el juego, Yepremian
entró a intentar un gol de campo para ampliar la ventaja y sellar la victoria,
sin embargo todo salió mal. La patada fue bloqueada, Garo Yepremian recuperó el
ovoide y entonces intentó lanzar un pase, en lugar de solo dejarse caer con el
balón. El pase pesimamente lanzado, fue interceptado por Mike Bass el esquinero
de los Pieles rojas quién corrió hasta la anotación y acortó la distancia en
puntos en el encuentro a sólo una anotación. En el estadio se hizo el silencio
y la temporada perfecta de Miami pareció por unos instantes estar en peligro:
Sinceramente pensé que
mi vida había terminado. Jamás, había estado tan frustrado en vida. ¡Dios mío!
Sentí que había llegado el final. Norm Evans, el líder espiritual de los
Delfines, se acercó a mí y me dijo. No te preocupes, Dios está contigo. Eso es
lo mejor que me ha sucedido, tener el apoyo de un amigo en ese momento difícil.
Con el paso de los años Yepremian ha llegado a bromear con
la situación durante las conferencias que imparte, contando la falsa historia
de que Nixon le habló a Schula pero queel entrenador estaba muy ocupado en el
juego, por lo que le paso el teléfono a Yepremian quien contestó la llamada, el presidente
entonces le pidió que para ganar una apuesta con el vicepresidente los Delfines
debían ganar por sólo siete puntos, cuando Yepremian contestó que él no podía
hacer nada al respecto, de acuerdo con la historia, Nixon amenzó al jugador con
mandarlo de vuelta a Chipre y a Yepremian no le quedó otra más que hacer la
jugada de la intercepción.
Roy Gerela no tuvo una carrea donde resalten las grandes anécdotas,
muchos de los aficionados apenas lo recuerdan y quienes lo hacen, tienen la
idea de un pateador mediocre, tirándole a malo. Sin embargo Gerela es aun hoy
en día el tercer Acerero de Pittsburgh con más puntos anotados en la historia
del equipo. Franco Harris está debajo de él. Gerela es de los pocos jugadores y
ex jugadores que puede presumir tener tres anillos del Superbowl y uno de los
poco pateadores en presumir haber tenido su propio grupo de fanáticos.
En la época de triunfos de los Acereros de Pittsburgh en la
década de los años setenta, algunos de los jugadores tenían su propio grupo de seguidores
que los alentaban desde las tribunas; Las individualidades resaltaban en los
nombres de estos grupos de aficionados, Los
Bombarderos de Shell, Los Lunáticos de Lambert, La Brigada de Bradshaw o el Ejército Italiano de Franco. Pero
ninguno tan extraño como el de los hombres disfrazados de Gorila que se
sentaban a vitorear a Gerela y que se hicieron llamar Los Gorilas de Gerela.
Ninguno de los dos pateadores terminó su carrera profesional
con el equipo en el que vieron la gloria. Roy Gerela terminó su carrera en 1979
con los Cargadores de San Diego, mientras que Garo Yepremian se retiró en 1981
jugando para los Bucaneros de Tampa Bay. Garo Yepremian murió el 15 de mayo de 2015 en Media Pennsylvania a la edad de 70 años.
Actualizado julio 2015.
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