miércoles, 29 de diciembre de 2021

Un pantano trece años después



 El tiempo transcurre, no así los misterios que s ocultan en el pantano polaco. La serie de Netflix nos recuerda que muchas veces todo se mueve para que siga igual. 

Armando Enríquez Vázquez

El año pasado Netflix estrenó lo que parecía una miniserie polaca llamada El Pantano. La historia centrada en una investigación periodística del asesinato de un funcionario escolar y una prostituta en la Polonia comunista llena de represión y censura. Esta investigación deja entrever la corrupción y lugares oscuros de la pequeña ciudad polaca de Gronty, así como los recuerdos del viejo periodista Witold Wanycz (Andrzej Seweryn), sobre su juventud y su relación con una joven alemana que tras la II Guerra Mundial regresó a Alemania para convertirse en una afamada artista gráfica. El sueño de Witold es viajar a Alemania y rencontrarse con esta mujer. En el otro extremo se encuentra el periodista novato Piotr Zarzycki (Dawid Odrodnik), hijo de un alto funcionario del partido comunista polaco que recién casado con Teresa (Zofia Wichlacz) que esta embarazada y al parecer mientras él huye de la sombra de su padre para forjar su carrera, ella también esta buscando nuevos horizontes que la liberen de la reputación que le dejó una relación lésbica. El bosque aledaño a la ciudad oculta el secreto de una matanza nazi, pero algo más también que no se esclarece bien en esa primera entrega pero que impactó directamente en la relación entre Witold y la adolescente alemana.

Al final de la primera entrega los cabos que quedan cabos sueltos no parecen demasiado fuertes para pedir una segunda temporada, las tramas principales se resuelven de forma lógica y convincente, por eso al ver anunciada una segunda temporada ubicada 13 años después me llamó la atención.

Esta segunda temporada es sorprendentemente coherente con la primera, la evolución de los personajes, la situación de Polonia ha cambiado es 1997, el comunismo ha desaparecido pero el peso de un sistema corrupto aún se cierne sobre Gronty, esta vez la tragedia que provoca todo es una gran inundación que devasta Gronty y desentierra cientos de cuerpos del cementerio clandestino en el bosque cercano al pueblo.

Piotr regresa al pueblo para dirigir el diario local en el que se inició trece años antes, con él llegan Teresa y la hija de ambos, la adolescente Wanda (Wanda Marzec) y se instalan en un nuevo desarrollo residencial que no sufre daño alguno por estas inundaciones a pesar de encontrarse en una zona muy vulnerable de los suburbios del pueblo, pues de manera providencial, al parecer, un dique se ve rebasado por el agua y la corriente toma otro rumbo que incluye las calles de Gronty.

La aparición del cadáver de un adolescente entre los escombros del paso del torrente cercano al dique desata una investigación policial que ninguno de los policías locales quiere llevar a cabo y/o que progrese y la única empecinada en hacerlo es la sargento de policía Anna Jass (Magdalena Rozczka) quien está en Gronty en un programa de intercambio con la policía de Cracovia, en un principio parece que a manera de castigo, pero la policía deja ver hacia el final de la temporada que sus órdenes son otras. Como en muchas de las series policiacas, Jass tiene un trauma por una investigación mal resuelta que la atormenta y la obliga a tratar de resolver este caso. Tal vez, el motivo de su traslado a Gronty desde la ciudad de Cracovia sea también el hecho de ser lesbiana, en un país que comenzaba a levantar su puritanismo comunista y católico.

También está el secuestro y desaparición del hijo de un poderoso empresario de la ciudad que lleva meses sin ser investigado, algo que es una prioridad para el diario que dirige Piotr, pues el empresario es el principal anunciante.

Mientras Witold se ha recluido como un ermitaño en su departamento, únicamente visitado por los fantasmas de su adolescencia y por Nadia la prostituta a la que ayudó a huir de Gronty en la primera temporada y que ahora es la dueña del salón de belleza del pueblo.

Piotr visita a Witold y le pide escribir un texto para el periódico sobre la verdad que oculta el bosque de Gronty, algo que al principio el viejo periodista se niega a hacer y lo mismo sucede cuando le pide lo mismo al viejo disidente político Kazimierz Drewicz (Michal Kaleta) quien, reintegrado a la vida pública y al diario, ahora se encarga de escribir los horóscopos y trata mantenerse apartado de todo. Al final ambos escribirán sus textos.

La investigación que Jass se empeña en continuar demuestra que el dique fue dinamitado para evitar que el conjunto residencial se inundara. También esta el viejo fiscal de la región y el fantasma de la amante de Piotr en la relación con Teresa que descubre un nuevo amor. Piotr continúa siendo un peón, sin que él lo reconozca. Mientras que la investigación de Piotr sobre el secuestro del hijo del empresario lo llevan a lugares más cercanos de lo que el mismo espera.

Todo se ha movido y cambiado para seguir igual, poder político que es remplazado en parte por poder económico. La censura convertida en autocensura e intereses comerciales en un supuesto diario independiente. Y todos los personajes están relacionados en una serie de giros de tuercas y guiños que crean una telaraña de finos hilos y vasos comunicantes.

