Lo que disfrute en el
2013 a pesar de todos los tragos amargos de este año.
Armando Enríquez Vázquez
Años nones, años de
dones. Años pares, años de males reza un proverbio español. Sin embargo el año
2013 parece haber sido una excepción a la regla, a título personal y nada más
de ver cómo está nuestro país 2013 no fue un buen año. Pero a pesar de todo
intentaré hacer un recuento de aquello que me hizo disfrutar este año, mientras
escucho la divertida y naive Fuck you!
De la inglesa Lilly Allen dedicada este año que esta por terminar.
Para empezar el documental de Looking for Sugarman que vi este año y me pareció una gran historia
no solo por el músico, si no por lo documentalistas que llevaron una historia
tan personal y universal a la pantalla.
En la convalecencia de varias semanas disfruté y me agoté
leyendo los primeros cinco tomos de La
canción de hielo y fuego. A pesar de ser como leer una enciclopedia,
descubrí a un autor que es capaz de sorprender al lector y por extensión a los
que seguidores de la versión televisiva llamada como el primer libro de la saga
Juego de Tronos, no con sus mundos
fantásticos o sus seres sino con la brutal realidad del espíritu humano.
Y por las mismas razones disfrute las nuevas temporadas de
las series Sons of Anarchy de Fox y Boardwalk Empire de HBO.
Decubrí Downtown Abbey, The Americans y Banshee.
Disfrute House of
Cards, y sobre todo me encanta las posibilidades que un proyecto como ese
abren a Internet, donde las Webseries se habían rápidamente encasillado en
espacios publicitarios o de expresión para grupos muy específicos de la
sociedad, cada día conozco más gente que prende menos la televisión porque su
oferta de entretenimiento esta en Internet y eso en nuestro entorno donde los
dos mismos de siempre intentan a toda costa retrasar la promulgación de leyes
secundarias en telecomunicaciones para seguir ofreciendo su buffet de mierda
por el canal de las estrellas y sus otros canalitos de tercera división, es una
esperanza de que podamos encontrar las formas de ofrecer contenidos alejados de
la irrealidad del duopolio.
Disfrute y reí mucho al descubrir a Richard Cheese y sus
covers. A Zas y su música de la que no entiendo nada, pero me entusiasma.
Redescubrí a Les Luthiers y las carcajadas que me provocan.
Releí Hey Nostradamus!
de Douglas Coupland para quedar con esa sabor de boca de la desolación y
gracias a Paco Ignacio Taibo II conocí mejor la historia del Álamo, lo que me
dejó muy en claro porque es indispensable una reforma educativa en nuestro país
y no sólo la que no esbozan en spots y discursos, esa que permite que maestro
sea sinónimo de sindicalismo prepotente e ignorancia.
Pero mucho de los gozos de este año en particular se los
debo a las personas que me acompañaron o se aparecieron a lo largo de este año.
A los que me brindaron una oportunidad y me abrieron su amistad, su solidaridad
o una oportunidad laboral y sobre todo a los que me permiten escribir todas las
semanas en los diferentes espacios en que publico.
2014 es un año par y espero que por el bien personal y el
del país sea otra excepción a la regla. Pero deseo al ocasional lector que
llegue hasta aquí lo mejor para el siguiente año.
Te agradezco, finalmente, protagonista de ese reencuentro en
un restaurante de centro. Mañana fría de noviembre que sólo fue como otro
capítulo sin cerrar en la mitad de una novela... en la que espero aun queden
muchas sonrisas y guiños.
publicado en blureport.com.mx el 27 de dicembre de 2013.
Imagen: todanoticia.com