Al final todo habrá de solucionarse, los horrores del momento y del pasado llenan la historia y una última vuelta de tuerca precede al fade out final. Cómo en la temporada anterior todo parece resuelto, existen muchos cabos sueltos que parecen insignificantes, aún quedan preguntas sin contestar, empezando por ¿qué sucedería si Witold viaja a Alemania y encuentra a la artista alemana que fue el amor de su adolescencia y cuyo recuerdo junto con un acto de cobardía que el periodista cometió y nos es revelado en esta segunda entrega lo han marcado en su vida?

Supervivencia y traiciones, supervivencia y nuevas oportunidades parecen una constante que rodea a los diferentes personajes de la serie.

Igual de breve que la primera entrega, sólo 5 episodios, esta nueva temporada de El Pantano es muy sólida, con personajes que no han cambiado en lo fundamental, pero a los que los años han matizado. Escrita de manera brillante y con actuaciones que destacan por no ser estridentes, ni llamativas, El pantano engancha desde los primeros minutos de la segunda entrega. La fotografía es sobria y gris como lo fueron los años de la dictadura comunista y los medrosos y temerosos años que siguieron a su caída solo sirve para reforzar el escenario planteado por el guión. 

Aunque al parecer Netflix no ha dicho nada acerca de una tercera temporada, hay quienes asumen que la habrá. En lo personal creo que esa historia central entre Witold y la artista alemana es la gran pieza faltante. No es imprescindible porque todos sabemos lo que los años y la distancia representan, pero en tiempos en que todos quieren que se les explique todo, nadie mejor para no dejarlo a la interpretación que los productores y escritores. El Pantano es una buena serie para ver.


Publicado originalmente en roastbrief.com.mx en agosto de 2021

imagen Netflix

martes, 28 de diciembre de 2021

Somos y tristemente seguiremos siendo.


 

Somos es una miniserie devastadora que no da concesiones y que como sucede en el caso de muchas de estas creaciones se basa en acontecimientos que han aparecido en las páginas políticas y de la nota roja de diarios y revistas nacionales e internacionales.

Armando Enríquez Vázquez

Cómo nos duele a muchos nuestro México. Cómo nos duele que la violencia sea la principal línea narrativa de series, novelas, películas, obras de teatro y hasta operas, pero duelen más la certeza de que todas estas creaciones se quedan cortas frente a la brutal realidad y 30 años de terror institucionalizado a partir de gobiernos locales y federales permisivos con el crimen organizado, una iglesia católica cómplice que se reúne con narcos y con iglesias protestantes llenas de todos los pecados capitales y veniales.

Netflix estrenó una miniserie sobre el tema, bajo el título Somos. Somos es una miniserie devastadora que no da concesiones y que como sucede en el caso de muchas de estas creaciones se basa en acontecimientos que han marcado las páginas políticas y de la nota roja de diarios y revistas nacionales e internacionales: La matanza de civiles en la población de Allende en el estado fronterizo de Coahuila.

La historia está construida con la vida cotidiana, a manera de mosaico, de diferentes habitantes de la población; adolescentes preparatorianos que a manera de high school estadounidense se dedican a jugar futbol americano y comienzan a descubrir su sexualidad. Ganaderos del lugar amenazados por la ambición de los narcotraficantes para tener mejores rutas para sus drogas. La veterinaria, los narcotraficantes, las prostitutas del lugar y los corruptos policías. Todos con sus expectativas, retos y problemas pequeños o grandes con los que los seres humanos lidiamos a diario.

La serie tiene el muy consabido y hasta predecible formato tan de moda de iniciar por el final, para remontarnos después a las tres semanas anteriores a la masacre.

Somos no tiene actores de fama, incluso no todos los intérpretes son actores de carrera, no tiene tampoco la gran super producción, pero el guión y los personajes no tienen desperdicio. Escrita y creada por James Schamus, un veterano escritor, productor, quien se basó en un reportaje de la periodista Ginger Thompson acerca de cómo una operación fallida de la DEA terminó en una de las masacres más cruentas en el norte de México en los últimos años. La miniserie tuvo entre las productoras executivas y seguramente metió mano a los guiones y en la visión fría y descarnada de la misma, a la extraordinaria escritora mexicana Fernanda Melchor. 

Son mujeres fuertes las que hacen el relato, mujeres como muchas en este país que sacan adelante la casa y las familias. Nancy (Jimena Pagaza) es la adolescente contestaria, que juega futbol americano en el equipo de la escuela y cuya visión de las relaciones sexuales es en principio más pragmática que la visión patriarcal de Tom (Mario Quiñones) el joven que le gusta y escoge para ser su pareja sexual. Las hermanas Irene (Iliana Donatlán) y Ericka (Areli González) pilares de sus respectivas familias a pesar de haber crecido en una familia de padres golpeadores y abusivos. Pero sin duda el gran personaje femenino de la serie es Doña Chayo (Mercedes Hernández) la humilde vendedora de hot dogs de Allende que cuida de su hija, su nieta y su yerno y que conforme al progreso de la serie se convierte en halcón del narcotráfico. Personaje que desde el silencio y la trinchera de su carrito y frascos de mayonesa y mostaza es testigo del ir y venir del pueblo.

La otra actuación destacada es la de Jesús Sida que interpreta a Paquito el yerno de Doña Chayo un joven ingenuo, no muy brillante que termina siendo víctima de la corrupción policiaca y después de las malas decisiones que toma, pero el personaje está muy bien interpretado a pesar de que se nota la poca experiencia actoral del joven. Sus amigos son jóvenes sin oficio ni beneficio que representan esa enorme generación que sin oportunidades, ni opciones se ha vuelto parte del crimen organizado y que obviamente tienen más de lo que tiene paquito.

A diferencia de Narcos, la colusión voluntaria o involuntaria de la misma DEA en el pitazo a los miembros de los Zetas es el detonante de la masacre en Somos y muestra la complejidad de un asunto que ha corrompido a ambos lados de la frontera por más que los gringos se quieran limpiar las manos, aquí nadie sale limpio y la ingenuidad de los mandos bajos de la agencia norteamericana son la mínima conclusión a la que el espectador puede llegar. A manera de consuelo, el novel y entusiasta agente es premiado con el dudoso honor de ser nombrado el empleado del mes. En Somos la conclusión es clara, todo cambia de la peor manera para que todo siga igual.

Somos no es fácil de ver y a muchos que se niegan a ver a México y creen que todo es la familia Derbez de vacaciones y otras estupideces similares les parecerá como las cintas de Amat Escalante y Michel Franco una exageración antipatriótica, pero lo que en realidad es una vergüenza y tristeza, que debe enfurecernos y hacernos reflexionar sobre el sistema económico y político que hemos permitido se construya en nuestro país.

La ovación otorgada en Cannes esta semana a la cinta La Civil y los reconocimientos a Nuevo Orden en diferentes foros internacionales nos hace pensar que más allá del patrioterismo barato de muchos estas historias de la violencia en un México real están muy lejanas a desaparecer y algo debemos exigir.

publicado en agosto de 2021 en roaastbrief.com.mx

imagen Netflix


domingo, 26 de diciembre de 2021

Apocalipsis y el amor por los dulces.


 


Sweet Tooth es una reflexión sobre los limites y los peligros que desde ciertas áreas de la ciencia implica jugar a ser Dios.

Armando Enríquez Vázquez

La serie de Netflix, Sweet Tooth, está basada en un comic homónimo muy exitoso escrito e ilustrado por el artista canadiense Jeff Lemire. El nombre de la serie y del comic proviene del desmesurado gusto de los híbridos por la comida dulce.

La historia como es digna de estos tiempos de pandemia trata de un virus que acaba con la sociedad como la conocemos y merma de manera considerable a la población humana. Al mismo tiempo que surge la pandemia, comienzan a nacer unos niños híbridos con características de animales salvajes. Como clara respuesta frente a lo nuevo, los seres humanos creen que estos niños son causa de la enfermedad y un peligro para los humanos.

La serie inicia con un hombre (Will Forte) huyendo a la zona más profunda del Parque Nacional de Yellowstone para esconder al pequeño Gus un bebé con características de ciervo. Durante los siguientes once años ambos personajes vivirán ocultos en el bosque, el padre de Gus le enseña todo lo que un padre le puede enseñar a un hijo. Hasta que como es de esperarse son descubiertos por el grupo conocido como Los Últimos Hombres, encargados de cazar híbridos para experimentar con ellos y eliminarlos.

El padre defiende a Gus internándose en el bosque y deja al chico escondido en casa, al final regresa herido al lado del chico para morir y prevenirlo de no salir jamás del cercado que rodea la casa donde vive. Antes de morir le entrega a Gus las llaves de una caja que contiene la foto de la madre de Gus que supuestamente se encuentra en Colorado. Gus (Christian Convery) logra sobrevivir por un tiempo siguiendo las reglas que su padre le dictó antes de morir, hasta que un día Gus muerde el anzuelo al seguir la pista de unos chocolates que encuentra en el camino.  Y tiene que huir para siempre de su casa.

En el camino lleno de peligros para un hibrido, ingenuo que no tiene idea cómo funciona la nueva estructura humana, Gus conoce a Tommy Jepperd (Nonso Anozie) ex jugador de futbol americano profesional, convertido en caza recompensas para Los Últimos Hombres, quién al conocer y descubrir que Gus habla y es humano, cambia de posición y decide ayudar al hibrido a llegar a Colorado.

En paralelo corren otras historias; la del médico Adityia Singh (Adeel Akhtar) y su esposa Rani (Aliza Vellani) ella sufre del virus y el médico gracias a un suero que prepara una doctora que trabaja para Los Últimos Hombres ha logrado mantener a su esposa sin que desarrolle totalmente la enfermedad, ocultando así su condición a sus vecinos, la escasez de híbridos y la renuncia de la doctora obliga al general Abbot (Neil Sandilands) a eliminar a la doctora y sustituirla con Singh que a pesar de todas sus creencias no podrá evitar el experimentar con los híbridos para salvar y  encontrar la cura de su amada Rani.

Y también está Aimee (Dania Ramírez), una siquiatra, introvertida y solitaria que escapa a la pandemia encerrada por meses en su oficina y después resguardándose en el viejo edificio del zoológico, hasta que alguien deja a las puertas del zoológico a una pequeña hibrida, a la que Aimee termina adoptando, criando y llamando Wendy. Pero como en el caso de Gus Los últimos hombres descubren a Wendy y el refugio de híbridos que Aimee ha creado recibiendo a todos los híbridos que llegan hasta ella, hasta que la llegada de los Últimos Hombres la obliguen a abandonarlo todo separada de todos los chicos híbridos que la acompañan.

Esta Bear (Stefania LaVie Owen) una joven que después de perder a sus padres y hermana crea un grupo de desheredados que defiende a los híbridos, pero que tras rescatar a Gus es destronada por sus compañeros y se ve obligada a huir junto con Gus y Tommy Jepperd.

El guión es una muy buena adaptación y me parece que esta bien pensada para producir las siguientes temporadas. Una clave para lograr una serie atractiva son la dirección y las actuaciones y en Sweet Tooth son impecables, desde Will Forte en el papel del padre Gus, la gran actuación del pequeño Convery que le imprime al personaje del niño ciervo, toda la inocencia, candidez e ingenuidad de un ser que ha crecido sin contacto humano. La cara de pesadumbre de Singh, la dureza de Jepperd y la siniestra maldad de Abbot están perfectamente desarrolladas para crear una saga memorable. Las tramas paralelas que terminan por juntarse; Gus, Wendy y los demás hibridos. Tommy Jepperd y Aimee resultan un buen cliffhanger para esperar la segunda temporada.   

La historia sirve como siempre en le caso de historias de seres diferentes físicamente para hablar de los miedos de los occidentales por lo que no se parece a un hombre blanco, algo que desde los tiempos del surgimiento de la iglesia católica apostólica y romana se ha vuelto base para justificar sus miedos y los crímenes que su complejo de inferioridad provocan. Sobre el racismo y el clasismo.

También como en el caso de Utopía de la que escribí hace poco, Sweet Tooth es una reflexión sobre los limites y los peligros que desde ciertas áreas de la ciencia implica jugar a ser Dios. En Sweet Tooth la aparición simultanea del virus y los híbridos parece ser una metáfora de que los caprichos científicos pueden de manera inesperada resultar en el final del mundo como lo conocemos. Vale la pena ver esta serie que a diferencia de Utopía que es una descarnada y aberrante distopia, Sweet Tooth parece un enfermo cuento de hadas, pero un cuento a final de cuentas.

publicado originalmente en roastbrief.com.mx en agosto 2022

lunes, 20 de diciembre de 2021

Los otros cuerpos invadidos.



Katla es el nombre de uno de los volcanes activos más grandes de Islandia y el mundo. que da nombre a esta serie islandesa de lento ritmo europeo, guiños con el famoso Noirdic, contundentes personajes y una historia sólida.

Zona de spoilers, continuar es bajo su propio riesgo.

Entre las muchas películas que me gustan se encuentran Invasion of the Body Snatchers en su versión original de 1956 dirigida por Don Siegel, así como el extraordinario remake de 1978 dirigido por Phillip Kaufman. Estas cintas basadas en la novela homónima de ciencia ficción de Jack Finney sobre unas esporas llegadas del espacio exterior capaces de replicar los cuerpos de los seres humanos creando una comunidad de extraterrestres que trabajan en conjunto y van eliminando a los seres humanos para conquistar la tierra, me parecen ser la base de la nueva serie islandesa de Netflix; Katla que trabaja sobre el mismo principio rector, una fuerza extraterrestre capaz de duplicar los cuerpos de seres humanos.

Katla es el nombre de uno de los volcanes activos más grandes de Islandia y el mundo. Katla está debajo de un enorme glaciar y cada vez que ha hecho erupción ha provocado que partes del glaciar se derritan creando inundaciones en las zonas aledañas al volcán, que se ubica al sur de la isla.  

La serie en un sobrio y lento ritmo europeo, con sus guiños con el famoso Noirdic, hipnotiza al espectador por lo contundente de sus personajes, la fuerza de la historia y la manera en que se va develando la verdad. La serie inicia con el volcán que lleva meses en plena actividad, la cercana localidad de Vik está casi despoblada por la constante y peligrosa caída de ceniza y lodo provocada por el volcán. La aparición de una mujer joven desnuda que es descubierta caminando cerca del glaciar, cubierta por ceniza endurecida por el agua, la falta de documento alguno y el aislamiento de la región pone en alerta a Gisli (Thorstein Bachmann) jefe y el único policía que queda en la zona, ante la posibilidad de que un grupo de turistas hubiera traspasado el cerco de seguridad pues la mujer a pesar de recordar su nombre Gunhild, una sueca, es incapaz de recordar nada más. Cuando Gisli habla a la casa de una Gunhild en Suecia se siente decepcionado de su búsqueda porque la mujer esta en Suecia y quien contesta el teléfono es su hijo un joven de 20 años, pero la madre al recibir el mensaje decide viajar a Vik donde estuvo 20 años atrás en un viaje definitivo para su vida. Gisli es un hombre fanático religioso, lleno de demonios y deseos frustrados, que cuida de su mujer hemipléjica; Magnea (Solveig Arnasdottir).

El repentino descubrimiento de un comportamiento anómalo en las piedras colectadas por los investigadores en la zona, obligan al vulcanólogo Darri (Björn Thors) a trasladarse de Reikiavik a Vik para estudiar en directo las incoherencias. En realidad, Darri va huyendo de su vida, de su divorcio y de la muerte de su hijo Mikael (Hlynur Hardason) de 8 años.

Finalmente, esta Grima (Gudrun Yr Eyfjörd) y su padre Thor (Ingvar Sigurdsson), su marido Kjartan (Baltasar Breki Samper) quienes como una terrible familia disfuncional han sido golpeados, en especial Grima por la muerte de su hermana menor; Asa (Iris Tanya Flygenring) el matrimonio de Grima esta por llegar a su punto final y la relación con su padre es casi inexistente pues él le pide que supere la muerte de su hermana en el glaciar, algo que Grima se rehusa a hacer. Además de la muerte de Asa, la familia esta marcada por el suicidio de la madre de Grima y Asa, así como el descubrimiento de Asa, anterior a la muerte de su madre, de que su padre tiene una amante.

Al final del primer capítulo con la misteriosa Gunhild en la clínica local y la vieja Gunhild viajando desde Suecia a Vik, Grima encuentra a una segunda persona cubierta en la mezcla de ceniza y agua que resulta ser Asa y conforme avanza la serie vamos empezando a sospechar lo que resultara cierto Gunhild es la misma persona veinte años antes.

Darri descubre a un tercer individuo, su hijo Mikael, quien murió tres años antes provocando el distanciamiento entre Darri y su esposa, el único problema con Mikael es que es un niño con impulsos homicidas. Mikael llama a su madre para que lo rescate del encierro en el que Darri lo tiene y todos los elementos de la culpa y el amor son la base de la relación entre este triangulo familiar, a pesar que desde un principio Darri sabe con certeza que ese Mikael no es su hijo, pero representa todos los miedos de Darri sobre el tomar decisiones en la vida.

Tres seres y hacía el final de la serie un cuarto y un quinto; La esposa de Gisli en versión más joven y sin su paralasis, así como un doble de Grima, terminan por cerrar el cuadro. Esta nueva Grima, más jovial intentara robar su hogar y esposo a la Grima real. La aparición de una Magnea joven es para Gisli una respuesta a sus contenidos deseos sexuales y al final será interpretado por el policía como un intento del diablo por desviarlo de su camino hacia dios, mientras que el enfrentamiento entre la depresiva Grima y su doppelgänger optimista llevará a un desenlace final inesperado, terriblemente cruel, pero totalmente congruente con la serie y la lógica desesperanzada de la depresiva Grima. Thor tiene también sus secretos y razones para desear la llegada de un ser del volcán, que se manifiesta en parte todos los días con un cuervo con una pluma blanca.

A diferencia de las novela y cintas norteamericanas, en Katla los seres duplicados mantienen una individualidad y carecen de esta visión de trabajo en colectividad. Son seres sin camino, ni historia propia, así como el pretexto y una obligación para reflexionar sobre el pasado; cómo lo construimos y deconstruimos, son el recordatorio de las culpas de los protagonistas. Opuestos a los complejos humanos a los que emulan, los cuerpos invadidos de la serie a pesar de tener sentimientos y un albedrio propio están construidos por los recuerdos de sus familiares, son también la imagen idealizada o potencializada del humano replicado. Asa ya no tiene vicios y la verdad brutal y directa que dice Mikael. Magnea es una ama de casa amorosa y Gunhild sólo busca ese amor que la marcó de por vida, mientras Grima es todo lo que la verdadera Grima desearía poder ser.

La serie es una obra compleja y completa. La música de la serie compuesta por Hogni Egilsson, la fotografía y la ambientación gris, con sus montones de ceniza son el simple reflejo del alma de los pocos habitantes de Vik. Las tres enormes rocas del litoral, el fuselaje oxidado de avión abandonado que marca un antiguo accidente aéreo, son características reales de la zona que ayudan a delimitar a esos personajes que protagonizan la serie, totalmente desamparados que deambulan por una tierra infértil y sin vegetación.

Como otras series escandinavas Kapla no tiene desperdicio y vale mucho la pena verse.  

La serie fue escrita por Sigurjon Kjartansson y Baltasar Kormakur que también dirigió cuatro episodios de la temporada que tiene ocho.

publicado originalmente en roastbrief en agosto de 2021

imagen Netflix

sábado, 18 de diciembre de 2021

Dos visiones de la música negra.



Una de las más importantes influencias de los negros en la cultura es sin duda en el terreno de la música a partir del jazz y del blues. Estas son visiones sobre dos mujeres de la música. 

Armando Enríquez Vázquez

En un año de reivindicación de la cultura afroamericana en Estados Unidos, Hollywood produjo en 2020 diferentes cintas con personajes principales negros, así como biografías de personalidades de la cultura negra de aquel país.

Una de las más importantes influencias de los negros en la cultura es sin duda en el terreno de la música a partir del jazz y del blues todos los anglosajones crearon la música que tanto presumen desde la década de los 50 del siglo pasado a partir de los géneros creados por los afroamericanos.

Aunque en Una Noche en Miami, la menos valorada de estas cintas dirigida por Regina King, uno de los personajes es  el músico Sam Cooke, interpretado por Leslie Odoms Jr., que fue uno de los artistas que sirvió de puente para el reconocimiento de la música negra entre los sectores anglosajones más racistas y poderosos, quiero platicar de las dos cintas que tienen como personajes centrales a dos mujeres del jazz que indiscutiblemente enfrentaron en su momento al sistema norteamericano: Ma Raineys Black Bottom, distribuida por Netflix con el nombre de La madre del Blues y la cinta originalmente distribuida por Hulu pero que puedes ver a través de Amazon Prime Estados Unidos vs Billie Holiday.

La primera esta basada en la obra de teatro del mismo nombre escrita por August Wilson y publicada en 1985, la cinta retrata una sesión de grabación de la legendaria cantante Gertrude Ma Rainey, considerada por algunos como la madre del blues por ser una de las pioneras del género, así como una mujer que rompió al famoso techo de cristal al convertirse en una de las pocas mujeres negras en grabar discos en la década de los años 20 y sólo la segunda en firmar un contrato con una disquera grande como Paramount.

La cinta habla de los clásicos y consabidos lugares comunes sobre el racismo, la degradación y segregación de los negros en Estados Unidos, supuestamente una nación diversa, incluyente y justa, algo que no sucede hasta la fecha.

La película no le hace justicia ni a la cantante, ni a su importancia y no dejando de mostrar un producto surgido del teatro varías de las actuaciones incluyendo la del finado actor Chadwick Boseman resultan demasiado teatrales y estridentes para las pantallas del cine. La creatividad y propuesta son nulas. Perdiendo todo aspecto cinematográfico y convirtiendo la cinta en una simple grabación de una obra de teatro que poco aporta en realidad a la cinematografía.

La extraordinaria actriz Viola Davis da vida a la cantante, pero la mala dirección de la cinta opaca a la actriz encapsulándola en el estereotipo de una mujer caprichosa en lugar de retratar la fuerza de esta mujer que enfrentó los obstáculos que su color y su género le imponían en la década de los años 20, para terminar su vida siendo una exitosa empresaria y construyendo dos teatros en su estado natal; Georgia. Lo más decepcionante de la cinta es que a pesar de tratarse de la vida de una mujer que dedico a la música y cuyas grabaciones en Internet muestran la fuerza y belleza de su voz, no tiene una banda sonora que sea relevante, ni impresionante.

La película se convirtió en una visión de lo que debe ser premiado por razones equivocadas; la muerte de un actor, termina siendo una película más dentro de las muchas que se estrenan a lo largo del año en Estados Unidos; tristemente una más del montón.




Por su parte el retrato de la vida de la gran Billie Holiday, aunque mucho más cinematográfica, también se queda corta al hablar y mostrarnos la vida de esta cantante extraordinaria. La historia da por sentado una serie de cosas que en el fondo son terribles mentiras para la audiencia, como el hecho de que la legendaria Strange Fruit no fue escrita por Holiday, quien, si se fue la primera en interpretar la canción sobre linchamientos arriesgándose con el contenido político de la letra en tiempos en que, a pesar de la supuesta libertad, los negros eran considerados algo menos que simples habitantes de aquella nación. A diferencia de la cinta sobre Ma Rainey, Estados Unidos vs Billie Holiday utiliza a la cantante Andra Day que hizo su debut como actriz en esta cinta. La voz aunque de diferente tesitura a la de Holiday da a las interpretaciones de Strange Fruit y All of me una gran calidad. El personaje esta escrito con profundidad y la contraparte del agente negro del FBI Jimmy Fletcher (Trevante Rhodes) que se infiltra para hundir a la cantante crea la oportunidad para añadir algo de romance en la cinta, aunque este sea al final solo una ilusión entre personas a las que su contexto los define.  

Es curioso que la cinta no esta basada en ninguna biografía novelada, ni obra de teatro si no en un ensayo sobre la adicción de la heroína y las primeras acciones del gobierno norteamericano a través del FBI por organizar la lucha contra las drogas que se titula Chasing the Scream: The First and Last Days of the War on Drugs, del periodista inglés Johann Hari. Harry Anslinger, fue uno de los agentes destinados por el Edgar Hoover al combate de las drogas y un racista acosador de Holiday, interpretado en la cinta por el actor Garret Headlund, el personaje real sobrevivió en la agencia hasta 1962 tres años después de la muerte de la cantante. El guion fue escrito por Suzan-Lori Parks.  

En ese sentido la película hace un retrato claro de las persecución, intolerancia, impunidad y racismo de la política de Estados Unidos en contra de los ciudadanos, en este caso en contra de Billie Holiday. La película a pesar de ser una historia de la caída de una estrella, jamás nos hace ver a Holliday demasiado mal hasta sus últimas escenas, a diferencia de otras cintas sobre estrellas negras musicales como la inolvidable Bord de Clint Eastwood (1988) sobre la vida del saxofonista Charlie Parker con la brillante actuación de Forrest Whitaker o Ray (2004) de Taylor Hackford que le valió a Jamie Foxx un Oscar por su actuación. Aún así la cinta es muy recomendable.

Publicado en roastbrief.com.mx en agosto de 2021

imágenes Netflix y Amazon

martes, 14 de diciembre de 2021

Los dioses deben estar locos.



Netflix estrenó la segunda temporada de su serie Ragnarok, donde por momentos los guionistas han creído que los dioses están locos.

Armando Enríquez Vázquez

¿Recuerdan esa gran cinta sudafricana de los ochenta con ese título? en ella una botella de Coca Cola vacía caía del cielo en las manos de un bosquimano, quien emprende una travesía en busca del fin del mundo para regresar el extraño objeto a sus dueños; los dioses. Los dioses y los mitos atraen a todos desde los escritores de Marvel con su patético y muy gringo Thor hasta los escritores de series como American Gods o Ragnarok.

Sin que la lógica y la trama sean comedia, aunque algunas situaciones sean de humor involuntario digno de Juan Orol, Netflix estrenó la segunda temporada de su serie Ragnarok, donde por momentos los guionistas han creído que los dioses están locos, aunque sea por momentos.

Ragnarok es una historia de mitológica nórdica; la lucha entre los gigantes y los dioses reescrita a nivel de serie juvenil y preparatoriana situada en el pequeño pueblo noruego emblemáticamente llamado Edda. En la primera temporada Magne (David Stakston) un joven con problemas de aprendizaje, de socialización, incluso de vista comienza a darse cuenta que con su llegada al pueblo él comienza a cambiar. Todos sus problemas físicos desaparecen y comienza a tener una fuerza sobrehumana. En el pueblo dominado por la familia Jutul que conforme avanza la serie descubrimos son un grupo de gigantes inmortales que dominan en muchas formas el pueblo y viven instalados en el spleen y la nostalgia. Los gigantes añoran los siglos anteriores cuando los humanos los adoraban y veían como dioses.

Al final de la primera temporada Magne se da cuenta que es Thor y de que controla el rayo y para sorpresa del jerarca de los Jutul; Vidar (Gisli Örn Gardasson) que es derrotado por primera vez en eones, para poner punto final a la lucha ambos quedan inconscientes al ser alcanzados por un rayo convocado por Magne.

La nueva temporada inicia justo donde termina la primera: El gigante y el dios noqueados por el rayo. Con la hechicera divina, que es además la cajera del supermercado local, observando todo. Conforme ambos personajes recuperan la conciencia y se reconocen. Vidar amenaza a Magne con matarlo al llegar el siguiente ciclo lunar y que crea el principal hilo narrativo de la serie o al menos eso pretenden los guionistas que supongamos.

Gry (Emma Bones) el amor platónico de Magne rescatada por Fjor (Herman Tommeraas) el gigante que se hace pasar por el hijo de la familia Jutul, inicia una relación con el inmortal. A partir de esta relación Fjor abandonara a los gigantes y se replanteara su vida, para al final optar por el destino que obliga su historia.

Magne se tiene que plantear sí el fin justifica los medios siendo un digno representante de la forma de pensar de los jóvenes algo que lo convierte en un personaje vivo, incapaz de reconocer sus valores como Dios, algo que pocas veces sucede en los superhéroes que siempre tienen claro si son buenos o malos, o en los antihéroes como los superhéroes institucionalizados de la serie The Boys de Amazon Prime que son cínicos y hedonistas con sus poderes.  Los dioses de la antigüedad tenían una responsabilidad cosmogónica con sus adoradores. Los gigantes con ellos mismos. Mientras Magne y Fjor son personajes complejos y bien armados en sus conflictos interiores. Los demás parecen atravesar los capítulos como fantasmas de un melodrama simplón.

 

La segunda temporada ahonda en la mitología y crea los compañeros correspondientes en la vida de Magne y sus conocidos en Edda. Encontrar a los nuevos dioses que habrán de acompañarlo en batalla y la necesidad de Magne por forjar el famoso martillo se convierten en sus principales obsesiones y terminaran por hacer al joven dudar y renunciar a su don divino.

Thor en la mitología tiene un medio hermano; Loki. En la serie Magne tiene un hermano Laurits (Jonas Strand Gravli) que termina siendo en realidad medio hermano y el producto de la relación extramarital de su madre con Vidar, cumpliendo de esta manera con las características del semidios vikingo, este personaje es uno de los peores escritos de la serie y el menos trabajado en materia actoral. Desde el rostro inexpresivo del actor a lo largo de los doce episodios de la serie.  Su actuación que pretende ser contenida, resulta más bien constreñida. El personaje construido parece un triste esbozo semidios. El reflejo en el espejo que le descubre su verdadera imagen y personalidad, lo muestra como un triste un rockstar de un mal grupo de metal norteamericano, no como el astuto y artero personaje que es Loki. Y para ponerle una cereza a todo el esperpento del personaje está el hecho de que la serpiente que devora al mundo nace como una solitaria lo que es uno de los peores momentos e ideas de la serie junto con la serpiente misma y su boca tipo guasón, muestra lo irregular de la escritura y concepción de la historia.

Más allá de este fallido personaje, la serie tiene un grave defecto que es iniciar creando la expectativa de una batalla en la que los gigantes intentaran matar a Magne, que nunca sucede. Por otro lado, en lugar de crecer dramáticamente la tensión del argumento este se va alentando y perdiendo fuerza, únicamente para dejarnos al final con la promesa de una tercera temporada que puede o no valer la pena.

Es aquí donde la serie me recuerda muchos aspectos de American Gods de Amazon Prime donde en las primeras dos temporadas mucho pasa para que en realidad no pase nada o pase muy poco para que la acción definitoria y realmente importante de toda una temporada se cuente a lo largo de la misma y se defina en los minutos finales del capítulo donde termina la temporada. No existe en ninguna de las dos series una progresión narrativa, estamos frente a un deliberado retraso de las acciones para cumplir con tiempos de producción, con tramas secundarias que no aportan nada a la serie.  Con solo seis episodios por temporada estas deficiencias se notan más.

Los dioses deben estar locos si han permitido a los guionistas de Ragnarok, la ridiculización de personajes como Loki, o como la giganta que pretende ser la madre del grupo y se dedica a beber y fumar en un estado de depresión en aras de terminar sus guiones a tiempo. Es cierto que los dioses de la antigüedad fueron creados a imagen y semejanza de los seres humanos con sus pasiones, defectos y virtudes. Pero lo cierto es que en el dibujo de los personajes de Ragnarok estos rasgos son muy exagerados y no tienen mayor contraparte como en los complejos dioses de los pueblos antiguos.

Esperemos si hay tercera temporada que recupere la frescura y fuerza de la primera. Que los guionistas no olviden que hay que devolver la botella vacía de Coca Cola, pero las aventuras deben ser congruentes, atractivas, sin traicionar el género que escogieron.

 

publicado originalmente en roastbrief.com.mx en agosto de 2020

imagen: Netflix 

lunes, 13 de diciembre de 2021

Taschen: El arte de los libros de arte

 


La más famosa e importante editorial de libros de arte nació en Alemania en 1980 vendiendo y publicando comics.

Armando Enríquez Vázquez

Benedikt Taschen nació el 10 de febrero de 1961 en Colonia, Alemania. Benedikt el menor de cinco hermanos, ya desde su infancia mostraba su carácter de empresario y el amor por los materiales de lectura con ilustraciones. A los once años de acuerdo con unas fuentes a los nueve de acuerdo con otras Taschen vendía sus comics usados en esos bazares que muchos tuvimos en la infancia especie de venta de garage, pero lo cierto es que a los diecinueve y con un préstamo de sus padres montó su primera tienda en la que vendía comics de diferentes editoriales estadounidenses y europeas.

Benedikt fundó entonces una de las editoriales de libros de arte más importantes del mundo que lleva su apellido y fue la pionera en este estilo de libros por la manera en que el alemán desarrolló su modelo de negocio. El primer gran negocio de Taschen fue comprar los saldos de unos libros de arte en especial de René Magritte y venderlos al doble de precio. Taschen vendió todos los ejemplares que compró en el doble. La premisa inicial de Taschen era comprar y más adelante producir grandes tirajes de libros a precios muy bajos para poder obtener un buen margen de ganancias utilizando un buen papel y una muy excelente calidad en la impresión de las fotografías y dibujos.  En 1985 editó su primer gran éxito: Picasso; el genio del siglo, el libro se tradujo a más de 25 idiomas y lo siguieron libros sobre artistas como Dalí y van Gogh a precios muy accesibles. Estas ediciones hoy se conocen como Basic Art Series. La colección tiene casi doscientos títulos publicados y es la colección de libros de arte (Pintura, gráfica, arquitectura, dibujo) más vendida en el mundo y es reconocida por ser accesible a todo público en cuanto a precio.

De hecho, uno de los primeros slogans de la publicidad de Taschen fue: No quiero un libro de bolsillo, quiero un libro de Taschen. Rápidamente la editorial se convirtió una de las favoritas a nivel mundial por aquellos que no podían acceder a ediciones costosas de libros de arte y que fueran de calidad, bellos y con textos cuidados y bien escritos.

Pero Taschen también se convirtió en uno de los modelos de negocio más copiado por nuevos y ambiciosos editores.  Lo que obligó a Benedikt a cambiar su estrategia y mover los libros de Taschen al otro extremo de los consumidores. En 1999 publicó un libro muy especial. Con las fotografías del alemán Helmut Newton (1920-2004). Este libro conocido como Sumo por su tamaño, más de 460 páginas, un formato de 50 cm. por 70 y peso de 30 kilos, el libro incluía un atril diseñado por el arquitecto francés Phillippe Starck. Las fotografías de Newton eran parte de su trabajo en la moda como en el retrato e incluye fotografías de Catherine Deneuve, Mickey Rourke, entre otros. Con un ambicioso tiraje de 10,000 ejemplares firmados por Newton, a un precio de venta de 1,500 dólares, Taschen vendió, para sorpresa de muchos, toda la edición en poco tiempo.

Así abrió el mercado para los libros de lujo, la categoría Sumo de Taschen ha editado libros dedicados a la legendaria fotógrafa Annie Liebovitz, a David Hockney, los Rolling Stones, los murales tibetanos, pero sin duda el más exitoso se llama GOAT por sus siglas en inglés Greatest of All Times dedicado Casius Clay / Mohamed Ali con fotografías del boxeador dentro y fuera del ring.

Benedikt Taschen ha apostado por la fotografía, el arte clásico, el arte pop, la cultura pop, en los últimos años por libros infantiles, pero también siempre ha sido señalado por sus libros sobre arte erótico, y muchos lo tachan fácilmente como editor de libros de pornografía por lo explícito de algunas fotografías o la temática de los fotógrafos como el famoso japonés Nobuyoshi Araki y como el editor reconoce con cierta tristeza los libros eróticos sólo representan el 5% de sus ventas.

Taschen tiene tiendas en Colonia, Londres, Berlín, Beverly Hills, Madrid, Milán, Miami, Hong Kong, París, Bruselas, Madrid y sigue siendo una editorial líder.  


publicado originalmente ne thepoint.com.mx el 22 de noviembre de 2021

imagen Taschen.